Greenpeace lanza el Erasmus para granjeros
16 agricultores y ganaderos europeos realizarán estancias en fincas anfitrionas para aprender técnicas de producción y cría ecológica
El cultivo de cereales ecológicos entraña una serie de dificultades que Albena Simeonova, productora de cereales ecológicos a pequeña escala en un sector dominado por la agricultura industrial, quiere compartir desde su finca en el pueblo de Lyubenovo, en el municipio de Nikopol (Bulgaria). Ella es una de los agricultores anfitriones del programa «FarmErasmus», una iniciativa de intercambio de conocimiento , que acaba de poner en marcha Greenpeace y que permite a los agricultores interesados en la innovación visitar explotaciones ecológicas.
Los agricultores que visiten la finca de Albena aprenderán a cultivar cereales sin emplear plaguicidas sintéticos así como los beneficios medioambientales y económicos que ello supone. Dado que el precio de los productos ecológicos ha mejorado y que la variedad de medidas ecológicas modernas de las que se dispone hoy en día es amplia, este tipo de agricultura no es solo viable sino también muy exitoso.
Como Albena en Bulgaria hay otros cinco agricultores con fincas en Bélgica, Francia y Grecia que actuarán de anfitriones de los 16 agricultores de Bélgica, Bulgaria, Grecia, Francia, Italia y Eslovaquia que fueron seleccionados entre 70 aspirantes para formar parte de este programa. «Pasarán unas semanas en las fincas anfitrionas aprendiendo técnicas y métodos ecológicos para aplicar a la agricultura y la ganadería», explica a ABC Luis Ferreirim, responsable de agricultura de Greenpeace España. Son agricultores dispuestos a avanzar hacia soluciones más ecológicas y para ello experimentarán en primera persona las técnicas sostenibles.
El programa se centra en la visita de unos agricultores a otros , por ejemplo, varios agricultores griegos están visitando fincas ecológicas belgas para aprender cómo sus colegas evitan el uso de alimentos transgénicos en la ganadería, así como de plaguicidas y fertilizantes sintéticos.
Manzanas sin plaguicidas
Una de estas fincas en Bélgica es el huerto de manzanos de Danny Billens , quien a pesar de que se formó para ser pastelero, lleva desde 1990 cultivando manzanas sin emplear plaguicidas químicos. Danny está mostrando a sus colegas cómo cultivar manzanas empleando una cantidad mínima de plaguicidas con certificación ecológica. Él es un claro ejemplo de que es posible. «No es fácil pero obtengo los mismos beneficios que si utilizase plaguicidas químicos», dice.
Los agricultores que visiten su finca conocerán su enfoque pragmático a la hora de cultivar. Danny está convencido de que la mayoría de los organismos vivos que se encuentran en un huerto de manzanos (avispas, lombrices y mariquitas parasitoides) son útiles, por tanto, los controla de forma extremadamente selectiva. Su éxito reside en su enfoque holístico para el control de plagas y enfermedades. Danny está conectado a una estación meteorológica que le proporciona información meteorológica precisa (temperatura, humedad) cada hora. Así puede actuar rápidamente ante una amenaza inminente.
Gestión de pastos
En la finca de Guilbardiere, situada en una región central de Francia, Gilles Guellier cría 35 vacas lecheras de distintas razas en 73 hectáreas de terreno, incluidas 50 hectáreas de prados. Es un experto en gestión de pastos. Anne Martin, copropietaria, procesa la leche de la granja y recibe alrededor de 1.700 invitados anuales en la finca. Entre sus objetivos se encuentra proporcionar a la comunidad comida sana y concienciar a las personas durante las visitas .
Tras hacerse cargo de la finca familiar en 1986 Gilles fue adaptándola poco a poco hasta que finalmente se pasó a la ganadería ecológica en 1994. Un año más tarde Anne se unió a él, e incorporaron un equipo de procesado de leche. Además de criar una gran variedad de razas (normanda, montbeliarde, prim holstein, parda alpina), gracias a la forma en que gestionan el pasto y al haber invertido en una secadora para mejorar la calidad del forraje, se autoabastecen el alimento de las vacas.
Además, han aumentado la biodiversidad de la finca mediante estanques, setos, la agrosilvicultura y evitando el uso de fertilizantes químicos en los cultivos. « Producimos menos pero nuestros gastos de producción son más bajos . Lo que queremos es tener suficientes beneficios para poder vivir, pagar nuestras deudas y reinvertir», explica Gilles.
Brecht Goussey, que gestiona junto a tres compañeros la finca De Boerencompanie, en Rotselaar, Bélgica; Sebastien, que en su finca de 200 hectáreas en el centro de Francia cría vacas y gallinas y cultiva cereales y oleaginosas, y Alexandra Tsiadi, responsable de 40 hectáreas en Farsala, centro de Grecia, con árboles, cereales, verduras, leguminosas y ovejas, son los otros tres granjeros anfitriones de este pionero programa.
«Los agricultores que participan en la iniciativa ganarán experiencia conociendo de primera mano métodos de agricultura sostenibles , que van desde conseguir alcanzar la autosuficiencia en la alimentación animal y en la ganadería de leche a encontrar alternativas al uso de insecticidas como los neonicotinoides o el herbicida glifosato», explica Luis Ferreirim.
Poniendo en contacto agricultores convencionales con los ecológicos se consigue que el conocimiento sobre alternativas se comparta ampliamente, lo que es un paso muy importante para acelerar la aceptación y transición a la agricultura ecológica , señalan desde Greenpeace.