La cuenca mediterránea, el epicentro de las inundaciones en España
Un mar cálido (y cada vez más), a una latitud que permite la llegada de masas de aire frío y tropical, y frente a una configuración geográfica que propicia la formación de nubes de tormenta forman el cóctel del desastre
Un mar cálido (y cada vez más), a una latitud que permite la llegada de masas de aire frío y tropical, y frente a una configuración geográfica que propicia la formación de nubes de tormenta. Todo ello hace de la cuenca mediterránea el área más propensa de España a sufrir lluvias torrenciales e inundaciones . Los ejemplos en el último año y medio ya se multiplican: Sant Llorenç des Cardassar, Vinaroz u Orihuela en 2018; Murcia primero en septiembre de 2019 y otra vez en diciembre junto a Valencia y Alicante; y ahora, con la borrasca Gloria, todo el noreste y este peninsular.
«La cuenca mediterránea se calienta un 20% más rápido que la media mundial », explica Grammenos Mastrojeni, vicesecretario general responsable de cambio climático y energía de la Unión por el Mediterráneo, que recientemente lanzó el estudio más completo sobre los efectos del cambio climático en la zona. En concreto, si el calentamiento del planeta sobre los niveles preindustriales se sitúa en un 1 grado, en el entorno mediterráneo supera ya los 1,5.
Es una realidad que agrava el riesgo de las históricas descargas torrenciales: genera el combustible, a la espera de que se prenda la mecha . «El área mediterránea es un mar interior y el agua, sobre todo en verano y otoño, se calienta más, lo que genera más humedad», explica el meteorólogo de Meteored, José Miguel Viñas. Además, la evaporación del mar, que va a la atmósfera, « aumenta la inestabilidad y favorece los movimientos verticales que dan lugar a nubes de tormenta», corrobora Carmen Llasat, catedrática de Física de la Atmósfera de la Universidad de Barcelona. Un fenómeno que si bien siempre ha existido, ahora se está desestacionalizando por el calentamiento de la zona.
La latitud de la zona, además, «permite que lleguen masas de aire frío y tropical», explica Llasat. Y lo que era habitual, ahora se ve multiplicado por cambios en la circulación atmosférica. «Se están descolgando más Danas», asegura Viñas, que explica que los estudios ya apuntan como motivo al calentamiento del Ártico y norte del planeta, que están desestabilizando la corriente en chorro. De hecho, los registros de lluvias que ha dejado Gloria son extraordinarios para un mes de enero, con una precipitación acumulada que supera los 400 litros por metro cuadrado en algunos puntos de Alicante, el cuádruple de lo que se debería recoger en todo el mes de enero. «Estos registros no son ni mucho menos normales en época invernal», dice Viñas.
No existe el «riesgo cero» ante las inundaciones, pero el área mediterránea, fuertemente urbanizada, es la zona cero en España. « Es el fenómeno natural que más impactos causa », explica Llasat, que trabajó en el informe especial de Unión por el Mediterráneo. Después están los temporales de viento, que afectan más al área del Cantábrico y Galicia.
Y mientras los estudios científicos apuntan a que si no se frena el cambio climático, la virulencia y frecuencia de las lluvias torrenciales aumentará, «la parte atlántica de España tendrá que enfrentar otras dinámicas que pueden volverse muy amenazadoras», asegura Mastrojeni. «Si se cumple la previsión de que la Corriente del Golfo se frene, toda la costa atlántica podría tornarse un lugar muy muy frío, y esto tiene impactos sobre pesca, agricultura, infraestructuras…»