César Nombela
La gripe que no cesa
Datos recientes que recoge la revista «Science» pueden aportar explicaciones más convincentes y mejorar el diseño de vacunas
Entre 1918 y 1920, en plena Primera Guerra Mundial, la humanidad fue víctima de una de las mayores pandemias de la historia : la gripe española. El Reino de España, neutral en la contienda, reveló sus datos de impacto de la epidemia, cosa que evitaron los estados contendientes. De ahí la injusta adjetivación que lleva a pensar que el virus se originó en España .
Tras un brote inicial en USA (Kansas, Marzo 1918), en tres meses se extendía a África, Asia y Oceanía; sucesivas ondas epidémicas posteriores causarían entre 20 y 100 millones de muertes , según dispares estimaciones. El impacto social fue enorme, en especial en la organización de los sistemas de salud.
En 2005, el investigador español García-Sastre reconstituyó en el laboratorio una estirpe del virus de la gripe española, explicando las bases de su enorme virulencia. Pero, el virus de la gripe, un complejo conjunto de cepas, nos visita anualmente con resultados distintos en cuanto a número de afectados y de fallecidos (50.000 sólo en USA algunos años).
La variabilidad del virus gripe dificulta la correcta preparación de vacunas eficaces , de ahí que la estrategia más común sea tratar de anticipar qué cepa será la que afecte cada año en la estación de otoño-invierno, para cultivarla industrialmente y preparar la vacuna . A pesar de todo, la vacuna administrada no suele proteger a más del 60% de vacunados y en ocasiones no pasa del 10%.
Incluso la protección que se adquiere al padecer la infección, desde la infancia, responde a pautas no muy explicadas . Datos recientes que recoge la revista «Science» pueden aportar explicaciones más convincentes y mejorar el diseño de vacunas.
El virus muta con intensidad al ser cultivado en embrión de pollo para obtención de vacunas. De ahí que el virus vacunal resultante no necesariamente proteja bien ni siquiera frente a la cepa infectante . Las nuevas estrategias para definir y preparar antígenos del virus gripe, mediante ingeniería genética, pueden fundamentar la obtención de mejores vacunas.