Francisco, en ABC: «La Iglesia que debe salir de la crisis del coronavirus es armonía y desorden»
En estos momentos de dificultad no puede estar cerrada en instituciones
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¿Veremos una Iglesia menos aferrada a las instituciones, más «home Church», como se dice en el mundo anglosajón?
¿Menos aferrada a las instituciones? Yo diría a los esquemas. Porque la Iglesia es institución. La tentación consiste en soñar en una Iglesia desinstitucionalizada , por ejemplo, una Iglesia gnóstica sin instituciones, o sujeta a instituciones fijas, que la protejan, que es una Iglesia pelagiana.
Quien hace la Iglesia institución es el Espíritu Santo. Que no es ni gnóstico ni pelagiano. Él institucionaliza la Iglesia. Es una dinámica alternativa y complementaria, porque el Espíritu Santo provoca desorden con los carismas, pero en ese desorden crea armonía. Iglesia libre no quiere decir una Iglesia anárquica , porque la libertad es don de Dios. Iglesia institucionalizada quiere decir Iglesia institucionalizada por el Espíritu Santo. Una tensión entre desorden y armonía: esa es la Iglesia que debe salir de la crisis. Tenemos que aprender a vivir en una Iglesia tensionante entre el desorden y la armonía que provoca el Espíritu Santo. Si usted me pregunta qué libro de teología más le puede ayudar a entender esto son los Hechos de los Apóstoles. Ahí va a encontrar la manera en que el Espíritu Santo desinstitucionaliza lo que ya no sirve e institucionaliza el futuro de la Iglesia. Esta es la Iglesia que debe salir de la crisis.
Absolvió a todos
Me llamó por teléfono hace una semana un obispo italiano un poco angustiado que me decía que estaba recorriendo todos los hospitales queriendo dar la absolución a todos los que están adentro, desde el vestíbulo del hospital, pero había llamado a unos canonistas que le dijeron que no, que la absolución sólo se permite en un contacto directo.
— «¿Qué me dice usted, padre?» , me preguntó el obispo.
—Le dije: «Monseñor, cumpla su deber sacerdotal».
—Y el obispo me dice: «Grazie, ho capito» («Gracias, he entendido») . Después supe que repartía absoluciones por todos lados.
O sea, es la libertad del Espíritu en ese momento frente a una crisis, y no una Iglesia cerrada en instituciones. Eso no quiere decir que no sea útil el derecho canónico: sí sirve, ayuda, y por favor usémoslo bien, que nos hace bien. Pero el último canon dice que todo el derecho canónico tiene sentido para la salvación de las almas.
Usted me pregunta sobre la «home Church». Tenemos que enfrentar el encierro con toda nuestra creatividad. O nos deprimimos, o nos alienamos –por ejemplo, con medios de comunicación que nos pueden llevar a realidades que nos sacan del momento–, o creamos. En casa necesitamos creatividad apostólica, creatividad purificada de tantas cosas inútiles, pero con añoranza de poder expresar la fe en comunidad y como pueblo de Dios. O sea: encierro con añoranza, esa memoria que hace añoranza y provoca la esperanza nos tiene que ayudar a salir del encierro nuestro.
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