Vientos huracanados complican todavía más los incendios en California
Por este motivo, los más de 10.000 residentes de la exclusiva zona de Brentwood afectada por el llamado incendio Getty se mantendrán alejados de sus casas
La presencia de fuertes vientos, que este miércoles se esperaban que llegaran a la fuerza de un huracán , han provocado nuevos incendios y fortalecido los que devastan diferentes partes de California desde la semana pasada.
El mayor fuego sigue estando al Norte del estado, en el condado de Sonoma. Allí, el incendio Kincade ha quemado más de 30.000 hectáreas y solo está controlado en un 30%. Había temor a que entre la noche del martes y la madrugada del miércoles, la fuerza de los vientos en aquella región se disparara por encima de los 110 kilómetros por hora, casi la fuerza de un huracán (el de categoría más baja, el 1, tiene vientos sostenidos de entre 119 y 153 kilómetros por hora). Sin embargo, solo llegaron a rachas de 80 kilómetros por hora y por la mañana se había calmado.
La situación era más peligrosa en el Sur del Estado, donde se combaten varios fuegos, alguno de ellos en las inmediaciones de la mayor ciudad del estado, Los Ángeles. En el Oeste del centro urbano, el incendio Getty ha quemado más de 300 hectáreas y ha provocado la evacuación de decenas de miles de personas. Está controlado solo en un 27%.
En esta región, las rachas de viento llegaron a los 105 kilómetros por hora y se esperaba que fueron huracanadas, de casi 130 kilómetros por hora, por la tarde (en la madrugada del jueves en España).
Estos vientos -en un fenómeno meteorológico conocido como «los vientos de Santa Ana»-, combinados con la sequedad extrema y el calor han puesto en «alerta roja» a buena parte de California y amplias zonas del estado vecino de Arizona. El miércoles por la mañana había 26 millones de personas en áreas en peligro.
La capacidad destructiva del viento y la sequedad se comprobó en otro condado del Sur de California, en Ventura, donde se declaró el incendio Easy. En pocas horas, el fuego devoró casi 370 hectáreas y forzó la evacuación de 20.000 personas. Entre ellos, los trabajadores de la Biblioteca Presidencial Ronald Reagan, que llegó a estar sitiada por las llamas.
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