Coronavirus

Guirigay en las playas por municipios: estancias de no más de 3 horas en la arena o prohibido usar las duchas

Veranear en un lugar u otro de España será muy distinto, también entre municipios vecinos, porque se dejan las decisiones de control en manos de cada consistorio

Una persona pasea con su perro por la Playa de La Térmica en Almería, en la fase 1 de la desescalada del confinamiento en la crisis sanitaria por Covid-19 y que pasa a fase 2 el lunes EFE

Érika Montañés y Delegaciones

Elegir destino vacacional este verano tiene dos puntos de encuentro en el hogar de todos los españoles: el primero es que tiene que ser un retiro en un rincón nacional (sea de interior o de costa); y, segundo, si es en el litoral, tendrán una estancia en la playa muy diferente a la de otros periodos estivales. También variará mucho dependiendo de la región o municipio que se escoja, porque pasar unos días en Sangenjo (Pontevedra) comportará conductas diferentes que hacerlo, por ejemplo, en San Sebastián. De hecho, las playas vascas serán de las que cierren dos horas antes de la pleamar y permitan estancias de un máximo de 2 o 3 horas en la arena para compartimentar el aforo. El control de esta aglomeración será el punto clave sobre el que se pronuncie cada ayuntamiento y gestor del trozo de costa. Desde ahora y hasta la puesta a punto de sus playas, todos los consistoriso costeros tendrán que adoptar una serie de decisiones.

Señalización, sistemas de control, app o pulseras, pasarelas de entrada y salida diferenciadas, uso de drones para vigilar el aforo, ubicación de las sombrillas y delimitación de la orilla para el paseo son medidas que deja en manos de cada gestor el que parece va a ser el protocolo definitivo del Ministerio de Industria, Turismo y Comercio para este verano. El borrador del texto, al que ha tenido acceso este periódico, ha sido elaborado por el Instituto de Calidad Turística de España (ICTE) y define los puntos clave para adaptar las playas a un mundo en desescalada pero con coronavirus, a petición del Ministerio que dirige Reyes Maroto y en colaboración con las comunidades y los ayuntamientos.

La espina dorsal de este documento es el establecimiento de un mayor control en los arenales para garantizar que se cumplan las distancias de seguridad y los aforos, mucho más reducidos, porque lo que no se va a permitir es la imagen de costas atestadas de gente, como se repiten cada año, por ejemplo, en las costas levantinas.

El documento del ICTE está en fase de borrador y queda su aprobación expeditiva por el Ministerio de Sanidad. Busca «implementar las mejores prácticas» por parte de los consistorios, que son quienes gestionan los arenales. En este sentido, estos serán los que definan los criterios prioritarios en los que actuar y los que conviertan cada playa en una especie de «república independiente».

Según queda constancia en este borrador, el verano que espera a la vuelta del desconfinamiento será con un paseo circunscrito en la orilla sin obstaculizar a nadie, tampoco las sombrillas se colocarán cerca del mar, ni a menos de dos metros entre sí, no habrá socorristas por regla general, por lo que habrá que aumentar la precaución, y al llegar a un trozo de costa habrá pasarelas diferentes de acceso y salida, para no mezclar flujos de personas. Esto será la tónica, pero según dijo ayer el ministro Salvador Illa, las que no cumplan las medidas sanitarias ni abrirán: «No podrán usarse». En la fase 2, hacia la que se encamina ya el 47% de la población desde el próximo lunes, cada zona marcará algunas diferencias en la apertura de sus playas, tales como estas:

Prioridad a los residentes

En Galicia, el sistema de cita previa mediante código QR planteado por la Xunta fue rechazado por los municipios, al considerarlo «excluyente» para las personas sin dicha tecnología. La ciudad de La Coruña, por ejemplo, instalará vallas en los accesos, habilitará una «app» que informará en tiempo real del volumen de bañistas y se izará la bandera verde o roja desde los puestos de socorro para indicar si el arenal está o no lleno. Algunas localidades, como Villanueva de Arosa, en Pontevedra, darán prioridad a los vecinos a la hora de establecer las condiciones de afluencia y otros, como Sangenjo, emplearán drones para retransmitir imágenes en tiempo real del estado de cada playa. El presidente del Ejecutivo autonómico, Alberto Núñez Feijóo, asegura que «el 99,9% de las playas gallegas no necesitarán implementar sistemas de limitación de aforo» y garantiza que «la inmensa mayoría de los ciudadanos no va a tener ningún problema al entrar en las playas» porque, entre todas las que hay en Galicia, «superan los 1.200 kilómetros», informa David Gómez. Las concentraciones de gente brillan aquí por su ausencia.

Caso distinto se da en Baleares. Formentera, que ya está en fase 2, se anotó ayer el primer caso de contagio en el último mes, lo que destapó cierta inseguridad. Según informa Josep Maria Aguiló , el alcalde de Palma, José Hila, anunció que desde el lunes estará permitido el baño a cualquier hora del día en los cinco arenales de la ciudad. En esos enclaves se deberán garantizar los metros de distancia entre los diferentes grupos, que, como máximo, reunirán a 15 personas. Habrá informadores para explicar las normas. Los objetos personales, como toallas, deberán permanecer dentro del perímetro de seguridad y no se podrán utilizar duchas ni baños. Se permitirá la práctica de actividades deportivas, aunque con restricciones.

El documento del Instituto de Calidad Turística de España recalca que deben clausuarse las zonas de ocio e infantiles en la playa donde no está garantizado el respeto a las normas sanitarias o de seguridad.

Solo para mayores

Desde el lunes los vecinos de los municipios de Guipúzcoa y Vizcaya que lo autoricen tendrán la oportunidad de darse un chapuzón, siempre que respeten los criterios que ha dictado el área de Seguridad, que insiste en las necesidades de mantener los dos metros de distancia entre personas que no convivan, evitar tocarse ojos, nariz y boca sin haberse lavado las manos y no compartir toallas. Las autoridades recomiendan hacer salidas «cortas en la playa», con un máximo de tres horas, para «reducir aglomeraciones». Se estudia si se delimitarán franjas horarias para el baño de los mayores, informa Adrián Mateos . Una imagen atípica para un verano que, de normal, tendrá poco.

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