La Gendarmería Vaticana registra la casa del ex jefe de inversiones de la secretaría de Estado
Monseñor Alberto Perlasca, sexto alto cargo investigado por apropiación indebida y corrupción
![Una imagen de la plaza y la basílica de San Pedro en el Vaticano](https://s2.abcstatics.com/media/sociedad/2020/02/18/vaticano-U08862037252ZfQ-1248x698@abc.jpg)
Siguiendo las indicaciones de «hacer limpieza», reiteradas por el Papa Francisco en los últimos meses, la Gendarmería Vaticana ha registrado este martes la oficina y la casa de monseñor Alberto Perlasca , responsable de las inversiones de la secretaría de Estado durante diez años hasta su cese en 2019.
Ejecutando el mandato del fiscal del Vaticano, Gian Piero Milano, los gendarmes han incautado documentos y ordenadores de Perlasca como ya hicieran el pasado mes de octubre en las oficinas de cuatro funcionarios de la secretaría de Estado y del director de la Agencia de Información Financiera (AIF), que ha sido exonerado. Los otros cuatro continúan bajo investigación e interrogatorios.
Un comunicado de la Oficina de Prensa del Vaticano confirma que este nuevo registro, con la segunda incautación de documentos y ordenadores, «está relacionado, sin prejuicio del principio de presunción de inocencia , con lo que ha ido saliendo a la luz en los primeros interrogatorios de los funcionarios indagados y suspendidos» el pasado mes de octubre.
Según un medio informativo del Vaticano, el nuevo registro forma parte «de la investigación orientada a verificar la hipótesis de delitos como apropiación de fondos por parte de funcionarios, abuso de autoridad y corrupción».
Repentino traslado
Monseñor Alberto Perlasca es un sacerdote de 59 años y de nacionalidad italiana -igual que los cinco funcionarios suspendidos previamente-, que administró durante diez años las inversiones reservadas de la secretaría de Estado hasta su repentino traslado, en julio de 2019 al Tribunal de la Signatura Apostólica en calidad de fiscal adjunto.
Esas inversiones reservadas , cuyo montante se sitúa en torno a 700 millones de euros según medios italianos, incluyen el Óbolo de San Pedro: los donativos para actividades de caridad del Papa recaudados en la colecta del 29 de junio y, directamente, en la pagina web del Vaticano.
El montante de los donativos anuales al Papa se situaba, según medios italianos, en torno a los 50 millones de dólares, pero ha ido disminuyendo en los últimos años.
El problema de fondo es que desde 2016, el Vaticano ha dejado de hacer públicos tanto sus balances como el importe de los donativos recibidos en concepto de Óbolo de San Pedro o de donativo de las conferencias episcopales de los principales países donantes como Estados Unidos, Alemania, Italia y España. El Vaticano es el único estado en el mundo que no da ninguna información sobre sus finanzas.
En ese contexto de opacidad total respecto a inversiones reservadas, balances y donativos para el Papa, las tentaciones delictivas son evidentemente altas, como sugiere la creciente actividad de los fiscales y la Gendarmería del Vaticano.
Los registros del pasado mes de octubre fueron motivados por denuncias del revisor general y del banco del Vaticano respecto a inversiones inmobiliarias en Londres. Concretamente, el antiguo edificio de Harrods en el número 60 de Sloane Avenue, destinado a transformación en apartamentos de lujo, y siete edificios en Cadogan Square, una de las zonas más caras de la ciudad.
El Papa invitó a abordar vigorosamente las «situaciones financieras sospechosas«
El pasado 15 de febrero, en su discurso de apertura del año judicial en el Tribunal del Vaticano, el Papa invitó a abordar vigorosamente las «situaciones financieras sospechosas que, aparte de su posible ilegalidad, no se concilian con la naturaleza y el fin de la Iglesia y que han provocado desorientación e inquietud entre los fieles».
Pero la opinión general es que, mientras no haya transparencia , los escándalos económicos del Vaticano continuaran repitiéndose como hasta ahora, a cargo cada vez de nuevas personas corruptas.
El nuevo secretario de Economía, el jesuita extremeño Juan Antonio Guerrero, tomó posesión el uno de enero y está todavía aterrizando.
A corto plazo, el problema urgente no es tanto la supervisión de balances de los departamentos del Vaticano sino de las inversiones totalmente opacas que gestionan la secretaría de Estado , la Administración del Patrimonio de la Sede Apostólica, la congregación para la Evangelización de los pueblos y el banco del Vaticano (IOR), cuyo volumen conjunto se sitúa en torno a los seis mil millones de euros según medios italianos.
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