«Green Deal»: Europa se lanza a transformar su economía, un hito que se compara al mercado interior
El ambicioso plan verde presentado por Ursula von der Leyen se somete hoy a su segunda votación
La Comisión Europea aprobó ayer el llamado «Acuerdo verde» («Green Deal») que constituye el impulso más radical que se haya dado jamás a la transformación de la economía europea contra el cambio climático. El ambicioso plan, cuyo objetivo estrella es hacer de la UE un territorio neutro en emisiones en 2050, será sometido hoy a la aprobación de los jefes de Estado o de Gobierno en la cumbre que se celebra en Bruselas.
Un veterano diplomático europeo comentaba ayer que este plan de la presidenta Ursula von der Leyen se puede considerar como uno de los grandes hitos de la historia de la UE. «Solo estamos empezando a ver cómo va a afectar a toda la economía, pero me da la impresión de que estamos abriendo un nuevo ciclo similar al que representó el lanzamiento del mercado interior en 1985 porque esto tiene un enorme potencial transformador».
Von der Leyen, que empezó su mandato el día 1 de diciembre y que había prometido poner en marcha este proyecto antes de cumplir los primeros 100 días, compareció en el Parlamento Europeo inmediatamente después de la reunión de la Comisión para informar a los eurodiputados de sus planes, en busca de un apoyo político fuerte de esta institución. El Parlamento ya ha aprobado una declaración de «emergencia climática» y ayer la mayor parte de los discursos fueron de apoyo a la iniciativa de la Comisión. Todas las medidas concretas que se vayan tramitando han de ser aprobadas tanto por el Parlamento como por los representantes de los países miembros en el Consejo.
El Fondo de Transición irá a parar a regiones donde el proceso de descarbonización sea más traumático
Todos los sectores
El proyecto implica prácticamente a todos los sectores desde la energía, la industria, la agricultura, la construcción, el transporte, el comercio, la biodiversidad, la alimentación, el tratamiento de basura y las finanzas. Las medidas concretas están todavía en un proceso de definición, pero Von der Leyen quiere que los primeros pasos en materia legislativa se den el año que viene. La versión del plan aprobada finalmente en la reunión de la Comisión de ayer adelanta a marzo de 2020 la aprobación de una primera Ley Europea del Clima , para hacer obligatorio para todos los países este compromiso.
El centro del plan será el Fondo de Transición que contará por ahora con al menos con 35.000 millones de euros que saldrán de los fondos estructurales, por lo que se prevé que vayan a parar preferentemente hacia regiones donde el proceso de descarbonización va a ser más traumático. Con este criterio, la Comisión pretende convencer a los países más reticentes al cambio como Polonia, la República Checa y Hungría, cuyos representantes van a tener que pronunciarse hoy mismo en la reunión del Consejo Europeo.
Los técnicos del ejecutivo comunitario calculan que con esos fondos se podrá dinamizar una multiplicación de inversiones, lo que en términos financieros se llama «apalancamiento»
Los técnicos del ejecutivo comunitario calculan que con esos fondos se podrá dinamizar una multiplicación de inversiones, lo que en términos financieros s e llama «apalancamiento» , ya sea con créditos del Banco Europeo de Inversiones (BEI) o con fondos de los propios países miembros, de modo que el dinero dedicado a la transformación ecológica llegará a montantes «de tres cifras» en términos de miles de millones. El BEI ha dicho que puede llegar a prestar hasta un billón (con b) de euros para proyectos «verdes» en la próxima década. Además, los expertos de la Comisión trabajan para cambiar la legislación sobre ayudas de Estado para que sean posibles proyectos financiados con dinero público para este objetivo en todos los sectores económicos, desde la automoción y la construcción a la agricultura, que deberá de dejar de utilizar masivamente pesticidas, a la gestión ecológica de los bosques.
Para alentar a los demás países del mundo a seguir el mismo camino, la Comisión prevé implantar una tasa especial en la frontera para los productos que hayan sido fabricados sin respetar las exigencias medioambientales europeas, de modo que no se distorsione la competenciay se perjudique a las empresas que respetan los criterios madioambientales.
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