Coronavirus

El «experimento» de Reino Unido con la variante Ómicron desata una ola de críticas a Johnson

El Gobierno se niega a adoptar restricciones sociales estas navidades y prioriza la vacunación para hacer frente a la explosión de casos

El primer ministro británico, Boris Johnson, visita un centro de vacunación en Milton Keynes REUTERS
Ivannia Salazar

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La variante Ómicron, que representa ya el 90% de los casos en Reino Unido , «no es la misma enfermedad que veíamos hace un año» y las altas tasas de muerte por Covid-19 en el Reino Unido son «ahora historia». Así lo considera John Bell , profesor de Medicina en la Universidad de Oxford y asesor de ciencias biológicas del Gobierno, quien explicó que, aunque aún son necesarios más estudios, lo cierto es que esta variante «parece ser menos grave y muchas personas pasan un tiempo relativamente corto tiempo en el hospital». Según este destacado inmunólogo, menos pacientes necesitan oxigenoterapia de alto flujo «y la duración promedio de la estadía se redujo a tres días». Así, Bell es uno de los especialistas que no se han unido a las críticas al gobierno de Boris Johnson por no haber impuesto nuevas restricciones antes de Navidad para evitar la propagación del virus. «Las horribles escenas que vimos hace un año de unidades de cuidados intensivos llenas, de mucha gente muriendo prematuramente, eso ya es historia, en mi opinión», dijo, y añadió que «es probable que continúe» siendo de esta manera.

Sin embargo, otros expertos consideran que el primer ministro está haciendo un experimento, convirtiéndose una vez más en el espejo en el que se miran otros países, como ha ocurrido desde el inicio de la pandemia. Chris Hopson , director ejecutivo de NHS Providers, una parte del sistema nacional de salud, considera que aún no está claro qué sucederá cuando las tasas de infección en las personas mayores comiencen a aumentar. Así lo consideró en declaraciones a la BBC: «Hemos tenido mucha mezcla intergeneracional durante la Navidad, por lo que todavía estamos esperando ver si veremos un número significativo de aumentos en términos de la cantidad de pacientes que ingresan al hospital con una enfermedad grave relacionada con Ómicron», puntualizó. De momento, las hospitalizaciones y las muertes siguen sin dispararse, pero a que los casos positivos superan los 130.000 diarios. George Eustice, ministro de mediambiente, dijo que hay evidencia de que los contagios por esta variante no están dando como resultado “el mismo nivel de ingresos hospitalarios que las oleadas anteriores”, mientras que el primer ministro Boris Johnson declaró este miércoles que «hasta el 90%» de quienes están en cuidados intensivos no han recibido su dosis de refuerzo y llamó a la población a ponérsela. Casi el 90% ha recibido una primera dosis de la vacuna, pero solo el 62% ha recibido la tercera.

Precisamente, es la vacunación el principal escudo de defensa del Ejecutivo, que, al menos de momento, no parece querer imponer restricciones a la socialización en Inglaterra. No ocurre lo mismo en Escocia, Gales e Irlanda del Norte, donde sus respectivos gobiernos han tomado decisiones más fuertes y, por qué no decirlo, más impopulares.

Chris Smith, profesor de la Universidad de Cambridge y un experto destacado en Covid-19, escribió este miércoles en una columna de opinión en el diario 'The Telegraph' que «los datos iniciales sugieren que Ómicron es más trivial que sus predecesores. Los resultados de Sudáfrica están pintando un cuadro tranquilizador: allí, los casos han alcanzado su punto máximo, las tasas de hospitalización están bajando» y el «riesgo de enfermedad grave con Ómicron es aproximadamente un 80% menor que con Delta», y los datos daneses, británicos e israelíes parecen coincidir. «En lo que va de la pandemia, el país ha estado dividido sobre cómo lidiar con los picos en los casos», dijo, con aquellos a favor de un enfoque suave y otros de medidas un poco más estrictas. «Quizá ahora sea el momento de mirar más allá de estos argumentos, hacia un futuro cercano en el que Covid viva con nosotros y nosotros con él. Porque en lo que la mayoría de la gente está de acuerdo es en que golpear periódicamente nuestros pubs y lugares de entretenimiento, paralizar la economía, dañar la educación y desestabilizar la salud mental de la nación para controlar los brotes de variantes con características inciertas no es una propuesta sostenible a largo plazo», detalló Smith, quien apuntó: «Como me dijo recientemente un residente de un hogar de ancianos: 'Esto no es vivir. Entonces, ¿para qué estoy viviendo?'».

Paul Hunter, profesor de Medicina en East Anglia, considera que el aislamiento de los casos positivos debería eliminarse en el 2022, ya que los síntomas del Covid se reducirán a «algo parecido al resfriado común», mientras que Smith defiende la protección de las personas más vulnerables. Solo el tiempo dirá, una vez más, si la estrategia de Johnson es la correcta.

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