La gran mentira de un templo de Bali: «Los "influencers" de Instagram lo han arruinado todo»
Los famosos de las redes son los culpables de haber creado falsas expectativas a los cientos de turistas que acuden a este paraje y que llegan a esperar hasta tres horas de cola para hacerse una foto
![Diferencia entre las fotos que los «influencers» suben a las redes y la realidad](https://s2.abcstatics.com/media/sociedad/2019/07/12/collage-k8DH--1248x698@abc.jpg)
Las Puertas del cielo de Lempuyangm , en Bali, se han convertido en una atracción turística para los turistas y, especialmente, para los usuarios de Instagram.
«Influencers» y «youtubers» han copado las redes en los últimos meses con espectaculares fotos en este templo. El paraje, constituido por dos pilares de hormigón con vistas al volcán Agung, supone una postal magnífica de por sí. No obstante, estos «famosos» de las redes optaron por s ubir sus fotos frente a una especie de estanque que muestra el reflejo del fotografiado.
Ha sido la periodista búlgara Polina Marinova la que ha denunciado en redes sociales que esta balsa de agua perfectamente colocada para crear la foto idílica no existe . En un tuit, Marinova desvela que el agua es realmente un trozo de vidrio puesto debajo del iPhone para crear esa impresión.
Proof that Instagram influencers have ruined everything👇
— Polina Marinova (@polina_marinova) July 4, 2019
My hopes & dreams were shattered when I found out the “water” at the Gates of Heaven is actually just a piece of glass under an iPhone 😭 pic.twitter.com/oiahI5VCIo
«La prueba de que los "influencers" de Instagram lo han arruinado todo», se queja la periodista. Les acusa de haber creado falsas expectativas a los turistas, que aguantan hasta tres horas de cola para hacerse una foto y tienen que conducir más de dos horas para llegar a la localización.
Esta es una prueba más de la fuerza que han cobrado las redes sociales en nuestras vidas y el afán de los usuarios por «posturear», llegando a perder horas de su tiempo solo para conseguir la foto con más «likes». Pero esta historia nos deja una moraleja: no todo es como se muestra en las redes.
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