La gran enseñanza del «paciente 1» del coronavirus en Italia

Se ha convertido en un símbolo que da esperanza porque demuestra que es posible la curación tras pasar condiciones gravísimas

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Se ha convertido en un símbolo. Mattia Y.M, conocido como el «paciente 1», un mánager de 38 años, deportista y atlético, fue hospitalizado el 20 de enero en condiciones gravísimas en Codogno , convirtiéndose en el primer contagiado de Lombardía (hasta ahora los infectados son 5.791 en esa región). Desde el lunes, después de 18 días en los que Mattia permaneció sedado, entubado e inconsciente, está fuera del departamento de reanimación y con respiración autónoma y semiconsciente en el hospital de Pavía. Sus médicos consideran que es una victoria que da esperanzas: Demuestra que incluso en condiciones gravísimas es posible la curación. Su mujer, embarazada de 8 meses, también infectada, fue hospitalizada en el hospital Sacco de Milán y ya ha regresado a casa.

El traslado del «paciente 1» a terapia subintensiva ha sido la primera buena noticia que desde hace días ha podido dar la región de Lombardía. El sistema sanitario italiano la ha recibido con alegría. Todos los médicos se han visto reflejados en el combate que han tenido contra el virus los doctores que cuidaron a Mattia Y.M. No lanzan aún las campanas al vuelo, porque la rehabilitación será lenta. Su historial clínico sirve para mostrar cómo se desarrolla la infección con el Covid-19: El agravamiento es rápido, después hay una larga fase de estabilización y finalmente llega el inicio de la mejoría. La combinación de tres elementos son vitales para el feliz resultado del tratamiento: Cóctel experimental de fármacos antivirales, antibióticos y, de forma experimental, incluso los utilizados para curar el sida ; terapias vitales (hidratación, alimentación artificial, etc.) y ausencias de posteriores complicaciones.

El virus lo sorprende

Mattía por primera vez acudió con alguna fiebre el día 16 de febrero al ambulatorio de Castillone D'Adda (Loddi), donde viven sus padres. Pero consideró que no tenia síntomas que le hicieran sospechar que estaba infectado del coronavirus. El médico Luca Pelleborini lo mandó al hospital de la zona, en Codogno, donde se hizo una revisión rutinaria. Regresó el día 18, donde le aconsejaron su ingreso, pero Mattia prefirió regresar a su casa. A las pocas horas la situación se precipitó, hasta el punto de ser necesaria, en la mañana del día 20 de febrero, la intervención del reanimador y el ingreso en la unidad de cuidados intensivos.

Fue entonces cuando la mujer informó en el hospital de Codogno de una cena en un restaurante de Castiglione D’Adda, con varias personas que se habían reunido con un amigo mánager de la empresa MAE de Piacenza, para celebrar el 21 de enero su regreso de China, escapando del coronavirus. Se creyó incluso durante varios días que al haber estado en China podría ser el “paciente cero”. Pero tras diversos análisis, realizados incluso a sus padres que viven en Castiglione, el manager de la MAE resultó negativo a todas las pruebas y no tenía los anticuerpos del virus, demostrándose así que nunca había sido infectado. De todas formas, la revelación de la mujer de Mattia, advirtiendo de la cena con el mánager regresado de China, le salvó la vida, porque fue entonces cuando se activaron todas las medidas de seguridad, incluyendo análisis a los familiares y amigos de Mattia Y.M.

En ese combate contra el virus se contagiaron algunos médicos y enfermeros del hospital de Codogno, el municipio que, junto a Castillone D'Adda , a tan solo 7 kilómetros de distancia, fueron señalados en el mapa de Italia como la primera zona roja de la epidemia. El día 22 este enviado especial de ABC recorrió las calles de Codogno y Castillone y eran pueblos fantasma. El ambulatorio estaba ya cerrado indefinidamente, según constaba en un cartel en la puerta. La gente se percató del drama y permaneció encerrada en sus casas, tras decretar el gobierno el aislamiento de esa zona de diez pueblos de la provincia de Lodi, que, proporcionalmente, registra el mayor número de contagiados de Italia, en total 963.

Cartel en la puerta del ambulatorio cerrado en el que se puede leer« A causa de fuerza mayor el ambulatorio permanecerá cerrado hasta nuevas disposiciones» ÁNGEL GÓMEZ FUENTES

También ataca a jóvenes

Con Mattia se ha demostrado que también los jóvenes, incluso los de constitución atlética y con práctica deportiva habitual como era su caso, pueden ser afectados gravemente por el coronavirus . Ha constituido un error pensar que el Covid-19 contagiaba casi exclusivamente a personas mayores, lo que ha hecho bajar la guardia a los jóvenes. Lo demuestran la s estadísticas de la Lombardía, la región con mayor número de infectados. De los 440 pacientes más graves recuperados en terapia intensiva hasta el 9 de marzo, el 8 % tiene entre 25 y 49 años, el 33 % entre 50 y 64 años, el 37% entre 65 y 74, el 22 % más de 75 años. Es evidente que los jóvenes tienen más armas y defensas para combatir contra el virus. Es más difícil que en un físico joven se presenten problemas a otros órganos como al corazón, hígado o riñones, cosa que sí ocurre a menudo con las personas ancianas. De hecho, la mayoría de los fallecidos tienen más de 80 años y, en general, sufren varias patologías.

Toda Italia pendiente

Toda Italia ha sido con interés la evolución de la enfermedad del «paciente 1». Era frecuente ver en programas de televisión a alguno de sus médicos, como el profesor Raffaele Bruno , de 53 años, jefe del departamento de enfermedades infecciosas del hospital de Pavía. Sus declaraciones sobre la lucha para salvar a Mattia Y.M. demostraban que este paciente se había convertido en todo un símbolo: «Esta es la misión más difícil en Europa», llegó a decir el profesor Raffaele Bruno. Una misión en la que junto a este profesor trabaja un equipo de 30 médicos junto a técnicos e investigadores, que ha afrontado esta emergencia experimentando una cura. «Hemos probado –explicó el profesor Bruno- un cóctel de fármacos usados para el sida, para la hepatitis C y para el Ébola. En la mezcla está la ribavirina, un antiviral . Los experimentos en laboratorio han demostrado que esta mezcla inhibe el crecimiento del virus».

«Un virus imprevisible»

Ha sido frecuente ver al profesor Bruno en programas de televisión manifestar que era «imposible prever la evolución de la infección» del «paciente 1» : «Por desgracia, la imprevisibilidad es la marca de los virus desconocidos. El profesor Bruno ha destacado que el «paciente 1» es el símbolo que demuestra que del coronavirus es posible salvarse incluso tras pasar condiciones gravísimas ». Pero al mismo tiempo nunca hizo distinciones: «Para nosotros todos los infectados son como el «paciente 1».

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