La edad para ser madre sube a los 32 años: «Se va a necesitar un sobreesfuerzo reproductivo en España»
Los demógrafos alertan del descenso de la natalidad en el país, en caída libre, y que hace muy complicado remontar una situación de suicidio demográfico del país
España sigue perdiendo población, y seguirá haciéndolo en el futuro próximo si no se toman acciones decisivas en materia demográfico, según los expertos. Mientras que la esperanza de vida sigue creciendo , cada vez hay menos mujeres en edad de ser madres y, las que lo son, retrasan el momento de hacerlo y no tienen el número que garantiza el relevo generacional, según la encuesta de Movimiento Natural de la Población que publicó ayer el INE (Instituto Nacional de Estadística).
La crisis económica ha acentuado y consolidado la crisis demográfica . Por segundo año consecutivo, España registró un crecimiento vegetativo negativo: el pasado año nacieron 408.384 niños, un 2,8 % menos que en 2015, y murieron 409.099 personas, el 3,2 % menos, por lo que el crecimiento vegetativo reflejó una pérdida de población de 259 personas en 2016. Si se descuentan los nacimientos que tienen lugar en España de madres que no residen en nuestro país, la pérdida poblacional fue de 715 personas.
El subdirector general de Estadísticas Sociodemográficas del INE, Antonio Argüeso, explicó a ABC que España debe prepararse para convivir con el crecimiento vegetativo negativo. «Es el segundo año consecutivo que tenemos estos datos y va a ser más negativo en el futuro», auguró este experto, quien considera que el menor número de mujeres en edad para tener hijos además de la baja tasa de fecundidad, son las principales causas del descenso de nacimientos. «Si sumamos estos dos factores hay poca probabilidad de que esta situación cambie a corto plazo», indicó.
Ni con bonanza económica
Argüeso señala que ni siquiera un ciclo económico de bonanza podría tirar de la tasa de natalidad. «En 2008, en pleno crecimiento económico y con el aumento de la inmigración, la tasa de fecundidad alcanzó el 1,44, la más alta de los últimos 30 años y sin embargo por debajo de la media europea y muy lejos de la cifra que garantiza el relevo generacional», apuntó. De hecho, la caída del número de nacimientos desde 2008, cuando se produjo el máximo histórico en 30 años con 519.779 alumbramientos, es del 21,4 %.
«Alemania lleva tres años con crecimiento vegetativo negativo y nadie habla del país como un desierto demográfico. Es la tendencia en todo el sur de Europa»
Para la investigadora del CSIC (Centro Superior de Investigaciones Científicas) Teresa Castro , el crecimiento vegetativo negativo es una tendencia acentuada en todo el sur de Europa, aunque contextualiza que «Alemania lleva tres años consecutivos en esta tendencia negativa, y nadie habla de Alemania como un desierto demográfico». En opinión de Castro, ningún dato del informe del INE pilla por sorpresa a los demógrafos, ya que el tiempo de crisis económica hundió los datos de paro a niveles que han abocado a muchos jóvenes a retrasar aún más la edad para concebir a su primer hijo, que se eleva por primera vez en el caso de las mujeres a los 32 años (una décima más que el año anterior) y la de los hombres a los 34 años.
También Rafael Puyol , director del Observatorio de Demografía y Diversidad Generacional del Instituto de Empresa, se preocupa porque «ya no se van a recuperar generaciones». De consolidarse la tendencia de que el índice de fecundidad es del entorno del 1,3 (es un 1,27 sin contar madres extranjeras) «dentro de 45 años y sin inmigración, el país habría perdido la mitad de su población».
Tanto Castro como Puyol coligen que la conclusión que trasluce de la encuesta del INE es que se necesitan políticas de apoyo a la familia. Una de cada cuatro mujeres nacida en la década de los 70 no han tenido hijos. Algunas lo hacen por decisión propia, pero lo que apuntan en muchas encuestas la mayoría de las mujeres es que el tamaño medio del hogar que quieren es el de 2 hijos, pero tienen 1,27, destacan ambos demógrafos. «La condición indispensable para remontar esta situación, al contrario de lo que pasaba antes, que se pensaba que cuando la mujer entraba en el mercado laboral se perdía fecundidad, es favorecer el empleo femenino y mejorar su incorporación al mercado laboral, pero con las iniciativas de apoyo necesarias», dice Puyol, las que tienen en Francia y países del norte de Europa que nos llevan la delantera demográfica.
«Llevamos por debajo del 1,5 tres décadas, pero a partir de la crisis económica, con empleo precario y de mala calidad, aún se ha profundizado más el descenso y la edad media para tener un primer hijo también es de las más altas de Europa», remarca la demógrafa del CSIC. «El mundo ha cambiado, antes el hijo venía, ahora se decide, de forma consciente y responsable, y se toma esta decisión con una estabilidad económica. Hay un retraso estructural demográfico por razones económicas», afirma Castro.
Lo que más preocupa a los demógrafos es la caída en el número de mujeres en edad de procrear. « Para recuperar la natalidad, se va a necesitar un sobreesfuerzo reproductivo. Las mujeres van a tener que tener más hijos si pretendemos que la naturaleza se recupere y eso solo se puede potenciar con una política de ayuda familiar en mejores condiciones», opina Puyol. Una clara llamada de atención al Gobierno.
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