Coronavirus

«Si hubiéramos reaccionado antes, el contagio sería menor, pero la epidemia hubiese llegado igual»

Expertos del sistema sanitario lamentan que se perdiera la ventana de oportunidad que ofrecía la experiencia italiana

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Mapa del coronavirus en España, comunidad a comunidad

Terrazas de bares de la zona de la Galena abiertas el pasado día 13 De San Bernardo

Italia detectó sus primeros casos locales de coronavirus apenas una semana antes que España . La comparativa es inevitable. Ahora, viendo la progresión por días, España empieza a superar en positivos al país transalpino. Ayer incuso el exprimer ministro italiano, Matteo Renzi, llamaba la atención sobre ello: «Números actualizados. España en los primeros días va peor que Italia. Amigos europeos: aprended de lo que nos ha ocurrido, intervenid sin demora!».

«Si en España se hubieran adoptado antes las medidas de contención del coronavirus el volumen de casos registrados sería, sin duda, menor y probablemente tardaríamos menos en controlar la epidemia, aunque tengo claro que hubiera llegado igual», opina el profesor de Biofísica de la UPC Daniel López Codina . Investigador del Grupo de Biología Computacional y Sistemas Complejos de la Universidad Politécnica de Cataluña (UPC), lleva meses estudiando el comportamiento del SARS-CoV 2 a través de un modelo matemático que permite pronosticar cómo va avanzar la epidemia a corto plazo. En base a este modelo descriptivo, López asegura que la situación que estamos viviendo ahora en España «entra dentro de lo esperable» y augura una caída de la cifra de infecciones probablemente dentro de diez días.

«Aún no tenemos suficiente información como para saber la cifra máxima de casos a los que llegaremos pero podemos vaticinar que en diez días la velocidad de contagio disminuirá», apunta López Codina en conversación con ABC, que lanza un mensaje optimista ante las medidas de contención implantadas en España. «La gente no debe estar asustada. Vamos a controlar la epidemia, no es imparable. La experiencia en China nos demuestra que se puede detener de forma efectiva con medidas contundentes», dice, aunque reconoce que «nuestro carácter mediterráneo» puede ser una traba. «China es una dictadura y todos acatan las órdenes sin excepción. En Italia se lo tomaron de otra manera, hubo gente que tras el anuncio drástico de contención, cogió el coche y salió del país. En los países mediterráneos somos mucho más desobedientes y eso dificulta el control de la epidemia», añade el experto.

Medidas «inmediatamente»

Precisamente en Italia la percepción de los ciudadanos solo cambió después del último decreto del Gobierno obligando al cierre de todos los servicios no imprescindibles en el país, explica el profesor Gianni Rezza, director del Departamento de Epidemiología y Enfermedades Infecciosas del Instituto Superior de Sanidad (ISS).

El profesor Rezza es un máximo exponente del comité científico que asesora al Gobierno sobre las decisiones a adoptar en la lucha contra el Covid-19. Lanzó la alarma del peligro que suponía el coronavirus y de la necesidad que el Gobierno italiano endureciera las medidas. El primer ministro italiano le escuchó. En entrevista con ABC, ahora lamenta que «otros países hagan poco y con lentitud» , algo que califica de «muy peligroso», y aconseja a España «adoptar inmediatamente la serie de medidas que ya ha iniciado Italia».

Rezza, de hecho, ve «incomprensible» la tardanza de otros países europeos en tomar medidas. «Tenían una ventana de oportunidad para intervenir, porque tenían ante sus ojos lo que ha sucedido en Lombardía, una región con un sistema sanitario muy eficiente pero que está siendo sometida a dura prueba por esta epidemia», lamenta. Y por lo que se refiere a España, añade, «el hecho de que haya tantos casos en una ciudad como Madrid es bastante peligroso».

Para el experto, mantener la convocatoria de manifestación por el Día de la Mujer fue «la sólita locura» , al mismo nivel de que, en Milán o Roma, la gente continuara yendo a fiestas hasta el pasado fin de semana. «Esto ha hecho necesario que se adoptaran medidas muy duras. Espero que España y otros países europeos hagan lo mismo», comenta, porque «hay países europeos, la misma UE, que no han hecho prácticamente nada».

Falta de previsión

Más suave frente al espejo italiano es José Jonay Ojeda, especialista en Medicina Preventiva y Salud Pública. «Tenemos que ser prudentes, dado que la situación de la epidemia cuando se han tomado las medidas no ha sido la misma », apunta. El experto asegura que las decisiones que se están tomando tienen base científica. «Nos movemos en un escenario de incertidumbre por la poca experiencia que tenemos con el nuevo coronavirus. Sugiero tener confianza en las medidas que se están poniendo en marcha ahora; en unos días valoraremos su efecto».

Los epidemiólogos trabajan a destajo , sin horizontes a largo plazo; intentando resolver diariamente los retos que les plantea el coronavirus. Tienen claro que el impacto epidémico más alto está por llegar y confían en que los recursos asistenciales del sistema permitan aguantar el arreón de un virus que todavía encara su cota máxima de crecimiento. Benito Almirante , responsable de Enfermedades Infecciosas del Hospital Vall d’Hebron de Barcelona, atiende, entre reunión y reunión, a ABC para analizar la situación de la epidemia. « En dos o tres semanas llegaremos a la cota máxima de infecciones, en los próximos días probablemente se cuadruplicarán los casos», vaticina. Sus estimaciones se basan, según afirma, en el comportamiento del virus en China y otros países en los que la epidemia ya está en fase remisión.

«Estamos en una situación complicada por la gran velocidad de transmisión del virus. Hay mucha gente sin sintomatología que ha propagado la enfermedad sin saberlo. Hace dos semanas solo un 10 por ciento de los test que realizábamos daban positiv o; ahora son el 50 por ciento », precisa el epidemiólogo del Vall d’Hebron. A su juicio, que la epidemia se controle con eficacia en los plazos previstos dependerá «de las vacaciones de Semana Santa ». «Esperamos que en 4 o 6 semanas se llegue a la cota máxima de infecciones y luego empiece a remitir, aunque la Semana Santa, con los desplazamientos asociados, puede ser un movimiento potenciador. Lo óptimo sería que hubiera contención en los desplazamientos porque será un momento decisivo», dice el responsable del Servicio de Enfermedades Infecciosas del Vall d’Hebron. Lo que realmente preocupa a los expertos es que si el tirón epidemiológico se prolonga, los recursos asistenciales sean insuficientes y la sanidad entre en colapso. «En el Hospital Vall d’Hebron tenemos recursos suficientes para resistir sin déficits cuatro o seis semanas; más tiempo no puedo decirlo», añade el especialista.

No obstante, Almirante está convencido de q ue la epidemia hubiera impactado igual si hubiéramos reaccionado antes. «No se puede actuar si no hay una situación que indique que se requiere actuar», precisa en declaraciones a este medio. Eso sí, aboga por la compra centralizada del material sanitario para hacer frente a la crisis. «La compra centralizada sería una decisión acertada porque la distribución del material se haría teniendo en cuenta los déficits de cada comunidad», apunta.

Acopio de material sanitario

Para José Manuel López Tricas, farmacéutico de la botica Las Fuentes en este barrio zaragozano, aunque las medidas contundentes son útiles para ralentizar los contagios y que comience a descender la curva de la infección, llama la atención el hecho de que «deberían haber previsto con anterioridad un acúmulo del material sanitario previsto y se debería haber hecho antes». Y haber tratado de tener organizada y regularizada la distribución básica y necesaria a todas las boticas del país. Ahora faltan suministros médicos.

Una idea que aporta este farmacéutico es que «las mascarillas deberían haberse dispensado con receta médica » y haber evitado «la locura en que se ha convertido la compra y reparto» de estos protectores, con escenas como que se tenga que echar el cierre a los cajones y amarios los hospitales, etc».

La dueña de una botica en un pueblo cerca de Tarragona dice que «están cruzando los dedos» para que no afecte fuera de las zonas de transmisión alta como lo está haciendo en ellas; y señala que, antes de la avalancha de casos, se debería haber emulado a Francia, que dio unas órdenes centrales para suministrar mascarillas a todas las farmacias del Gobierno y que se repartiesen gratuitamente a todas las personas que las necesitasen. España «ha llegado tarde», dice esta mujer, Beatriz. «El Gobierno debería dar algo de suministro a las farmacias, igual que ha hecho con los hospitales, porque al final atendemos a puerta abierta a mucha gente y no tenemos mascarillas para nosotros», lamenta. «Se nos ha acabado hasta el alcohol, ya no tenemos desde hace días ni mascarillas ni geles hidroalcohólicos y ahora t ampoco alcohol normal. Creo que se ha actuado tarde y que se esquivó actuar y hubiesen evitado la propagación tan rápida del virus», añade.

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