Expertos en Salud Pública explican cuándo será posible prescindir de la mascarilla en interiores en España
Pedro Sánchez ha dejado esta semana la puerta abierta a eliminar la obligatoriedad del cubrebocas en espacios cerrados
El riesgo sobre la vacuna del coronavirus del que alertó Pedro Cavadas amenaza con variantes más contagiosas
Es un debate candente desde las últimas semanas y a comienzos de esta misma el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, lo avivó aún más. ¿Se acerca el momento de eliminar las mascarillas en interiores ? El líder del PSOE, aunque sin fecha, dejó la puerta abierta a este escenario por considerar que España cumple con la «condición necesaria» para ello, que es una amplia cobertura de la vacunación contra el coronavirus .
Actualmente, según los datos publicados por el Ministerio de Sanidad, el 91% de las personas mayores de 12 años en España cuentan con la pauta completa. Sin embargo, este indicador no es el único que, a ojos de los expertos, hay que tener en cuenta para dar por concluida la obligatoriedad de esta medida en interiores.
Los especialistas consultados por este periódico ponen el foco sobre todo en la tasa de incidencia acumulada y en basar la decisión en criterios científicos y no en criterios « fechísticos », tal y como señala Joan Carles March , especialista en Medicina Preventiva y Salud Pública. Según su criterio, si bien es cierto que España se encuentra en una situación de bajada de la incidencia, la retirada de la mascarilla en interiores no debería tener lugar, en ningún caso, antes de bajar de los 50 casos de coronavirus por cada 100.000 habitantes. Actualmente, la cifra se sitúa en 735.
Coincide con él Salvador Peiró , especialista también en Medicina Preventiva y Salud Pública, que concreta: «En este momento no estamos ahí, la incidencia es todavía muy alta aunque nos parezca baja después de las cifras que hemos tenido. Y necesitamos una clara confirmación de que los contagios derivarán en muy pocos casos graves». Sería en este momento cuando se podría empezar a retirar la medida en algunos espacios interiores, pero con excepciones.
En este sentido, los expertos recuerdan la importancia de proteger a los más vulnerables , como los ancianos y las personas inmunodeprimidas, manteniendo la mascarilla en las salas de espera de hospitales y centros de salud o en las residencias. «Es lo prioritario, porque están falleciendo. La vacunación es altamente eficaz pero no al 100% y es de sentido común que tenemos que seguir protegiéndoles, y quienes trabajamos con esas personas tendremos que seguir llevándola», reflexiona el doctor Francisco Giménez, director del Instituto Balmis de Vacunas, quien considera necesario hacer una desescalada a la hora de eliminar esta medida, que en ningún caso debe ser aplicable a cualquier entorno desde el principio.
El descenso en los indicadores es un hecho y hace pensar a Peiró y Giménez que de aquí a dos o tres semanas se pueda llegar a bajar de los 50 casos por cada 100.000 habitantes, un escenario que podría propiciar la eliminación de la mascarilla. Aún así llaman a la calma y, sobre todo, recuerdan también que en algunos espacios sería prudente esperar, no solo en los mencionados anteriormente. Por su concurrencia, el trasporte público de corta y larga distancia y los sitios que no cuenten con una buena ventilación deberían ser los últimos en sumarse a la lista. Joan Carles March, además, señala como tarea pendiente en esta pandemia en España trabajar sobre la ventilación de los espacios cerrados.
Que «la mascarilla ha venido para quedarse » es una idea que comparten los especialistas consultados por ABC, no solo ahora por la pandemia del coronavirus y su acción «salvavidas», también por el efecto positivo que puede tener a la larga en el impacto de las enfermedades de transmisión respiratoria. «El Covid nos ha enseñado mucho. De gripe se mueren miles de personas cada año, pues todo este tipo de medidas nos ayudaría a que fueran menos, y además son poco disruptivas. Una persona que este con síntomas y lleve mascarilla, que prácticamente se la prescribirá su médico junto con el paracetamol, por ejemplo», comenta Peiró.
En resumen, los expertos creen necesario establecer, en consenso entre el Gobierno y las comunidades autónomas criterios comunes que deberían darse antes de decidir eliminar la mascarilla en espacios cerrados, como la tasa de incidencia acumulada, la vacunación, la transmisión comunitaria o transmisión en brote y, en cualquier caso, tener en cuenta las circunstancias temporales y geográficas al igual que se tuvo con las restrcciones.
Estar atentos ante la posible aparición de nuevas variantes y de las cambiantes circunstancias. «En cualquier caso quitar mascarillas pasa por reforzar los sistemas de vigilancia epidemiológica y de secuenciación . Ser capaces en lo que podamos de anticipar nuevas variantes mas transmisibles y quizás más complicadas», insiste Peiró. Y concluye: «Mientras va decayendo tenemos por delante cierto tiempo. El escenario mas probable es de tranquilidad, entonces adaptemos los comportamientos a este periodo.
Eso sí, no se puede descartar cualquier complicación ante la que habría que dar marcha atrás y revisar las medidas. «Hay que vigilar. Una persona que esta padeciendo la enfermedad en un sitio cerrado y mal ventilado puede transmitirlo y habrá que asumirlo, habrá brotes, no va a dejar de pasar . Pero habrá que conseguir que esas personas a las que se transmita no mueran o que el grado de transmisión sea mínimo. Debemos adaptarnos desde el punto de vista de incidencia demográfica y temporal: lo que puede ser válido para una zona concreta puede no ser válido para otra y hay que adaptarse a cada momento. Puede que haya eventos en que sí que haya que utilizarla y que posteriormente en la misma área en un evento similar a lo mejor no es necesario por tener una tasa mas baja», concluye Giménez.
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