El feliz 112 cumpleaños del abuelo de Europa

El pacense Francisco Núñez Olivera fue homenajeado ayer por su pueblo Bienvenida y por el Ejército de Tierra al ser soldado más veterano de España, con dos guerras a sus espaldas

Francisco Núñez Olivera (c), el tercer hombre con más edad del mundo y el veterano de guerra español más longevo de la historia de España, en su 112 cumpleaños. EFE
Mónica Arrizabalaga

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Aún no han dado las once y sus hijas no quieren despertarlo. «Tiene sus horas y es muy metódico en todo», dice Milagros, de 77 años. Además ayer «fue un día muy emotivo» para Francisco Núñez Olivera en el que «disfrutó mucho» al celebrar su 112 cumpleaños entre el cariño de sus vecinos de Bienvenida (Badajoz), las autoridades de la localidad y hasta una representación del Ejército de Tierra que se sumó al homenaje del abuelo de Europa que es el tercer hombre más longevo del mundo y el veterano de guerra con más edad de la historia de España . Ha pasado su vida trabajando en el campo, pero estuvo en la Guerra del Rif y en la Guerra Civil .

«Marchena», como le conocen en el pueblo porque recordaba al cantaor Pedro Marchena , sonreía a todo el mundo desde su silla de ruedas y no dejaba de decir «¡qué alegría!» y de dar las gracias a los que se acercaron hasta su casa después de un acto de homenaje en la Plaza de España al que asistió en su lugar su hija María Antonia, de 80 años. A Francisco le hubiera gustado ir, pero hacía frío. Bien abrigado, sí salió a la puerta de la vivienda para recibir después al alcalde de Bienvenida, Antonio Carmena, el cronista oficial Francisco Javier Rodríguez, la vicepresidenta y portavoz de la Junta, Isabel Gil Rosiña, y el teniente coronel Juan Castroviejo García, jefe del Batallón de Cuartel General XI, de la Brigada XI de Extremadura y a una multitud de vecinos.

El teniente coronel, que le entregó un ejemplar enmarcado del periódico «Tierra» del día de su centenario, trasladó el reconocimiento del Ejército de Tierra a Francisco Núñez como «uno de los nuestros» , «un compañero». «Francisco vivió la incertidumbre de los ataques y la dureza del combate, y comprendió el concepto de compañerismo que adquiere sentido cuando en el día a día vives las mismas penurias, penas y alegrías de quienes te rodean», ensalzó Castroviejo.

El jefe del Batallón de Cuartel General XI reconoció la « valía » de Núñez como «predecesor» de los militares actualmente en servicio activo y resaltó que « Francisco, con su historia, da sentido al lema de la Brigada Extremadura: 'Tierra de bravos caudillos '». «Bravo caudillo, bravo soldado y bravo militar es aquel que combatió en 1926 en el norte de África», concluyó refiriéndose a Marchena.

«Ojalá tuviéramos la oportunidad, aunque solo fuera por diez minutos, de meternos en la mente de Francisco -destacó la vicepresidenta de la Junta, Isabel Gil Rosiña- Sobre todo la gente de la generación joven a la que pertenezco y poder mirar durante diez minutos la vida con los ojos de Francisco , para así poder darnos cuenta de todas las cosas que tenemos ahora la gente joven, de todas las oportunidades, de todo lo que han peleado nuestros abuelos para que la vida hoy sea mejor».

El Cronista Oficial de Bienvenida, Francisco Javier Rodríguez, destacó por su parte que Marchena es «historia viva» que, con su presencia, «nos recuerda la necesidad constante de entendernos a través del diálogo porque puede hablarnos de los horrores de dos guerras en las que ha participado y ha sobrevivido; puede hablarnos de los cambios que hemos experimentado en el siglo XX los españoles y los extremeños, porque los ha vivido en primera persona; puede enumerarnos los valores que debe tener una persona íntegra pues ha conocido a muchas durante más de un siglo».

Emocionado y muy alegre, Núñez atendía a todos y les agradecía sus muestras de afecto. « Soy el hombre más feliz del mundo », decía mientras presenciaba el descubrimiento de una placa conmemorativa en su honor.

Una vida sencilla

El homenaje fue una sorpresa para él. «No le decimos nada de lo que va a pasar porque si no, no duerme», cuenta su hija Milagros, que vive con su marido en la misma calle aunque pasa buena parte del día atendiendo a su padre junto con su hermana Antonia, de 80 años. «Gracias a Dios estamos bien. Ágiles, fuertes, no nos constipamos», dice apuntando que han debido de heredar la salud de Francisco.

« No tiene dolores, su tensión y el azúcar es normal» y «come de todo, pero triturado » porque «hace 40 años que no tiene dientes» y «nunca ha querido ponerse la dentadura postiza», dice Milagros. Lo que ya no toma es ese vaso de vino que acostumbraba a beber con los amigos en el bar durante la partida hasta no hace tanto.

La cartilla de Francisco Núñez EJÉRCITO DE TIERRA

« Hasta los 105 ó 106 años entraba y salía de casa solo », recuerda su hija al tiempo que añade: «Era de andar muchísimo . Se ponía muy emperifollado, porque siempre ha sido muy limpio y muy presumido , y se iba para el pueblo».

Por su planta y su cuidado en el vestir se ganó el apodo de Marchena en el pueblo. Milagros cuenta que el famoso cantaor fue al pueblo a cantar una vez cuando su padre hacía la mili y cuando regresó a casa, «muy bien plantao», uno dijo: «Pues si Marchena está aquí otra vez», y con el mote se quedó desde entonces, hace por lo menos 90 años.

A pesar de que en los últimos cinco años no ha salido de casa, sus hijas le paseaban por la casa hasta que «hace apenas cuatro meses que ha dejado de andar». Tampoco enciende ya con la televisión, donde antes le gustaba ver corridas de toros y los informativos. Ahora el día sentado, entretenido con el ir y venir de familiares y amigos por la casa. «Tenemos una vecindad muy buena y siempre hay gente en casa, así que está distraído », afirma Milagros.

Del pasado recuerda «de lo antiguo», de aquellos años en Ceuta, cuando participó en la Guerra del Rif. Entró en la caja de reclutas de Zafra el 10 de agosto de 1925 (días más tarde le entregarían su cartilla de filiación, que aún conserva) y meses más tarde se incorporó al Regimiento de Infantería Serrallo nº69, con guarnición en Ceuta. Tenía 21 años.

Tres años después regresó a Bienvenida, donde trabajó como agricultor hasta que en la Guerra Civil , ya casado y entonces con tres hijos, le encomendaron vigilar la línea de ferrocarril Mérida-Los Rosales, que pasa por Bienvenida, para evitar la colocación de cargas explosivas que la inutilizaran.

Su vida después transcurrió tranquila en el pueblo, en sus labores agrícolas. Su mujer y dos hijos fallecieron hace años, pero sigue contando con su hermana Jacoba, de 95 años, y sus hijas Antonia y Milagros, así como una extensa familia. «El sábado pasado vinieron las nietas de Madrid, Sevilla... nos juntamos cerca de 30 personas y lo pasamos muy bien», dice su hija. Quizá Gil Rosiña tenía razón al resaltar que «de todos los motivos» de la longevidad de Marchena, el principal era el cariño recibido: «El cuidado de sus hijas que a lo largo de todo este tiempo le han cuidado, le han querido, le han mimado, eso es lo verdaderamente importante para que el corazón de uno siga latiendo cada día».

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