Franklin, 34 años y en la UCI por Covid: «Si me hubieran ingresado media hora después, no lo cuento»
Ha pasado 24 días en la UCI, 15 entubado, tras infectarse en el trabajo
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La escalada de contagios entre jóvenes provocada en su mayoría por la circulación de la variante Delta del virus, mucho más infecciosa, ha causado un doble efecto: que la edad media de los ingresados en UCI baje y que recalen en esta unidad, aunque de forma excepcional, jóvenes que en otras situaciones no se hubieran infectado. Franklin Aguilera, de 34 años, es uno de los pacientes jóvenes que ha vivido la terrible experiencia de estar intubado . Este joven hondureño, afincado en Barcelona desde 2011 y trabajador de la construcción, no responde al perfil de ‘treintañero’ que mantiene conductas de riesgo. Ni practica el botellón, ni sale, ni tiene una vida social especialmente intensa. «Voy del trabajo a casa y de casa al trabajo. Me dedico a cuidar a mi madre», asegura en declaraciones a ABC. Atiende a este medio desde la UCI del Hospital de Sant Pau de Barcelona, en la que ingresó el 15 de junio, tras empeorar su estado. Estuvo días intubado y, según relata, «sumido en una especie de nebulosa» que le impide recuperar algunos recuerdos. «Hay cosas que no sé si las soñé o son reales», dice. Lo que sí es real, aunque duro, es que su vida pendió de un hilo. «Si ingreso media hora después no lo cuento», confiesa.
«Nunca he fumado»
Mientras atiende a ABC, espera que le extiendan el alta y le envíen una ambulancia para ir a un centro de recuperación. Franklin está convencido de que se contagió en el trabajo y que, al no estar vacunado, el virus se cebó con él. No tiene patología asociada y sus pulmones estaban sanos. «Nunca he fumado», asegura. Vista su experiencia, lanza un mensaje a los jóvenes. «Les aconsejo que se cuiden y se abstengan de fiestas. Esto no es una broma», dice.
Hay otros jóvenes que no llegan a las unidades de críticos pero sí requieren hospitalización . Es el caso de Whashington Neira, ecuatoriano de solo 33 años que se encuentra ingresado en el Hospital Clínic. «Ingresé el martes con 39 de fiebre y sensación de ahogo y tos», explica a este diario. La tos la mantiene aunque ha mejorado mucho. «Espero tener el alta en dos o tres días», señala a este diario. Whashington, como Franklin, se contagió en el trabajo y tampoco está vacunado . Junto a él, en la sala de hospitalizados del Clínic se encuentra también Miguel Jordán, de 74 años. Él sí estuvo en la UCI 26 días y requirió intubación. «Me ponían la primera dosis el día después de mi ingreso. No pudo ser», dice Miguel, que lleva en el hospital 76 días. Su caso fue repentino, sin avisar.
«Estaba en casa de mi hermana y empecé a notar un sudor frío. No me podía mover. Vino la ambulancia y me llevaron a la UCI». Miguel está en la franja alta de las edades de la UCI, sabe que es la excepción, por edad y por no estar vacunado. Se siente afortunado por haber sobrevivido a este virus que tanto se ensañó en el primer zarpazo con sus compañeros de generación.