Francisco: «Jesús está oculto en nuestros hermanos y hermanas enfermos y atribulados»

Bendice a los enfermos con la custodia de la Adoración Nocturna Española

El Papa, en Fátima EFE
Juan Vicente Boo

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El momento final de la misa de canonización de Francisco y Jacinta no fue una simple despedida sino la bendición de centenares de enfermos con el Santísimo Sacramento, como es tradicional en Fátima.

Antes de impartir la bendición con la custodia donada en 2011 por la Adoración Nocturna Española, el Papa ha recordado que los nuevos santos, Francisco y Jacinta, supieron mucho de sufrimiento y enfermedad en sus cortas vidas.

Dirigiéndose al medio millón largo de peregrinos presentes en la explanada y los alrededores, Francisco ha hecho un paralelismo muy significativo: «Queridos peregrinos, ante nuestros ojos tenemos a Jesús invisible pero presente en la Eucaristía, así como tenemos a Jesús oculto pero presente en las llagas de nuestros hermanos y hermanas enfermos y atribulados».

En tono muy entrañable, el Papa ha dicho a las personas enfermas que «el ofrecimiento diario de vuestros sufrimientos , en unión con los de Jesús crucificado, la aceptación paciente y hasta alegre de vuestra condición son un recurso espiritual, un patrimonio para toda la comunidad cristiana».

Y les ha insistido con toda claridad: « No tengáis vergüenza de ser un tesoro valioso de la Iglesia ».

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