Las farmacias no contarán con mascarillas quirúrgicas hasta dentro de dos semanas

Las mascarillas se han convertido en un producto de primera necesidad en esta crisis sanitaria del coronavirus . Sobre todo después de que el Gobierno cambiara de opinión y recomendara su uso a toda la población y no solo a las personas infectadas. Sin embargo, tres días después de su distribución masiva en metros y autobuses, el acceso a este sistema de protección sigue siendo complicado para gran parte de los ciudadanos.

El propio presidente del Consejo General de Colegios Farmacéuticos, Jesús Aguilar, aseguró ayer a ABC que «las farmacias no dispondrán de mascarillas quirúrgicas en cantidades suficientes para empezar a proveer a los ciudadanos antes de dos semanas», pese al anuncio del ministro del Interior, Fernando Grande Marlaska, de que dispondrían de este material a finales de esta semana.

Para facilitar el uso de este sistema de protección a toda la población, el Consejo General de Farmacéuticos ha ofrecido al Ejecutivo su extensa red de farmacias para distribuirlas de «forma gratuita y de una manera más ordenada» a través de la tarjeta sanitaria. La respuesta del Ministerio de Sanidad todavía no ha llegado, pero Aguilar espera que el Gobierno tome en cuenta el ejemplo de otros países asiáticos que han dejado la distribución de este producto a las farmacias comunitarias.

El presidente del Consejo General de Farmacéuticos también recordó que su sector «fue el primero en pedir al Gobierno que fijara un precio fijo a las mascarillas, para frenar la especulación por parte de proveedores ajenos al canal farmacéutico». «Ahora nos ofrecemos a garantizar su acceso en condiciones de igualdad a los 47 millones de españoles, distribuyéndolas a margen cero. Es decir, sin ninguna ganancia ni beneficio para la farmacia, en las condiciones y precio que fije el Gobierno. Sería la mejor solución, porque las 22.000 farmacias son el recurso sanitario más numeroso de España, sin cita previa, ni lista de espera», recordó.

Ante un producto tan limitado en el mercado global, Aguilar consideró que es fundamental poder distribuir las mascarillas «de la manera más racional posible». «A través de la receta electrónica conseguiríamos garantizar el acceso de los ciudadanos según los criterios que plantee la administración; por ejemplo, la edad. Podríamos saber a quién se la damos y quedarían perfectamente controladas. De esta manera evitaríamos que el ciudadano vaya a un sitio y a otro para acopiar el mayor número posible», apuntó.

De aceptar el ofrecimiento, Aguilar aclaró que las mascarillas a distribuir deberían ser las quirúrgicas que son consideradas un «producto sanitario» y que garantizan «un mínimo de nivel de protección» a los ciudadanos. «Tiene que ser un producto que sea útil a los ciudadanos», insistió. Pese a que este material también es de un solo uso, Aguilar admitió que en esta situación de emergencia no quedará más remedio que «estirar su vida útil».

Aguilar insistió en que las farmacias quieren ser parte de la solución y denunció las prácticas especulativas de las que están siendo víctimas. «Queremos que se intervenga ya el precio, y que el Ministerio responda al ofrecimiento de la red de farmacias», indicó.