La crisis económica engordó a los niños del sur de Europa

La obesidad infantil se disparó en Grecia, Italia, Malta, Chipre, Portugal y España

Un grupo de niños baila hip-hop

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El sobrepeso era el símbolo de la opulencia y la prosperidad. Hoy son los cuerpos esbeltos y fibrosos los que marcan el estatus social. Cuanto más deprimida es la clase a la que se pertenece, peor es su alimentación. Sucede, no tanto por la cantidad de comida, sino por su calidad . Comer mal es lo barato y esta relación entre obesidad y pobreza, propia del mundo desarrollado, se ha visto reflejada durante los peores años de la crisis financiera que barrió Europa, según acaba de demostrar una investigación de la Universidad de Castilla-La Mancha.

El trabajo basado en los datos de casi medio millón de niños europeos, se publica en la revista JAMA Pediatrics . Muestra cómo las tasas de sobrepeso y obesidad infantil aumentaron entre 2007 y 2011 en casi todo el continente europeo . Solo se libraron los niños de Suecia. Pero donde más se disparó fue en el sur de Europa: en Italia, Grecia, Malta, Portugal y también en España, los países más golpeados por la crisis económica.

El estudio apunta a una peor alimentación -consumo de menos productos frescos y más ultraprocesados- y a una reducción de las actividades extraescolares deportivas como responsables de la epidemia de obesidad que recorrió Europa durante ese periodo.

Eje norte-sur

La recesión acentuó las diferencias entre el norte y el sur . Las cifras más elevadas de obesidad se han documentado en Grecia -el 36,8 por ciento de los niños entre 2-13 años tenía sobrepeso o obesidad-, seguidos de Italia (35,2 por ciento de los pequeños cuando solo tenían un 28 por ciento antes de la crisis) frente a las cifras de Suiza, con solo un 14,4.

En España el incremento de obesidad infantil fue de dos puntos porcentuales. Los niños españoles con sobrepeso pasaron de un 32 a un 34 por ciento durante el parón económico. «Las tasas de obesidad fueron más altas en los países donde la crisis golpeó con más fuerza», escriben los autores del Centro de Estudios Sociosanitarios de la Universidad de Castilla-La Mancha.

Tendencia a la baja

El efecto de la recesión en el peso infantil se diluyó con la recuperación económica, aunque no lo hizo por igual en todos los países. España volvió al mismo punto de partida y el porcentaje de obesidad se ha estabilizado en un 32 por ciento. De este último dato, un 22,9 de los menores tiene sobrepeso y un 9,2, obesidad.

«Nuestro país ha mejorado pero las cifras son aún muy elevadas. Todavía uno de cada tres niños españoles está por encima de su peso saludable . Se deberían reforzar las intervenciones actuales por el riesgo que supone para la salud de la población», explica a ABC Miriam Garrido, autora principal del estudio publicado en JAMA Pediatrics.

Como los españoles, los niños portugueses también empezaron a perder peso a partir de 2011. «Sin embargo, la tendencia a la baja de la península ibérica y del resto de países europeos no se está produciendo en el resto de los países mediterráneos », advierte Garrido.

En Italia, Grecia o Malta la obesidad sigue al alza, pese a la recuperación económica. En estos países, la dieta más occidental ha desplazado a la mediterránea, rica en productos frescos.

Medidas urgentes

«La subida de las tasas de obesidad infantil es muy preocupante y requiere medidas de salud pública apropiadas y urgentes», se recuerda en el estudio. Preocupan, no solo las consecuencias inmediatas en la salud infantil, como la estigmatización social o el acoso escolar, sino problemas de salud a largo plazo que se mantienen en la edad adulta . Entre ellas, algunos tan comunes como las enfermedades cardiovasculares, la diabetes o el cáncer. La Organización Mundial de la Salud relaciona el exceso de peso con un mayor riesgo de padecer hasta ocho tipos diferentes de tumores.

28 países europeos

La investigación publicada se basa en la revisión de más de 103 trabajos que incluyen a un total de 477.620 niños de 28 países europeos de entre 2 y 13 años durante el periodo de 1999 a 2016. Además de la Universidad de Castilla-La Mancha ha participado el Instituto Leibniz para la Investigación de Prevención y Epidemiología.

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