21 días de cuarentena al llegar a China para prevenir el coronavirus

Desde marzo del año pasado, China tiene sus fronteras cerradas para prevenir el coronavirus y solo pueden entrar sus nacionales y los extranjeros con permiso de trabajo, como el corresponsal de ABC, que deben pasar estrictos controles de salud y una cuarentena obligatoria de 21 días. Pablo M. Díez Pertrechadas con trajes especiales de protección, las camareras reparten el desayuno, el almuerzo y la cena, que dejan en mesitas junto a la puerta de las habitaciones. Pablo M. Díez Las enfermeras toman la temperatura dos veces al día para comprobar si el viajero tiene fiebre, uno de los síntomas del coronavirus. Pablo M. Díez Además de la primera PCR nada más aterrizar y las dos efectuadas antes de volar, durante los 21 días de cuarentena los viajeros son sometidos a nueve pruebas más del coronavirus, como le ha ocurrido al corresponsal de ABC. Pablo M. Díez A las dos semanas, los viajeros también son sometidos a un análisis de sangre para comprobar los anticuerpos. Pablo M. Díez La estancia de tres semanas, incluyendo desayuno, almuerzo y cena, cuesta entre 380 y 500 yuanes (entre 50 y 65 euros). Pablo M. Díez La comida, servida en bandejas de plástico con carne, verdura y pescado al estilo chino, es correcta, pero bastante simple. Pablo M. Díez Aunque no se puede pedir comida a restaurantes, de los supermercados sí se puede comprar por internet alimentos envasados, que son repartidos por el personal del hotel. Pablo M. Díez A pesar del cierre de fronteras y las medidas extremas de seguridad, la variante Delta del coronavirus ha conseguido colarse en China, provocando pequeños brotes que son atajados con el cierre y confinamiento de las ciudades y las pruebas masivas entre la población. Pablo M. Díez Durante la cuarentena, solo se puede abrir la puerta de la habitación para recoger la comida y sacar la basura. Está terminantemente prohibido salir al pasillo o charlar desde la puerta con los otros viajeros. Pablo M. Díez Aunque es agobiante pasar 21 días encerrado en un cuarto, sin libertad ni poder disfrutar del aire fresco, el personal del hotel es muy amable y simpático y ayuda en todo lo que puede para hacer la cuarentena más llevadera. Pablo M. Diez Al llegar al hotel de la cuarentena, que nos toca en el Blossom Tao de Hangzhou, las maletas son desinfectadas para prevenir el coronavirus. Pablo M. Díez Algunas ciudades ofrecen la posibilidad de hacer la tercera y última semana de cuarentena en el domicilio del viajero, pero Pekín no para proteger a la cúpula del régimen chino. Cuando se marchan los viajeros, limpiadoras enfundadas en trajes de protección vuelven a preparar las habitaciones para otros pasajeros. Pablo M. Díez El último día de la cuarentena, las enfermeras no solo hacen la última prueba del coronavirus al viajero, sino que además toman muestras del lavabo, el vaso del cepillo de dientes, el escritorio y la cama. Pablo M. Díez Mientras Occidente vuelve a abrirse gracias a las vacunas y aprende a convivir con el coronavirus, China no tiene intención de abandonar su estrategia de «Covid 0» hasta el próximo verano o, incluso, más allá porque en octubre de 2022 se celebra un trascendental Congreso del Partido Comunista. Pablo M. Díez Otros lugares de Asia-Pacífico, como Hong Kong, Taiwán, Vietnam, Tailandia, Australia y Nueva Zelanda, también imponen cuarentenas a la llegada, pero la de China es la más larga y estricta. Pablo M. Díez Debido al cierre de sus fronteras, a China solo llega ahora el 2 por ciento de vuelos internacionales que recibía en 2019, antes del estallido de la pandemia en Wuhan. En Occidente, que es más liberal y donde muchos de sus países viven del turismo, estas cuarentenas serían imposibles. Pablo M. Díez

21 días de cuarentena al llegar a China para prevenir el coronavirus

Además de pruebas PCR y de anticuerpos, al aterrizar en China esperan tres semanas de cuarentena encerrado en una habitación de hotel que debe pagar el viajero