El Gobierno italiano anuncia reglas más duras en todo el país

«Roma ciudad abierta» es hoy «Roma, ciudad cerrada». Seguramente muchos evocarán hoy ese título del poderoso drama de la película de Rosselini. Pero no solo la capital queda cerrada, toda Italia está desde hoy blindada, para luchar contra el coronavirus. De ser una protegida, como anuncio el primer ministro el pasado lunes, el gobierno ha decidido, solo cuarenta y ocho horas después, convertir a todo el país en zona roja. Se trata de una decisión histórica y dolorosa, que se adoptó en una reunión dramática de Conte con sus ministros. Desde hoy es un país casi de todo cerrado . Italia adopta medidas más duras en todo el territorio para luchar contra el coronavirus, como el cierre de oficinas, los locales comerciales, restaurantes, bares, pubs, peluquerías…. Solo siguen abiertos las farmacias, parafarmacias, tiendas de alimentación, empresas, los quioscos de prensa y estancos.

Las anunció el primer ministro, Giuseppe Conte , en una intervención en directo de diez minutos, a veces en tono dramático, poco antes de las diez de la noche. Resaltó que se examinó con todos los ministros la situación de todos los sectores del país y sus necesidades, destacando que «la premisa es que al primer puesto está la salud de los italianos». Después enumeró las medidas, que entran en vigor ya desde esta mañana y se mantendrán al menos hasta el 25 de marzo.

Serán cerrados todas las tiendas, con la excepción de aquellas con productos de primera necesidad, como farmacias y alimentación. Aquí el primer ministro quiso destacar que el país no quedará desasistido de esos productos y no habrá problemas para comprarlos. Fue una comunicación importante, a la vista de que siempre que se anunciaron medidas hubo avalanchas de gente en los supermercados , lo que constituyó un mayor riesgo de contagios del coronavirus. Por eso, Conte incluso anunció que se consiente el reparto a domicilio.

Las industrias permanecerán abiertas, pero con medidas de seguridad para el personal. Precisó Conte que «se cierran los departamentos de empresas no indispensables para la producción ». Serán garantizados los transportes y las actividades agrícolas. El primer ministro admitió que «solo dentro de dos semanas se podrán ver los efectos». Pero advirtió que no era posible esperar, porque el coronavirus no da tregua y se corre el riesgo del colapso de los hospitales. Conte supo anoche tocar anoche la fibra más sensible de los italianos: «Italia es una gran comunidad, unida y responsable. Juntos saldremos adelante, los demás países nos miran». Con orgullo y cautela, Conte afirmó que hoy «Italia da prueba de una gran resistencia y seremos un modelo para todos los demás. Permanecemos distantes hoy, para abrazarnos mañana ».