OBRA SOCIAL LA CAIXA

Una década ayudando a los más débiles

Más de un millón de personas se han beneficiado ya de las actividades llevadas a cabo por miles de trabajadores de la entidad

El director geenral de la Fundación La Caixa, Jaume Giró con representantes de las asociacines de voluntarios en el encuentro en Sevilla NC

INMA ZAMORA

Durante los diez últimos años el programa de voluntarios de La Caixa no ha dejado de prestar su apoyo a los más desfavorecidos. Más de un millón de personas se han beneficiado ya de las actividades llevadas a cabo por miles de trabajadores de la entidad que han cedido parte de su tiempo para apoyar a los sectores más vulnerables.

El pasado fin de semana tuvo lugar en Sevilla el tercer Encuentro Anual de Presidentes de Asociaciones de Voluntarios de La Caixa. En él, el director general de la fundación bancaria, Jaume Giró, no quiso perder la oportunidad de recordar que los voluntarios «se han convertido en el vivo ejemplo de la vocación social con la que fue fundada la entidad. Todos ellos trasladan de forma altruista nuestro compromiso a quien más lo necesita».

Entre las más de siete mil personas que dedican su tiempo y esfuerzo a los demás sin pedir nada a cambio se encuentra Cristina Llanas, de 34 años y quien, desde 2006, presta su ayuda a niños y jóvenes con discapacidad intelectual. Desde que probó el voluntariado, Cristina no ha dejado de lado un compromiso que, reconoce, le ha dado más satisfacciones de las que imaginaba. «Soy madre y llevo a mi hija a todas las actividades en las que participo pues, tal y como recomiendan desde distintas asociaciones, el hecho de que los niños se relacionen con personas con alguna discapacidad hace que cuando son mayores traten con normalidad a este colectivo».

Ser voluntaria, relata Cristina Llanas a ABC, «ha sido una de mis mejores decisiones». La joven, además, anima a todo el mundo a dedicar parte de su tiempo a ayudar al prójimo. «El voluntariado engancha», sentencia. De la misma opinión es Luis Alameda otro activo voluntario. «comencé a hacerlo porque tenía muchas ganas de ayudar a la gente. Es cierto que me hacía ilusión entrar en el programa, pero nunca me imaginé todo lo que me aportaría», asegura. La constante apuesta de la Obra Social La Caixa por el voluntariado ha convertido a la entidad en un r eferente entre las compañías que promueven esta actividad altruista entre sus empleados.

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