Genoma humano y determinismo
La información genómica no va más allá de predecir un riesgo, nunca plantea certezas
Con sus 3.000 millones de nucleótidos enlazados en los 23 pares de cromosomas, nuestro genoma es referencia que refuerza valores como que la especie humana es una y única, que la etnicidad no puede ser motivo de discriminación y que cada ser humano, titular de una dignidad, es irrepetible. Los avances médicos derivados del conocimiento genómico generan también interrogantes que han de ser respondidos desde una actitud ética. Sólo cabe afrontarlos que desde la protección de la dignidad de cada ser humano, un fin en sí mismo que no puede nunca ser instrumentalizado como medio exclusivamente.
Los esfuerzos por esclarecer en qué medida nuestra dotación genética supone una mayor o menor propensión a desarrollar enfermedad siguen dando frutos. La revista «Nature» valora un estudio según el cual habría 6,6 millones de posiciones en nuestro genoma que pueden definir el riesgo de padecer enfermedad coronaria. Similares conjuntos de datos, cuyo manejo ya es posible para cada paciente, documentarían la propensión para otras muchas patologías.
La cada vez más cercana incorporación de esta información genómica a la práctica asistencial plantea numerosas cuestiones. La información existente se refiere en su gran mayoría a poblaciones de origen europeo, no refleja aún la diversidad genética humana. Los datos manejados podrían en algunos casos producir la impresión de que existe un determinismo genético. Sin embargo, la información que proporcionan no va más allá de predecir un riesgo, nunca plantea certezas. El estilo de vida (ambiente) y los antecedentes familiares seguirán siendo un dato fundamental para la atención médica, terapéutica o preventiva. No faltarán planteamientos para evaluar otras facetas como la relación entre el perfil genético y el rendimiento académico. En definitiva, si el conocimiento genómico nos sigue abriendo a posibilidades de mejora de la salud, el determinismo genético no se justifica ni desde la Ciencia ni desde la Ética.