El Gobierno balear decreta el cierre de las calles de Mallorca en donde hubo aglomeraciones de turistas

La medida afecta a todos los establecimientos de la calle Punta Ballena de Magaluf, así como a la «calle de la cerveza» y la «calle del jamón» de la Playa de Palma

Imagen reciente de jóvenes sin mascarilla por las calles de Magaluf REUTERS

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La Consejería de Salud del Gobierno balear ha aprobado este miércoles una resolución en la que se decreta el cierre inmediato de todos los establecimientos de comercio, ocio y restauración ubicados en la calle Punta Ballena de Magaluf, así como de todos los locales situados en la calle Pare Bartomeu Salvà y en la calle Miquel Pellisa de la Playa de Palma, denominadas de forma coloquial «calle del jamón» y «calle de la cerveza», respectivamente. Esta decisión ha sido tomada después de las sucesivas aglomeraciones de turistas constatadas por el Govern en esas tres zonas en estos últimos días.

Las imágenes de fiestas, reuniones o celebraciones en las que no se respetaban las preceptivas medidas sanitarias de seguridad por el coronavirus habían sido reproducidas en todos los medios desde el pasado fin de semana. Paralelamente, distintos medios de comunicación y representantes políticos germanos se habían hecho eco de forma crítica de las situaciones vividas desde hacía días en la Playa de Palma, que es una zona frecuentada sobre todo por turistas alemanes. En la zona de Magaluf, en cambio, la mayoría de visitantes suelen ser de nacionalidad británica.

Ante esta tesitura, el consejero autonómico de Turismo, Iago Negueruela, ya había avanzado ayer que el Ejecutivo regional endurecería las medidas de control actualmente vigentes en la Comunidad, como así ha hecho a través de la resolución aprobada este miércoles. Esta nueva instrucción, que tendrá una vigencia de dos meses, también prohíbe dispensar bebidas en recipientes que tengan una cabida superior a los 600 centímetros cúbicos o beber con pajitas largas , con el objetivo de evitar los posibles contagios que se podrían derivar del hecho de que varias personas pudieran compartir esos recipientes.

Negueruela ha recalcado este miércoles que las actitudes incívicas detectadas corresponderían a «casos muy puntuales». El consejero ha añadido que, en cualquier caso, «no se va a permitir» ese tipo de turismo de borrachera en las Islas.

Por otra parte, varios centenares de personas, entre empresarios y trabajadores del sector del ocio nocturno de Baleares, se han concentrado esta mañana en el Parque del Mar de Palma, para mostrar su desacuerdo con las actuales medidas restrictivas que afectan a los distintos establecimientos del sector y en especial a las discotecas. Así, este verano sólo podrán abrir sus puertas las salas que tengan un aforo máximo de 300 personas. La citada protesta había sido convocada por la Asociación Balear de Ocio Nocturno y Entretenimiento (ABONE), que considera que esas medidas supondrán el cierre de numerosos negocios y la pérdida de miles de empleos. Esta patronal acusa además al Gobierno regional de no haber consensuado las mencionadas medidas con el sector.

Tres disposiciones previas

Cabe recordar que el Gobierno balear había aprobado ya el pasado lunes una primera resolución que pretendía reforzar las medidas dirigidas a prevenir la propagación del Covid-19, entre las que se incluyó la obligación de llevar mascarilla también en la vía pública a partir de ahora. La consejera autonómica de Salud, Patricia Gómez, había avanzado el jueves de la pasada semana que el uso de la mascarilla pasaría a ser obligatorio incluso cuando se respetase la distancia social. En principio parecía que sólo quedarían exentas de esa obligatoriedad zonas como playas y piscinas o situaciones concretas como llevar a cabo prácticas deportivas o tocar instrumentos de viento.

Finalmente, Gómez anunció el lunes en rueda de prensa que el Govern había optado por contemplar más excepciones de las inicialmente previstas en el uso de ese elemento de protección. Así, tampoco será necesario llevar mascarilla en otros casos, como por ejemplo al consumir alimentos en bares y restaurantes, al pasear por la naturaleza o al encontrarse en los paseos marítimos o en los centros de trabajo, siempre y cuando se pueda mantener la distancia de seguridad de un metro y medio en esos dos últimos supuestos.

El Ejecutivo que preside la socialista Francina Armengol había aprobado ya previamente, el pasado viernes, el decreto ley 11/2020, de 10 de julio, por el que se establecía el régimen sancionador específico para hacer frente a los incumplimientos de las disposiciones estatales y autonómicas dictadas para paliar los efectos de la crisis ocasionada por el Covid-19. Ese decreto ley establece sanciones de hasta 600.000 euros para las infracciones más graves, como por ejemplo la comercialización de fiestas ilegales.

Con anterioridad a la aprobación de la primera resolución y del citado decreto ley, el Govern había aprobado ya el pasado 19 de junio el plan autonómico que recogía las medidas de seguridad por el coronavirus que deberían aplicarse en todos los ámbitos del Archipiélago a lo largo de los próximos meses. Dicho plan fijaba, entre otras medidas, diversas restricciones para los locales de ocio nocturno, como por ejemplo la obligatoriedad de cerrar a las dos de la madrugada o la prohibición de poder bailar en el interior de las discotecas. Así pues, a lo largo del último mes Baleares había aprobado un plan de prevención del Covid-19, un decreto ley que establecía sanciones económicas y una resolución que determinaba en qué situaciones se debe usar la mascarilla. Sin embargo, esas tres primeras disposiciones no habían tenido el efecto disuasorio previsto.

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