El fuego se ceba con el oeste de EE.UU.: «Nunca hemos visto incendios de tal magnitud»
Las llamas obligan a evacuar medio millón de personas, y ya hay al menos 24 muertos
Un humo espeso cubría este viernes Oregón y, a lo largo de kilómetros y kilómetros de carretera, la imagen era apocalíptica: barrios completos del sur del estado norteamericano reducidos por completo a cenizas, según Reuters. Oregón está siendo el más golpeado, pero los incendios sin precedentes que azotan Estados Unidos cruzan de norte a sur toda la costa oeste del país. Desde el estado de Washington en el norte, en la frontera con Canadá, hasta San Diego en el sur, en la frontera con México, alimentados por una sequía crónica y fuertes vientos que, al menos, se debilitaron el jueves.
Este viernes, alrededor de medio millón de persona s en Oregón (aproximadamente una octava parte de la población total del estado) eran evacuadas ante el avance de decenas de incendios forestales extremos, que han destruido miles de hogares y han matado al menos a 24 personas en todo el país, incluido un niño de 1 año en el estado de Washington, según las autoridades estatales y locales.
En Oregón hay al menos 360.000 hectáreas en las garras de las llamas, algo inaudito; en el estado de Washington son más de 200.000 hectáreas las que se han esfumado y, en el noroeste de California, solo el incendio denominado «August Complex Fire» , un conjunto de 37 incendios, se ha convertido oficialmente en el más grande de la historia en este estado, con más de 302.000 hectáreas quemadas.
« Nunca habíamos visto incendios fuera de control de tal magnitud en nuestro estado », dijo ayer la gobernadora de Oregón, Kate Brown, durante una rueda de prensa. También el gobernador de California, Gavin Newsom, suplicó a los residentes que atendieran a las órdenes de evacuación. «Seis de los 20 incendios forestales más grandes en la historia de California han ocurrido en 2020», dijo en Twitter. «Si se le pide que evacue, hágalo».
Huida rápida
Ante la violencia de los incendios, los habitantes, sumergidos en una espesa niebla anaranjada, suelen verse obligados a huir en pocos minutos. «Entré en pánico. Me aseguré de que todos los niños estuvieran en el coche, luego tiramos nuestras cosas en el maletero y eso es todo lo que tuvimos tiempo de hacer », cuenta Jamie Smith, un refugiado en un hotel en Fresno citado por AFP.
Ante la inaccesibilidad de algunas zonas y las complejas labores de los servicios de emergencia, las autoridades ya avisan de que el número de víctimas podría elevarse en los próximos días.