Un extraño Nacimiento «contemporáneo» provoca desconcierto en la plaza de San Pedro
Fue realizado en los años sesenta por una escuela de arte al gusto de la época
En contraste con la admiración unánime que suscita cada año, el Nacimiento del 2020 en la plaza de San Pedro ha levantado desconcierto y división de opiniones nada más ser desvelado este viernes a las cinco de la tarde en un hermoso crepúsculo romano. Algunos lo consideran «encantador» pero otros opinan que está fuera de lugar. Los romanos darán su opinión este fin de semana.
Se trata de imágenes de cerámica realizadas en 1965 por una escuela de arte y al gusto de la época, que ha pasado bastante de moda. Debido a la pandemia, la ceremonia de inauguración del Nacimiento y encendido del árbol de Navidad fue breve y sin apenas público.
El gran abeto regalado este año por Eslovenia ha recibido, en cambio, aplausos unánimes. Es un árbol majestuoso de treinta metros de altura y siete toneladas de peso, cuya silueta y espléndida iluminación realza la belleza de un espacio artístico único en el mundo, abrazado por la columnata de Bernini y la imponente fachada de la basílica.
El Nacimiento, compuesto por figuras de cerámica multicolor de tamaño superior al natural fue realizado en 1965 por el Instituto Artístico «F. A. Grue» de Castelli, una pequeña localidad en el Abruzzo, cerca ya de Téramo.
El personaje más desconcertante es una especie de astronauta mientras que el más inquietante recuerda a un soldado, quizá griego o quizá de algún «space western» al estilo de Hollywood.
Por fortuna, las imágenes de María, José y el Ángel son bonitas e identificables, lo mismo que las de los Reyes Magos. Las ocas y pavos, cerca del buey y la mula, resultan graciosos. En cuanto a los pastores hay división de opiniones pero ya se sabe, «sobre gustos no hay nada escrito».
Como cada año, la presentación del Nacimiento y del árbol de Navidad ha sido realizado por las respectivas autoridades, el presidente de la Región Abruzzo y el ministro de Asuntos Exteriores de Eslovenia.
Como clausura de la ceremonia, las conmovedoras notas de «Noche de Paz» desataban emociones intensas e incluso lágrimas en este año tan especial, cargado de nostalgia por las personas queridas que faltan en las fiestas. Tradicionalmente el Papa se acerca a visitar el Nacimiento la noche de Navidad.