Controvertido pulso PSOE-Podemos este 8-M, Día de la Mujer
El 'Feministerio' que Irene Montero crea a su imagen y semejanza
Una cohorte de doce asesores (ocho de ellos mujeres) y siete altos cargos femeninos arropan a la ministra cuando auspicia leyes que tampoco convencen en la izquierda por su sectarismo. Su mala relación con Calvo dinamita la coalición
Por qué el 8-M es el Día Internacional de la Mujer

Un dato sintomático y para el recuerdo este 8 de marzo: en 2020, PSOE y Unidas Podemos (UP) no concurrieron juntos a la marcha estatal en Madrid pese a que la coalición se había consolidado hacía semanas y se estrenaba con buena voluntad. Las ... dirigentes y ministras –bajo los mandos de dos primeras espadas del feminismo, Carmen Calvo (para el PSOE) e Irene Montero (para UP)– se fundieron en las agrupaciones de sus partidos y las reivindicaciones ya se corearon por separado. Esta disonancia era un preludio de los chispazos que estaban por venir por falta de entendimiento en este terreno tan delicado. Para las socialistas, esa lucha por conseguir la igualdad «no es de todas», como espetó Calvo a la derecha, sino que «se lo ha currado» el socialismo . Sin paños calientes. Mientras, para UP, el edificio construido por sus predecesoras solo se convierte en un auténtico ‘Feministerio’ (bonita metáfora) cuando ellas aterrizan.
Pero, ¿cuál es el balance de la lucha contra la desigualdad que se ha logrado? Tras más de un año de andadura, ninguna de las leyes fundamentales del Ministerio de Igualdad está aprobada. Los proyectos estrella y grandes líneas del área sí están muy definidos, pero estas iniciativas o se han hecho mal, o muy mal. Prueba de toque es la ‘ley del solo sí es sí’, que hasta este sábado por la noche, la ministra Irene Montero defiende como factible esta legislatura. Y eso a pesar del rapapolvo que le asestó el Poder Judicial que, como una apisonadora, invitó a pasar el rodillo a su articulado. Segunda ley: la del colectivo transexual , que sin haber llegado siquiera al Consejo de Ministros, ha abierto las costuras entre los dos partidos.
Podemos intentó a la desesperada el año pasado tener lista la primera norma para estrenarla el 8-M. Montero lo tomó como el golpe de efecto perfecto para reivindicar su papel en La Moncloa. No fue así. En los últimos meses ha repetido actuación y se ha agilizado el borrador de la segunda ley. Sin consenso. Calvo conocía su modo de proceder y avisó del ‘pulido’ que deberían dar a la ley antes de que se pusiera sobre el tapete del palacio presidencial.
Dos ejemplos de la cruzada
Los dos proyectos desembocaron en fuertes (y nada camuflados)conflictos y, en consecuencia, en semanas de desgaste de la coalición. De hecho, el primer gran choque del Ejecutivo bicolor fue a razón del ‘sí es sí’. Cuando el ministro de Justicia dijo que el texto tenía deficiencias técnicas, el vicepresidente segundo, Pablo Iglesias, le llamó «machista frustrado». Un desafío similar existe con ‘la ley Trans’, por la que han llegado a acusar en privado a la vicepresidenta primera de tránsfoba. Fuentes moradas acusan al PSOE y Calvo de obstaculizar ambas empresas. Por su parte, los socialistas contestan que la tardanza responde a la necesidad de legislar con «seguridad jurídica». La que Vicky Rosell (jueza, delegada para la Violencia de Género , y a la que Montero confía la redacción de sus textos) no imprime a su labor, consideran esas fuentes socialistas.
En el fondo siempre subyace un intenso pulso soterrado con Igualdad y por la cesión que Pedro Sánchez hizo a Iglesias al arrebatar de las manos de Calvo este departamento y entregarlo a Montero. La materia más sensible del calendario ideológico del Gobierno y que la izquierda siempre ha querido liderar se dejaba así en manos de los morados. Con un presupuesto nada anodino para las competencias que alberga este departamento –452 millones de euros de los Presupuestos Generales del Estado para este año–, Montero ha hecho del ‘Feministerio’ del que presumen en sus perfiles de redes sociales su casa. Con una cohorte de doce asesores (ocho mujeres y cuatro hombres), es un círculo muy cerrado y de su máxima confianza. Una de las características de este equipo es que no tiene ‘goteras’ por donde se escape el agua, siempre arropan a la ministra, salpicada por controversias como su propia infección tras el 8-M o el vídeo de una entrevista concedida a la radiotelevisión vasca (EiTB) filtrado a la prensa, donde se ve a una ministra reconociendo que el ‘miedo’ al coronavirus había rebajado las expectativas y afluencia de su ‘primer’ 8-M.
Al recalar en el edificio de la calle Alcalá, Montero alumbró una estructura sustentada en siete direcciones generales, todas en manos de mujeres, entre ellas a Beatriz Gimeno, íntima amiga suya, y su exmujer Boti G. Rodrigo, conocidas ambas por predicar un radical credo feminista. Gimeno cuestiona la lactancia materna y considera la heterosexualidad como «una herramienta política para subordinar a los hombres». Ahora dirige el Instituto que, dicen, representa «a todas las mujeres»
El Portal de Transparencia ayudó a resolver algunas dudas sobre los currículos ‘ciegos’ de varios altos cargos, jefas de gabinete y asesores de Igualdad, así como de sus sueldos. La ministra percibe 87.953,34 euros; mientras en su organigrama, se ‘premia’ a las directoras generales con sueldos muy elevados y variables. El ejemplo más llamativo es Gimeno, que el año pasado se habría embolsado en el Instituto de la Mujer y para la Igualdad de Oportunidades (el IMIO se ha visto este año reforzado en sus funciones) más de 85.000 euros. Según el Portal, los puestos de libre asignación cobran entre 46.000 y 61.000 euros al año. Montero designó a Amanda Meyer, hija del histórico dirigente de Izquierda Unida Willy Meyer, jefa de gabinete; y a Patricia Fernández como directora de gabinete, cargo por el que gana 60.881 euros al año.
Factoría ‘La Tuerka’: Vera, mano derecha de Montero, era periodista en ‘La Tuerka donde coincidió con Monedero e Iglesias
La ‘número dos’ del Ministerio es la secretaria de Estado Noelia Vera, que fue portavoz de la Ejecutiva de Podemos y diputada desde 2015. La periodista llegó al partido desde el programa de televisión ‘La Tuerka’, que dirigía Pablo Iglesias y donde coincidió con Juan Carlos Monedero, cofundador de UP. La ministra tiene otras siete asesoras de nivel 30. Entre ellas, la investigada como niñera a cargo de los Iglesias-Montero, Teresa Arévalo. Ella y Lidia Rubio, Bárbara Tardón, Clara Alonso, Ángela Rodríguez ‘Pam’ y María Naredo cobran 51.946 euros. Junto a ellas, Rita Bosaho reemplazó por ese dinero a Alba González como directora general de Igualdad de Trato y Diversidad Étnico-Racial.
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Mala relación con Calvo
Frente a ese plantel, se sitúa el filtro socialista. En la dinámica de partidos, la coalición se concibió para que las leyes moradas pasen por la Vicepresidencia de Calvo, que no oculta sus profundas discrepancias con Montero. Estos mecanismos de control no siempre se respetan. Una muestra reciente se vivió en el Congreso. El Grupo Socialista presentó su ley de igualdad de trato, la ‘ley Zerolo’, sin acuerdo entre los socios. EnUP sentó a ‘cuerno quemado’.
Se abstuvo en la votación y fue la primera vez que los partidos del Gobierno rompían la unidad de voto. Fuentes socialistas explicaron a ABC que UP intenta reivindicarse como actor determinante y no proyectar una imagen de posición subalterna al PSOE. Lo quieren hacer, además, en la liga en la que se mueven más cómodos, con «elementos de confrontación» en el terreno del feminismo. Por ejemplo, UP sugiere eliminar la «identidad sexual» o la categoria jurídica del sexo en sus proyectos legislativos. Son precisamente estos principios reconocidos dentro de la teoría ‘queer’ los que escaman en Ferraz.
No es casual que para vestirse, Podemos eligiese el color morado asociado al movimiento feminista. Lo exhibe como seña de identidad mientras los socialistas no renuncian a ella. Pedro Sánchez tratará hoy de limar esta cruzada participando en los actos institucionales del 8-M con Irene Montero. Y lo hará en su ‘Feministerio’.
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