Evita el suicidio de una joven a pleno día ante la indiferencia de la gente

«Yo no me acerco porque si se cae, encima el ‘marrón’ me lo como yo», dijo un chaval cuando le pidieron ayuda para la chica

Imagen del puente en el que sucedieron los hechos Diario Sur

Ana Pérez-Bryan /Diario Sur

La casualidad quiso que ella pasara por allí justo en ese momento . Y que además ella, Rosa del Mar Rodríguez, directora del Instituto de la Mujer en Málaga, tuviera la oportunidad de vivir en directo eso que su equipo lleva años denunciando cuando se presenta un problema de estas características. El mirar hacia otro lado cuando la cosa se pone fea en una pareja.

Eso fue justo lo que ocurrió a finales de la semana pasada, según recoge Diario Sur , cuando Rosa salía del centro –ubicado frente a la explanada de Santo Domingo– y estaba a punto de enfilar uno de los puentes que cruza el río. «Era uno de esos que están llenos de candados», dice. Lo recuerda nítidamente porque caminaba a apenas unos metros de una pareja cuando vio que la chica paraba en seco al filo de la barandilla y su acompañante se alejaba con su perro sin mirar atrás. Entonces pensó que la joven querría llevarse uno de esos objetos. Pero pronto cambió su impresión cuando la chica pasó una de sus piernas por la barandilla y luego la otra; y comenzó a balancearse en el vacío... La directora del IAM apenas tuvo tiempo de tirar el bolso y lanzarse a por ella para evitar que se arrojara .

Quizás su reflejo podría haber sido el de cualquiera que se percata de esa situación y decide actuar, pero aquella escena se reprodujo en pleno centro, en las horas centrales del día y con decenas de personas cruzando el puente. «Nadie hizo nada, la gente lo veía como una película», lamenta la directora del IAM, que con su relato trata de alejarse todo lo posible del ánimo de parecer «una heroína o algo por el estilo» por salvar a la chica pero que sí quiere insistir en ese mensaje que reproducen las campañas de sensibilización ciudadana una y otra vez: «En esas situaciones, no hacer nada te convierte en cómplice» , se queja.

Y esa conclusión que se recuerda en la teoría ella tuvo la ocasión de vivirla en la práctica; no sólo «porque nadie se acercó», sino porque incluso cuando tenía a la chica agarrada por los brazos para evitar que se tirara pidió ayuda en un gesto con la cabeza a dos chavales que pasaban a su lado para que la sostuvieran entre los tres mientras ella llamaba a la policía. Uno de ellos se acercó. El otro no. «Yo no me acerco porque si se cae, encima el ‘marrón’ me lo como yo» , recuerda Rosa que dijo aquel joven.

Los minutos se hicieron eternos «hasta que llegaron los furgones de la Policía para hacerse cargo de la situación». Ella le ofreció a la chica una primera asistencia psicológica en el IAM, a apenas unos metros, pero los agentes siguieron el protocolo y después de tranquilizar a la chica la llevaron al centro de salud para valorar su estado. «Ahí, cuando ya estaba la policía, la gente ya sí se paraba... que en Málaga somos muy ‘mirones’», lamenta Rosa, que en estas últimas horas no ha dejado de revivir lo que le decía la chica tras reconocer que su novio, que se alejó con el perro, acababa de dejarla. La directora del IAM terminó por convencerla y evitar que se tirara. Ahora queda por convencer al que pasa por ahí, lo ve y no hace nada.

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