El autor de «Gomorra» acusa a la «santurronería italiana» del suicidio de la joven acosada en la red
El escritor Roberto Saviano ha reaccionado en su perfil de Facebook ante el caso de su compatriota con un texto que ha superado las 73.000 reacciones
![La canciller alemana felicita a Roberto Saviano por un premio recibido durante la conferencia internacional de medios M100 Sanssouci celebrada este jueves](https://s3.abcstatics.com/media/internacional/2016/09/15/merkel-koOH--620x349@abc.jpg)
El suicidio de una joven italiana el martes de la semana pasada sigue despertando conciencias en el país vecino. Su expareja compartió un vídeo sexual a través de WhatsApp , lo cual fue comentado y compartido por televisiones locales, conocidos futbolistas e internautas anónimos, en un acoso que se prolongó durante más de un año. El escritor Roberto Saviano ha reaccionado en su perfil de Facebook ante el caso de su compatriota con un texto que ha superado las 73.000 reacciones y en el que asegura que «no era ella quien tenía que pensar en las consecuencias» y que fue la «santurronería italiana» quien la mató.
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La publicación del autor de Gomorra ha generado más de 2.000 comentarios y se ha compartido en más de 15.882 ocasiones.
A continuación puede leerse el texto completo en castellano:
«Estoy dolido por su muerte. Estoy afectado porque es una víctima de “voyerismo”, porque se han burlado de ella, porque los vídeos que protagonizaba se han hecho virales y han sido difundidos, y después vistos aunque se supiera que ella no hubiese querido su difusión. Porque después de su muerte ha habido quien (sobre todo hombres) todavía ha dicho: tenía que pensar en las consecuencias, se lo ha buscado.
El derecho a la privacidad y a la libertad sexual es constitutivo de toda democracia. Sin estos derechos ya no hay ninguna posibilidad para sentirse libres y respetados como ciudadanos. No era ella quien tenía que pensar en las consecuencias. No. Ahora tenemos que ocuparnos nosotros de lo que ha pasado y entender de una vez por todas que ella no ha muerto por algo que hizo, sino porque en Italia existe una relación increíblemente morbosa con el sexo.
Ha muerto, se ha matado, porque ser mujer en un país en el que las mujeres no deben hablar de sexo, no deben escribir de ello, tienen que practicarlo con timidez, a escondidas. Y si lo hacen con facilidad y disfrutan de ello es inoportuno, pecaminoso. Es la mujer quien es objeto de dardos, risitas, codazos, invectivas. Así ha sido para ella. Para los hombres el honor. La mujer que se lo pasa bien haciendo sexo es una prostituta, el hombre es "bueno". A ella no la ha matado su frivolidad, sino la santurronería italiana».