Cuando seguir la vocación no es una decisión rentable

Uno de cada cuatro jóvenes graduados en Conservación y Restauración, Filosofía o Literatura no consigue trabajo cuando acaba la carrera

Daniel estudió Periodismo pero trabaja en un parking Guillermo Navarro

Andrea Muñoz

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Diego estudió la carrera de Filosofía en la Universidad Complutense de Madrid (UCM), pero su trabajo actual dista mucho del grado que realizó. Es líder de diseño en una consultora y coordinador de eventos culturales. Comenzó los estudios en búsqueda de una respuesta a las preguntas que se hacía en su cabeza. «Me producía gran satisfacción pensar en resolverlas», destaca. A pesar de no trabajar en nada relacionado con lo «suyo», cree que le ha aportado «una perspectiva más analítica y conceptual». Se puede decir que para él la Filosofía ha sido un medio para conseguir el «trabajo de su vida». Tras terminar el grado, continuó sus estudios de Máster de Estudios Avanzados en Filosofía porque, según explica, le habría encantado dedicarse a la investigación si la situación no fuese «extremadamente precaria».

El de Diego no es un caso único, muchos de los egresados no encuentran trabajo en España. Actualmente, según los últimos datos publicados en la encuesta de inserción laboral de titulados universitarios (en el curso 2013-2014) publicada en 2019 por el INE, los tres grados con más porcentaje de paro son: Conservación y Restauración con (25,8%), Filosofía (18,4%) y Literatura (17,3%).

Empleos precarios

En una situación parecida se encontró J.R., que prefiere no desvelar su identidad. También cursó los estudios de Filosofía en la misma universidad que Diego. Cuenta que en el momento en el que terminó no había trabajo y las pocas ofertas que encontraba estaban mal pagadas. Tras pasar por un bar, dar clases particulares, tutorizar a alumnos extranjeros en la universidad y un sinfín de empleos más decidió que no podía seguir así. «Llegué a cobrar cuatro euros la hora por las particulares», recuerda enfadado. Es así como comenzó un Máster de Periodismo. «La Filosofía es mi vocación y, de hecho, me sigo planteando hacer el doctorado», explica. El problema es que para el joven la empleabilidad de su grado es «muy mala». Aun así, asegura que si hubiese sabido la situación en la que se encontraba el Periodismo, «habría estudiado otra cosa».

«Me habría encantado dedicarme a la investigación si la situación no fuese extremadamente precaria», afirma Diego, graduado en Filosofía

Muchas personas que al igual que J.R. han estudiado Periodismo se encuentran en una posición «desesperada» de encontrar trabajo. Según el último análisis sobre las titulaciones con mayores salidas profesionales en España, realizado por Spring Professional e Infoempleo, en 2020 la carrera de Periodismo se caracteriza por tener un porcentaje de titulados superior a su demanda en el mercado laboral, lo que la lleva a tener una empleabilidad baja.

Paloma Orgaz, graduada en Historia del Arte, estudia para unas oposiciones Guillermo Navarro

Daniel tiene 24 años y estudió Periodismo en la UCM. «Fue por pura vocación», recalca. Ahora mismo, tras no encontrar empleo como periodista, trabaja en un parking. «Lavo, vigilo y aparco los coches», reseña. Actualmente cree que su futuro es «incierto», ya que la situación laboral «ha empeorado» por la pandemia.

La falta de oportunidades también afecta a Patricia, que terminó el Grado en Periodismo en 2019 y se fue estudiar inglés a Inglaterra. Al volver descubrió que la situación era igual de «mala» y decidió opositar para trabajar en atención al cliente en el Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif). Su intención es llegar al departamento de comunicación de la ferroviaria, pero si no fuera posible se quedaría en el puesto que ocupa ahora. «Es un trabajo estable y fijo», afirma. Sin embargo, Cristina, que también es periodista, ha dado un giro de 180 grados a su vida y ahora mismo está estudiando para ser Técnico Superior en Dietética. Todo fue a raíz de la pandemia, se vio «desbordada» por estar desempleada y se lanzó a la Formación Profesional. «Al principio era una enamorada de la profesión, pero me he ido desencantando», asegura. Si pudiera volver al pasado, «sin duda hubiera estudiado otra carrera», dejando al periodismo como un «extra».

«Me arrepiento»

Asimismo, el análisis de Infoempleo revela que el sector de la hostelería y el turismo han sufrido un 1,6% de retroceso interanual en cuanto a las ofertas de empleo dirigidas a titulados universitarios . Irene tiene 27 años y finalizó Turismo en 2016 en la Universidad de La Rioja. Al terminar, no le costó encontrar trabajo. Le surgió una beca de seis meses en investigación turística. Después de eso, la situación se «torció», estaba desempleada y se puso a trabajar de camarera para ahorrar dinero.

Tras un año, se marchó a Madrid a estudiar algo que no tenía nada que ver con su sector: un Máster de Organización de Eventos. Pero tampoco tuvo suerte, y tras trabajar unos meses en Madrid se volvió a su comunidad, La Rioja. «Me arrepiento de haber estudiado turismo porque la situación laboral es muy jodida» , cuenta. Ahora está estudiando peluquería en Logroño porque «le gusta y cree que tiene salidas profesionales».

Con un 17,3% de tasa de desempleo, Literatura es el tercer Grado con menos empleabilidad en España. En general, el objetivo de los estudios de Lengua y Literatura, es proporcionar al estudiante una formación general en los diferentes ámbitos de la Filología, en su vertiente lingüística y literaria. Las bajas posibilidades de encontrar empleo no son un impedimento para Michelle, que acaba de finalizar segundo de Literatura General y Comparada. Su pasión por la lectura y la escritura le «pesan más» que la posibilidad de no encontrar trabajo , por ello terminará el grado y espera poder ser profesora.

El Grado de Conservación y Restauración de Bienes Culturales se imparte en doce universidades pero es la carrera con más paro de España

En el caso del Grado en Conservación y Restauración de Bienes Culturales es la carrera que más desempleo genera en España (25,8%). Se imparte en 12 universidades, entre las que destacan la de Sevilla, la de Barcelona o la Carlos III de Madrid, el objetivo es preparar profesionales para el análisis y la valoración del patrimonio cultural y obras de arte, así como para decidir y realizar los tratamientos necesarios para su conservación.

Uno de los problemas de este grado es que no se contrata personal ni se cubren las vacantes necesarias, sobre todo las relacionadas con el sector público. Fuentes de Patrimonio Nacional han asegurado a este periódico que la situación de la profesión es «mala».

«Hay poco dinero para restaurar obras y muchas veces el precio de hacerlo es más elevado que el de la propia obra», narran. Es por ello por lo que creen que la oferta de empleo es «mínima». «Pocas manos para ocuparse de las labores de conservación de muchas piezas», denuncian. También explican que los despachos son compartidos y que la institución «no está preparada» para tener equipos de apoyo. «Es un mundo muy complicado y en estos momentos de crisis cultural se resiente aún más», indican.

Pese a la situación en la que se encuentra la empleabilidad del grado, Paloma Orgaz está preparándose para las oposiciones al Cuerpo Facultativo de Conservadores de Museos. Se ha puesto un «plazo» de cinco años para estar dentro del cuerpo . Es su sueño y ahora mismo está «ilusionada» y dispuesta a «luchar por lo que le gusta».

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