Cómo enseñar a los niños a protegerse del sol
La Fundación Piel Sana ha puesto en marcha la campaña «Convive con el sol» para inculcar a los más pequeños y a sus padres buenos hábitos de fotoprotección, donde habrá un curso online y los recursos necesarios para impartir lo aprendido en las aulas.
En el universo existen millones de estrellas tan brillantes que son capaces de emitir su luz a millones de kilómetros de distancia. Una de ellas, casi tan pequeña como un balón, se llamaba Lucecita. Tan curiosa era ella que quiso explorar todo el universo. En su viaje se encontró con su primo, el Sol, quien le dio a conocer la Tierra y a sus habitantes. Lucecita deseó entonces saber más sobre ellos por lo que decidió unirse a la clase de infantil del Colegio Gaudem y aprender juntos cómo hay que protegerse de los rayos del sol . Y así es como, por medio del cuento de Lucecita, la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV) quiere hacer llegar a padres y a niños que se podría reducir el 80% de los casos de cáncer de piel si se adquieren hábitos saludables de fotoprotección en la infancia. Y poner fin así a la aparición de 4.000 nuevos casos cada año.
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Para conseguirlo, la Fundación Piel Sana de la AEDV ha puesto en marcha la campaña de fotoeducación «Convive con el sol» que tiene como misión impulsar la educación en hábitos saludables de fotoprotección en las aulas. El proyecto, presentado por primera vez en el Colegio Gaudem de Madrid , facilita un curso online con cuatro bloques temáticos de conocimiento: general (relación entre radiación ultravioleta y la piel), de fotoprotección, fotoeducación y fotoinvestigación. A través del curso, los profesores podrán bajarse los recursos educativos y formativos para aplicarlos a las aulas .
¿Y por qué educar a los niños y no a los adultos?
«Los niños-indica el director de la Fundación Piel Sana, Jorge Soto ,- son los que tienen la máxima capacidad de beneficiarse de los buenos consejos y porque a través de ellos podemos llegar también a su entorno familiar. Además, se ha descubierto desde hace tiempo que el periodo crítico en el cual quemarse produce el máximo daño es la infancia ». Así lo confirma la dermatóloga y miembro de la AEDV, Magdalena Troya: «La piel tiene memoria y todos aquellos daños que ocurren en la infancia y adolescencia, que es cuando la piel es más vulnerable, quedarán instalados en ella para toda la vida. Y posteriormente nuevos daños que aparezcan serán los que precipiten la aparición de cáncer de piel en la vida adulta».
Sin embargo, para hacer llegar este mensaje se necesita mucho más que simple información. Se requiere de Lucecita, la mascota de la campaña . «El cuento de lucecita-explica Jorge Soto- es un instrumento pedagógico para llegar a los niños. Con ellos tienes que conseguir captar su atención y luego transmitirles el mensaje en un lenguaje que sea adecuado para ellos».
Para lograr esta meta, el equipo de dermatólogos ha contado con el apoyo de una serie de pedagogos y profesores. Entre ellos, la profesora del colegio Gaudem, Pilar Gómez , quien narró el cuento de Lucecita y realizó varias actividades con los escolares durante la presentación de la campaña. «Me plantearon-explica Pilar-echar una mano haciendo la guía didáctica para la etapa de infantil y primaria. Estuvimos informándonos sobre las necesidades que tenían nuestros alumnos y fuimos poco a poco creando una serie de actividades didácticas para ellos».
Entre ellas, el cuento y juegos donde sacar de una caja objetos de protección (como la crema solar, las gafas de sol o el gorro) para darlos a conocer a los más pequeños. Y todo siempre desde una perspectiva lúdica: «El aprendizaje-explica Pilar- debe acompañarse de juegos donde ellos vayan a recordar ese momento en el que han disfrutado, que se acuerden de todos los elementos que han estado utilizando».
De esta forma se conseguirá que los más pequeños aprendan a protegerse del sol...y que también lo hagan sus padres. «Mi mamá nunca se pone crema» , es una de las respuestas que obtiene la profesora Pilar Gómez cuando pregunta a sus alumnos en el juego de la caja. Si los padres no dan ejemplo, los niños no van a adquirir buenos hábitos de fotoprotección. «Somos animales-indica la dermatóloga Magdalena Troya- que aprendemos de lo que vemos, no de lo que nos dicen. Si un padre se quema al sol, aunque les enseñe que deben hacerlo, difícilmente cuando sean adolescentes van a seguir haciéndolo».
«Los errores más reiterados»
Para ser un buen ejemplo a seguir, los padres (y todos los demás) deben corregir antes una serie de errores recurrentes . Entre ellos, el horario de exposición al sol. Ya que la mejor medida de protección solar es no exponerse a los rayos solares en las horas centrales del día : entre las doce del mediodía y las cuatro de la tarde. «Si evitásemos-remarca Magdalena Troya- realizar actividades al aire libre o baños de sol en la playa estaríamos protegiendo bastante bien la piel. Nos vamos a la playa en las peores horas ».
Otro aspecto importante es el uso del atuendo adecuado. «Estamos hablando de gorras con visera o incluso con faldones laterales y posteriores que cubran la orejas y la nuca. Y deberíamos además utilizar ropa que nos cubriese más aunque el tejido fuese más transpirable, al menos por el día». Y sin olvidar que tampoco nos aplicamos la crema correctamente , ya que debe ponerse media hora antes de la exposición solar y que así de tiempo a que sea absorbida por la piel y haga su efecto. «Normalmente empezamos a echárnosla cuando empezamos la actividad de riesgo de exposición solar. Y si una madre tiene que ponerlas a varios niños, el último ya lleva un tiempo de exposición importante que incluso ha podido a empezar a producirse el daño en su piel ».
Por todo esto, el proyecto «Convive con el sol» tiene como objetivo integrarse en todas las escuelas del país y en todas las etapas educativas : infantil, primaria y secundaria. Y que así Lucecita y los niños sepan que ellos y sus padres deben protegerse de los rayos del sol.