La elección de personajes históricos

Solo un periódico centenario como ABC ofrece a sus lectores el valor incomparable de convertirse en los destinarios de mensajes que trascienden a su época.

Ana I. Sánchez

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Desde su nacimiento hace ya 117 años, ABC ha sido testigo, narrador e interpretador de la Historia. Pero también ha formado parte de ella al interpelar a personajes cuyas obras y palabras han marcado el devenir de nuestra sociedad. Desde León Trotski a Adolf Hitler. Desde Alfonso XIII a Felipe VI. Desde Jacinto Benavente a Pedro Muñoz Seca. Personajes históricos nacionales y extranjeros de los más variados ámbitos y tiempos han tenido un punto en común: escoger a esta cabecera para abrirse al mundo.

ABC es el único periódico español que logró entrar en el corazón de Duma recién instaurada la Revolución rusa. Corría marzo de 1918 cuando el entonces ministro de Negocios Extranjeros de Vladimir Lenin recibía a la corresponsal de este diario para hacer una defensa de la política comunista como la única posible para lograr la paz general. La periodista Sofía Casanova ya apuntó entonces por qué estas ideas estaban desenfocadas del objetivo que pretendían y aunque describió a Trotski un hombre en el que no se revelaba una voluntad ni una inteligencia potencialmente fuertes, sí destacó su valor irremplazable por su personalidad y su plan político.

La situación en España era muy distinta en aquella época. En 1919, en el vestíbulo del Teatro Español, el gran Jacinto Benavente explicaba a este periódico las claves para sobrevivir como empresario y autor, en un momento en el que estrenaba obras en todos sus teatros. El dramaturgo confesó a este diario, por ejemplo, como reinvertía todo lo que ganaba en las representaciones, para potenciar al máximo la puesta en escena. Una fórmula que permitía al público llegar más fácilmente al fondo de las obras.

Hacia la II Guerra Mundial

ABC también estuvo en Alemania y fue testigo en primera persona del ascenso de Adolf Hitler. El dictador recibió al corresponsal de este diario en 1923 cuando andaba obsesionado con «obtener recursos para su obra» y hacer resurgir el espíritu de 1914 en Alemania. Hitler ya se mostraba «imperativo y amenazador». La explicación de su programa resultó al periodista de esta Casa «un torrente de oratoria, violenta, tempestuosa y atronadora». Pero avisó, «sabe cuál es la psicología del pueblo porque viene del pueblo y sabe cómo impresionarle». Poco tardó el mundo en comprobarlo.

Héroes nacionales

Además de ser una ventana al mundo, en el ADN de este periódico se encuentra ser apoyo fiel de las grandes figuras nacionales. El astro futbolístico Ricardo Zamora así lo entendió y se sinceró con ABC antes de la primera eliminatoria de los Juegos Olímpicos de París en 1924. Un trance en el que España cayó ante Italia pese a haber luchado y desplegado mejor juego. Una figura tan distinta a Zamora como el dramaturgo Pedro Muñoz Seca también escogió a este periódico para confesarse y desvelar de manera tronchante muchos de sus secretos. Entre ellos, el origen del apodo «palomer de corps» o como prefería salir a la calle y lanzar vivas al Rey entre la multitud que acudir a una recepción en Palacio.

Siempre con el Rey...

Ese mismo Monarca partió al exilio seis años después y ABC volvió a ser parte de la Historia. Alfonso XIII recibió a Juan Ignacio Luca de Tena en Londres, en mayo de 1931, recién iniciado su exilio. El periodista de esta Casa fue el primer español que visitó al bisabuelo de Felipe VI. Allí no había protocolos, ni ayudantes. La cita fue en un hotel «ni tan modesto que pueda desentonar con la categoría del huésped ni tan excesivamente lujoso que lo asemeje a grandes palacios», narraba Luca de Tena.

Alfonso XIII le saludó instantes antes de que apareciera el Infante Don Juan en la sala. «Ahí tienes al crío», le señaló. El bisabuelo de Felipe VI preguntó con nostalgia por los problemas de su patria con unas fórmulas que resultan plenamente actuales hoy. «¿Cómo está aquello? ¿arreglarán lo de Cataluña? ¿cómo se desenvuelve el gobierno?» y en seguida lanzó un mensaje trascendental: «Estoy absolutamente decidido a no poner la menor dificultad a la actuación del gobierno republicano que para mí y por encima de todo es en estos momentos el Gobierno de España». «Los monárquicos que quieran seguir mis indicaciones deben no solo abstenerse de obstaculizar el gobierno, si no apoyarle», añadió. «Por encima de las ideas formales de república o monarquía está España», sostuvo sin titubeos, revelando un amor por su país que hoy resulta imposibles de imaginar en la mayoría de dirigentes.

...Y el Heredero

Menos de 50 años después de aquella entrevista, la Monarquía volvía a estar instaurada en España y ABC era el elegido para retratar otro momento inédito de la Corona, dos días en la vida del recién nombrado Príncipe de Asturias. Corría enero de 1977, y Felipe VI, entonces con nueve años, chutaba «una pelota de veinte duros». Era un niño sonriente y travieso que deseaba «mancharse los zapatos de barro» mientras su padre trabajaba sobre los problemas de España en su despacho.

ABC siempre ha estado y estará interpelando a las grandes figuras de su tiempo. Pero solo sus lectores formarán parte de la cadena que lo hace posible y, por tanto, de la Historia.

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