Enfermedad de Lyme: la picadura más traicionera
Esta patología multiinfecciosa causa problemas reumáticos y neurológicos. Es bacteria transmitida principalmente por una garrapata
Los vértigos agarrotan tu cuerpo. Los médicos no detectan nada. Sufres ataques de pánico y ansiedad. Los médicos no detectan nada. No puedes andar más de 20 metros sin ahogarte , te acosan vómitos recurrentes y las visitas a urgencias se hacen cada vez más frecuentes. Los médicos siguen sin encontrarte nada. Vuelves a casa de tus padres, tu pareja te deja y recomienda que acudas a un psiquiatra. Las llamadas para entrevistas de trabajo quedan sin respuesta porque apenas puedes levantarte de la cama.
Esta fue la realidad de Laura Rasines durante un año y medio. Una cuesta abajo en la que nadie sabía qué sucedía ni cómo solucionarlo. Hasta que un día, buscando en internet, supo que sus síntomas coincidían con los de la enfermedad de Lyme . Unos análisis de anticuerpos y de sangre en laboratorios alemanes confirmaron sus sospechas. Laura padecía la enfermedad de Lyme. Y todo por culpa de la Borrelia. Una bacteria transmitida principalmente por la picadura de una garrapata .
Laura no sintió nunca ninguna picadura : «Solo recuerdo que en otoño de 2015 mi expareja y yo hacíamos mucho senderismo en Bilbao. Un día volviendo por el camino del bosque hacia el párking donde dejábamos el coche ya sufrí unos mareos muy extraños. No le di más importancia en ese entonces». Sin embargo, según indica el doctor Mariano Bueno, director de Biosalud, clínica especializada en la enfermedad de Lyme, esa picadura sí que puede llegar sentirse. «Podemos notar incluso -afirma el doctor- en la zona donde se ha producido, dolor, inflamación o síntomas de cansancio. Estos primeros síntomas se pueden pasar al cabo de unos días ». Ante los primeras alertas, el tratamiento debe comenzar cuanto antes. Si se diagnostica e interviene a tiempo, la primera fase de la patología, el «lyme agudo», se cura en la totalidad de los casos. Basta con tomar antibióticos (doxiciclina) durante un mes o dos para revertir los síntomas. De lo contrario, la infección se extenderá y cronificará.
La gran imitadora
El diagnóstico de Laura no llegó a tiempo. En el invierno de 2017 su enfermedad ya era crónica . Su «lyme tardío» iba a necesitar de un largo y caro tratamiento si quería curarse. Un proceso en el que se debe hacer frente a múltiples afecciones . Divididas principalmente en dos grandes grupos: de tipo neurológico y las que corresponden al aparato locomotor, como dolores articulares. Por los síntomas que produce esta patología se conoce también como la «gran imitadora». Según explica el doctor Mariano Bueno, «reproduce síntomas de enfermedades diferentes, muchas de ellas autoinmunes dificultando su diagnóstico. Puede confundirse con una artritis reumatoide, con la enfermedad de Crohn, con la fatiga crónica, la fibromialgia...». Debido a esto, es una enfermedad infradiagnosticada : «Surgen medio millón de nuevos casos cada año no registrados. En total podría haber millones en distintos niveles de alteración».
Cuadro multiinfeccioso
Esta alteración dejó incapacitada a Laura. «Era salir a la calle y no poder andar más de 20 metros sin ahogarme. Los ataques de pánico eran continuos por la noche. Tenía insomnio e idas a urgencias cada tres por cuatro . Mi entonces pareja tenía que salir de su trabajo porque le llamaba y le decía que sentía que me estaba muriendo». Un gran número de síntomas cuyo responsable no era una sola bacteria. Aparte de la Borrelia, la picadura de una garrapata había vertido una segunda infección en Laura, la Babesia. Un parásito que infecta los glóbulos rojos y complica la transmisión de oxígeno a los órganos. «La enfermedad-explica el doctor Mariano Bueno- tiene siempre un cuadro multiinfeccioso. He tenido pacientes con 17 infecciones. Hay multitud de otras bacterias y gérmenes que pueden estar acompañando a la Borrelia, incluso algunos virus». Como si esto no fuese suficiente, la Borrelia puede «despertar» infecciones que ya se encontraban dentro de nuestro organismo. «Estas reactivaciones víricas se producen por la inmunosupresión que provoca la Borrelia. Nos bajan las defensas y los virus crónicos que cogimos de pequeños, como el herpes simple, se reactivan».
Debido a esto, el tratamiento de Laura debe actuar desde dentro y fuera de su cuerpo. «Atacamos desde fuera-indica el doctor Mariano Bueno-con antibióticos o vitaminas y b uscamos como aliado al sistema inmune para que trabaje desde dentro. Lo estimulamos y ayudamos para que funcione de forma correcta».
El tratamiento inicial de Laura se compuso de antibióticos, con un antimalárico para la Babesia. «Estuve con ello dos meses y me sentaba muy mal-cuenta Laura-. La médico me advirtió que me iba a poner peor, pero todo tiene un límite. Era ponerme de pie y se me doblaban las piernas. La silla de ruedas fue una salvación, sin ella no podía salir de mi cama».
La duración del tratamiento suele ser de mínimo dos años y cinco de máximo, salvo excepciones. «Si en cinco años no lo hemos curado-indica el doctor Mariano Bueno-, no lo vamos a curar». Sí, la enfermedad de lyme puede ser curada . «Entre el 60 y el 70% de casos la curamos-explica el doctor Bueno-. A un 20% logramos que lleve una vida normal, siempre y cuando mantenga un tratamiento tutelado. Mientras que entre al 10 y el 15% restante mejoramos sus síntomas».
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