Condenan a un hombre a 47 días de trabajos comunitarios por suministrar burundanga a su expareja
Se trata de la primera sentencia dictada en España por administrar esta droga a una persona con el propósito de provocarle una reacción de sumisión química, que la juez ha tipificado como un delito de maltrato
![Flores de las que se extrae la escopolamina, también conocida como burundanga](https://s3.abcstatics.com/media/sociedad/2017/02/03/flores-burundanga-kRFD--620x349@abc.jpg)
La titular del Juzgado de lo Penal número 2 de Palma, Magdalena Ferreté, condenó este pasado miércoles a un hombre residente en Palma a 47 días de trabajo en beneficio de la comunidad por un delito de lesiones en el ámbito familiar . En concreto, por haber suministrado a su expareja la droga denominada escopolamina —coloquialmente conocida como burundanga — sin su consentimiento. Según adelanta este viernes «Diario de Mallorca», se trata de la primera condena en España por un delito de estas características.
La burundanga suele utilizarse en diversos países para provocar en la posible víctima una reacción de sumisión química , es decir, de sometimiento de su voluntad. Se trata de una planta con alcaloides anticolinérgicos que se conoce, precisamente, como «droga de la voluntad» por su supuesta capacidad para alterar las funciones cognitivas. En la mayoría de los casos, dicha sumisión química suele ser el paso previo a una posterior agresión sexual , circunstancia que no se dio en este caso.
Los hechos ahora juzgados se remontan al 9 de abril de 2016. El acusado, de 36 años, acudió ese día al domicilio de su expareja, ubicado en la barriada palmesana de Son Oliva. En un determinado momento, el hombre vertió con disimulo burundanga en un refresco que estaba bebiendo la mujer. Poco después, la víctima, también de 36 años, empezó a sentirse mal y fue trasladada en ambulancia al Hospital de Son Espases, en donde ingresó con mareos, visión borrosa y dificultad del habla.
La amiga que había acompañado a la mujer al citado centro hospitalario comentó a los facultativos que quizás el excompañero sentimental de la joven podría haber introducido algún fármaco en la bebida consumida horas antes por ella. Cuando la paciente empezó a encontrarse mejor, corroboró la sospecha de su amiga y negó la ingesta voluntaria de fármacos.
Las analíticas que se le realizaron a la mujer en Urgencias detectaron que se trataba del primer caso registrado en España en que una persona habría suministrado a otra burundanga para provocar una reacción de sumisión química. Por tanto, ahora ha sido también la primera vez en que una persona ha sido juzgada en nuestro país por el uso supuestamente delictivo de la escopolamina. Este caso concreto fue recogido en un reciente estudio publicado en la revista «Medicina Clínica».
Tras la denuncia presentada por la mujer, su expareja fue detenida por la Policía Nacional . Durante su comparecencia posterior ante el titular del Juzgado de Violencia sobre la Mujer número 1 de Palma, Carlos Izquierdo, el hombre dijo que había comprado burundanga por internet y que la había adquirido para intentar suicidarse. Según su versión, habría querido hacer una prueba previa vertiendo una pequeña cantidad de escopolamina en un refresco, que por error habría bebido la víctima. Tras declarar, el hombre quedó en libertad con cargos, después de que el juez hubiera dictado una orden de protección para la víctima .
La burundanga es un fármaco de uso clínico, por lo que el magistrado que llevó a cabo la instrucción del caso no podía acusar al hombre de un delito contra la salud pública. El juez tampoco pudo atribuir al sospechoso un delito de tentativa de homicidio, ya que la cantidad de escopolamina encontrada en el organismo de la mujer era pequeña, por lo que su vida no corrió peligro en ningún momento. Finalmente, en septiembre del pasado año, el magistrado abrió juicio oral contra el hombre por un presunto delito de maltrato.
La Fiscalía pedía inicialmente un año de cárcel para el acusado, así como que se le prohibiera comunicarse con la víctima por un periodo de tres años. La acusación particular, en representación de la mujer, solicitaba la misma condena y que además el sospechoso no pudiera portar armas durante dos años.
Finalmente, las acusaciones y la defensa llegaron este miércoles a un acuerdo de conformidad. De este modo, además de los 47 días de trabajos comunitarios, la magistrada le impuso al hombre la prohibición de aproximarse y comunicarse con la víctima por un periodo de dos años, así como la medida accesoria de privación del derecho a la tenencia y porte de armas durante dos años. En concepto de responsabilidad civil, la juez condenó al hombre a pagar 100 euros de indemnización a su expareja por las lesiones que le provocó.