Fallece un enfermo de Covid en Argentina, al que un juez ordenó administrar dióxido de cloro
La comunidad médica del país se encuentra conmocionada tras la muerte de este paciente, al que se administró una sustancia cuya eficacia contra el coronavirus se ha difundido a través de bulos en redes sociales
Un hombre murió ayer en Argentina, después de que -días atrás- un juez ordenara administrarle dióxido de cloro como tratamiento contra el Covid-19 . La familia del fallecido presentó una medida cautelar para evitar qur se le suminstrase la sustancia, y aún no se sabe si esa fue la causa definitiva de su muerte.
El fallo del juez, como recoge la prensa argentina, causó c onmoción entre la comunidad médica porque se trata de una sustancia potencialmente tóxica , peligrosa para la salud, que no tiene eficacia demostrada en el tratamiento del coronavirus y que no cuenta con la autorización de la Anmat (Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica de Argentina).
El juez federal Javier Pico Terrero determinó que el paciente Oscar Jorge García Rúa debía ser tratado con nebulizaciones de ibuprofeno de sodio y de dióxido de cloro, indicación que había dado el neurocirujano personal del hombre, Dante Convert. Fue el hijastro del paciente quien presentó la medida judicial y pidió una resolución urgente.
El magistrado consideró que la administración del tratamiento indicado «no ocasionaría un grave perjuicio y evitaría el agravamiento de las condiciones de vida». En esta línea, el fallo indicó que « se debe asegurar la implementación de tratamientos prescritos por el médico que trataba a García Rúa».
La ingesta de dióxido de cloro, una sustancia utilizada como desinfectante de superficies y blanqueador de materiales orgánicos, ya había sido rechazada por la Asociación Toxicológica Argentina, la Asociación Argentina de Medicina Respiratoria, la Sociedad de Toxicología y Ambiente Córdoba y la Sociedad Iberoamericana de Salud Ambiental, entre otras.
Uso difundido en redes sociales
En un comunicado que emitieron a mediados del año pasado cuando comenzó a difundirse su uso desde las redes sociales y portales pseudocientíficos, recordaron que n o existe «ninguna evidencia científica que apoye su seguridad o eficacia» y que además su ingesta puede provocar «cuadros digestivos irritatorios severos» que pueden desencadenar «trastornos hematológicos, cardiovasculares y renales» o neumonitis química y edema de glotis cuando se aplica a través de nebulizaciones.
Desde las sociedades científicas la indicación fue taxativa: «Recomendamos no consumir dióxido de cloro ni clorito de sodio como tratamiento o profilaxis de Covid-19». También aclararon que las concentraciones permitidas de dióxido de cloro para usos relacionados con agua o bebidas «son miles de veces menores a las recomendadas como terapéuticas o profilácticas de Covid-19».
Manifestaciones en defensa de la sustancia
Tras conocerse el fallo, un grupo de personas se concentró en la puerta del Hospital Otamendi con pancartas y carteles alusivos a favor del dióxido de cloro. «Dióxido de cloro previene», «Dióxido de cloro, cura para todos», «No es tóxico, aprueben ya», fueron algunos de los mensajes.
El fallo sacudió a toda la comunidad científica. «Me preocupa que un juez ordene un tratamiento médico y que además ese tratamiento no esté autorizado por el Ministerio de Salud de la nación, ni por ningún Ministerio de Salud del mundo, me parece mucho más preocupante» apuntó el jefe de Toxicología del Hospital Fernández.
El médico explicó que muchas veces los fallos judiciales son necesarios cuando una institución se niega a aplicar un tratamiento porque se trata de un medicamento costoso . «Pero de ahí a que se ordene utilizar algo que no es un medicamento es realmente grave», remarcó el toxicólogo.
Damin recordó, además, que el dióxido de cloro es una sustancia vieja y ya muy conocida, como estudiada. «Un producto industrial que puede resultar muy bueno para lo que se utiliza, pero no como un medicamento». «Muchas veces la sociedad le atribuye factores mágicos a algunas sustancias, cuando toda la evidencia científica dice lo contrario. No hay evidencia de que sea efectivo como medicamento. Al revés, tenemos evidencia de lo peligroso que es utilizar esta sustancia cáustica», explicó.