Pandemia, viajes y control sanitario
Es vital asegurarse de que cualquier persona que entre en España no está contagiada
La pandemia está bajo control en la Unión Europea desde hace semanas ; también en España. Sin embargo, esta verdad tan grata empieza a romperse ante la presencia de numerosos brotes de riesgo en los países miembros (alrededor de cincuenta en España). Por tanto, en primer lugar, es vital disuadir y penalizar cualquier conducta irresponsable como las que lamentablemente estamos viendo estos días.
Asimismo, es muy importante controlar el estado sanitario de las personas que entran en España , muy especialmente los ciudadanos de fuera de la UE que llegan a los aeropuertos, pues, como se verá, suponen un elevado potencial de contagio. En este artículo me centraré en dicho colectivo, pues afortunadamente la situación en la mayoría de los veintisiete Estados de la Unión –los cuales aportan el 75% de nuestro turismo exterior- es bastante satisfactoria.
Ante todo, hay que saber que “la pandemia se está acelerando a nivel mundial”. Actualmente gran cantidad de países están experimentando tasas diarias de contagio muy superiores a las de Europa y la expansión planetaria del coronavirus se produce a un ritmo que cada mes duplica el número de contagiados. De mantenerse este ritmo, a finales de septiembre nos acercaremos a la impresionante cifra de cien millones de casos. La situación es especialmente grave en las naciones americanas, con alguna rara excepción, como Canadá. Por estas razones, el Consejo Europeo ha aprobado una lista que contempla sólo quince países a cuyos ciudadanos se les va a permitir acceder a Europa. La gravedad es tal que, hasta que la situación mejore, no podrán visitarnos ciudadanos de ninguna parte del mundo a excepción de los que procedan de las naciones del espacio Schengen o las incluidas en dicha lista, lo que excluye a más de ciento cincuenta países.
Ahora bien, existen serias razones que aconsejan que esta lista se complemente con un estricto control sanitario de las personas que entran en la UE y, desde luego, en España. En primer lugar porque a los ciudadanos y residentes de los países de la Unión –verdadero oasis en medio del temporal- se les permite visitar cualquier lugar y regresar. En estos casos deberían ser sometidos a cuarentena a su vuelta. Pensemos, por ejemplo, en ciudadanos europeos visitando a su familia en Brasil o Estados Unidos, países con cuarenta mil contagios diarios. En segundo lugar, porque algunas de las naciones de la lista pueden tener factores de riesgo potencial adicionales, tales como un sistema sanitario más débil, baja realización de test, estadísticas de contagio poco fiables, etc. Y, finalmente, debemos tener presente que la evolución de la pandemia en algún país europeo empieza a preocupar, especialmente Suecia.
Por lo expuesto, es vital asegurarse de que cualquier persona que entre en España no está contagiada. Para ello, deberían reforzarse el personal y medios de control sanitario y administrativo de los aeropuertos, sin descartar cualquier medida aconsejable, incluida la realización de PCR, deseablemente en el origen, para los países de mayor riesgo. Esta última medida sería comprendida por nuestros visitantes y reforzaría la confianza en España como destino. Es absurdo discutir la conveniencia de estos controles por razones políticas. El virus no las entiende.
(*) Gonzalo Sirvent es contralmirante (RE), licenciado en Ciencias Económicas