Decenas de voluntarios buscan a una cría de ballena franca recién nacida y en peligro de extinción vista en Canarias
Expertos piden colaboración ciudadana para encontrarla y señalan a ABC que lograrlo es una cuestión de vida o muerte para el ejemplar
El 22 de diciembre, cuando casi toda España estaba pendiente del sorteo de la Lotería de Navidad, Günter Baumgartel tuvo la suerte de poder observar de cerca a una cría recién nacida de ballena franca en El Hierro . Algo que es casi tan remoto como la probabilidad de que toque «el Gordo», ya que es un animal que se encuentra en peligro de extinción.
El lado agridulce del avistamiento es que la «pequeña» estaba sola, sin su madre . «Esto puede ser debido a que la madre estuviera comiendo y después reencontrara a la cría, o que la madre haya muerto, que es lo más probable dado que normalmente no se alejan de las crías tan pequeñas en las zonas de reproducción», explica a ABC Natacha Aguilar, investigadora del Departamento de Biología Animal en la Universidad de La Laguna (Tenerife).
«Si la cría está sola, debido a que la madre haya muerto por causas naturales o humanas, no tiene oportunidad de sobrevivir , dado que depende de la lactancia exclusivamente en sus primeros meses de vida», afirma Natacha. Por su parte, el catedrático Àlex Aguilar, de la Universidad de Barcelona, detalla que «las crías de grandes ballenas que varan cuando falla la lactancia suelen llegar a la costa muy delgadas tras consumir todas sus grasas de reserva , por lo que presumiblemente soportan varias semanas en el mar sin su madre». Esto sugiere que si está sola, aún podría estar viva y, en este caso, no saber a dónde dirigirse y permanecer en las cercanías de su zona de nacimiento, a no ser que encuentre otra ballena y la siga, según afirman.
Por todo ello los expertos han pedido colaboración ciudadana con el objetivo de encontrarla de nuevo y así evaluar «si está con la madre y su condición corporal, para la toma de decisiones». Más de una decena de voluntarios ya están participando en la búsqueda desde tierra de la cría, mientras las doctoras de la Universidad de la Laguna Patricia Arranz y Natacha Aguilar la buscan desde el mar.
Para poder identificarla los especialistas dan algunas claves : «La ballena franca se reconoce por tener una cabeza muy redondeada con callosidades, que se observan como bultos blancos y rugosos en la cabeza, más visibles en los adultos. El segundo carácter clave en la identificación es que no presenta aleta dorsal, su lomo es completamente liso y negro. Todos los grandes cetáceos respiran emitiendo un soplo como una columna de aire y vapor de agua que puede llegar a varios metros de altura. La ballena franca adulta tiene el soplo en forma de V, pero la cría de cuatro metros que se avistó en El Hierro tiene un soplo pequeño, poco visible».
También se cuenta con la grabación que realizó el club de buceo Fan Diving el día en que la encontraron por primera y última vez, el 22 de diciembre. Por entonces la cría tenía una longitud estimada de 4 metros y «los lóbulos de la aleta caudal aún no completamente rígidos, lo que indica que nació entre horas y pocos días antes del avistamiento », indica Natacha.
Además de los voluntarios y las investigadoras, el barco y guardas de la Reserva Marina de Interés Pesquero Punta de La Restinga-Mar de Las Calmas, gestionada por la Secretaría General de Pesca del MAPA y por la Consejería de Agricultura, Ganadería y Pesca del Gobierno de Canarias la han buscado, pero la meteorología variable y la dificultad de observar una cría hacen que la ballena pudiera seguir en El Hierro y no haber sido observada, o bien haber dejado la isla.
Según explica Natacha, «las ballenas francas del Atlántico norteamericano permanecen en las áreas de cría con sus recién nacidos durante 2 o 3 meses antes de iniciar la migración de miles de kilómetros hasta las zonas de alimentación entre Estados Unidos y Canadá», por lo que esperan que «si la cría de El Hierro ha reencontrado a su madre, ambas permanecieran en Canarias hasta al menos el mes de febrero».
La especie de ballena más amenazada
«Eubalaena glacialis» solo vive en el Atlántico Norte y es la especie de ballena más amenazada de extinción del mundo. Está catalogada como en peligro de extinción, en el catálogo de especies protegidas, y como en peligro crítico de extinción en la lista roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN).
Se llama ballena vasca, ballena franca o ballena de Vizcaya porque su migración muy costera desde las zonas de reproducción cerca de Canarias, hasta las zonas de alimentación al norte de Irlanda, Escocia y hasta Islandia, la llevaban cerca de las costas del Cantábrico y Bahía de Vizcaya, donde era avistada desde atalayas y salían barcas a remos a cazarla ya desde el siglo XI.
Durante el último siglo existen «contados avistamientos» de esta especie en las costas europeas, mientras que la población del Atlántico norteamericano se encuentra amenazada por colisiones con embarcaciones, enredos con artes de pesca y cambio climático , contándose unas 400 o 500 remanentes, indica la experta Aguilar.
La población del Atlántico Norte oriental de «E. glacialis» se considera funcionalmente extinta desde ya el siglo XX , pero considerando que se han registrado avistamientos ocasionales en Canarias, Portugal y Bahía de Vizcaya, se plantea la posibilidad de que exista una población reproductora remanente, o que el área pueda ser recolonizada por ejemplares americanos, explican los expertos. La cría nacida en El Hierro indica que «esto podría estar ocurriendo, lo que puede ser positivo para la conservación de la especie. Se requieren datos genéticos y acústicos para evaluar si la ballena avistada en El Hierro es de la población americana o, increíblemente, remanente del noreste Atlántico», concluye Natacha.
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