Ni dictados, ni sumas ni restas: en este colegio se aprende a meditar, trabajar las emociones y ser feliz
La FAD y BBVA premian a los mejores centros de España cuyas ideas innovadoras tienen impacto en su comunidad y promueven acciones de prevención de conductas de riesgo
Los alumnos del colegio Pedro Simón Abril de la Línea de la Concepción de Cádiz no quieren salir corriendo del aula cuando el timbre marca la hora del recreo o la de irse a casa; tampoco se dejan eclipsar por el móvil cada vez que se enciende por una nueva notificación. El mejor momento llega cuando los profesores indican que es momento de meditar o hacer ejercicios de respiración para relajarse antes de un examen o tras la euforia del recreo . O cuando entre compañeros toca decirse cosas bonitas y darse las gracias por una buena acción de ese día.
Estas prácticas, que incluyen también el trabajo de las emociones, ha logrado en este centro disminuir los malos comportamientos (peleas, insultos y algún golpe), reducir el absentismo y mejorar el rendimiento académico. « En la zona en la que está el colegio hay muchos problemas de conductas disruptivas y las técnicas de meditación, mindfulness (práctica basada en atención plena en el aquí y el ahora, libre de juicios), respiración, así como el trabajo de las emociones nos han ayudado muchísimo», explica su directora, Pilar Rengifo Serrano .
Este centro de educación infantil y primaria ha sido reconocido por los Premios de Acción Magistral convocados por FAD y el BBVA que destacan a centros cuyas ideas creativas tienen impacto en su comunidad y promueven acciones de prevención de conductas de riesgo. Este colegio ha recibido, además, la Placa de Honor de la Orden Civil de Alfonso X El Sabio . Su proyecto, «El cole de las emociones» tiene como finalidad formar a toda la comunidad educativa, es decir, no solo a los alumnos sino también a los profesores y padres, en inteligencia emocional para que aprendan a construir pensamientos positivos, den sentido a su vida y sean felices . Además, también busca que los niños aprendan a relajarse y que cuenten con un vocabulario concreto para expresar sus sentimientos.
El centro ya lleva cinco años realizando estas prácticas que han dado lugar a un «equipo emocional» dentro del propio centro con una serie de actividades que cada ciclo (Infantil, 1º y 2º de Primaria, 3º y 4º, etc) decide adoptar en función de las necesidades de sus alumnos. «Al principio se sentían extraños cuando planteábamos estas prácticas pero hoy los propios alumnos demandan sus cinco minutos de respiración», cuenta José Manuel Márquez Moreno , coordinador del proyecto emocional.
Los Premios de Acción Magistral han reconocido no solo a este centro sino también a seis grupos de alumnos de Badajoz, Melilla, Teruel, Girona, Barcelona y Las Palmas, a diez docentes y diez AMPAS (Asociación de Madres y Padres de Alumnos) por sus ideas creativas, innovadoras y que provocan impacto en sus comunidades, previenen conductas de riesgo y ayuden a resolver problemáticas de sus centros.
Entre los docentes galardonados está Salud Molina , del centro de educación especial Luis Pastor en Motril, Granada. Molina ha creado un taller de jardinería y horticultura que forma parte del programa de trancisión a la vida adulta y laboral de alumnos con plurideficiencias (motoras, trastorno mental, de conducta, etc) a través del que los alumnos aprenden a crear valores prosociales como el trabajo en equipo. « Estas actividades también ayudan a desarrollar competencias útiles para sus curriculums y además invitamos a que participen en ellas a alumnos de colegios ordinarios», explica Molina.
Integrar es lo que también buscan en el instituto de educación secundaria (con aulas para niños de educación especial) Lomo de la Herradura de Telde, en Las Palmas de Gran Canaria, a través de la organización de diferentes actividades como clases de baile, talleres de impresión 3D o partidas de ajedrez en los recreos. «Tanto alumnos, como profesores y mediadores detectaron que en los recreos había muchos jóvenes solos o que, aquellos con discapacidad motora se juntaban entre ellos por estar en una silla de ruedas o ir al mismo fisioterateputa», explica Ana Ramírez Reina , profesora de Lengua de 2º y 3º de Bachillerato del centro. Para desarrollar estas actividades han buscado aquellas pasiones que los alumnos podían transmitir a otros. Así es como Belinda Hernández , de 3º de la ESO, empezó a enseñar hip hop en los recreos o Gabriel Villa, de su misma clase, imparte talleres de 3D. «Echaba de menos que los grupos se unieran, queríamos que a los alumnos con necesidades especiales como los que tienen autismo o parálisis cerebral jugaran con nosotros», explica Belinda.
Noticias relacionadas