El Comité de Bioética pide al Gobierno que acabe con el anonimato de los donantes de esperma y óvulos
La Ley de Reproducción Asistida solo prevé informar de la identidad de los padres biológicos por razones médicas
El Comité de Bioética de España ha pedido al Gobierno que cambie la ley que regula los tratamientos de reproducción asistida en España y ponga fin al anonimato de donantes de óvulos y esperma. La propuesta, plasmada en un informe que ha sido debatido durante meses, tiene como objetivo primar los «intereses de los hijos nacidos por técnicas de reproducción asistida» . Aunque la petición no tiene carácter retroactivo -no afectaría a los niños ya nacidos-, tendrá importantes implicaciones en un país que es líder mundial en donación de gametos.
La medicina reproductiva española no solo atiende las necesidades de la población autóctona sino que se ha convertido en el mejor destino internacional para realizar un tratamiento de fertilidad. La calidad de los tratamientos es una de las razones por las que se elige a los centros médicos españoles, pero también el anonimato de los donantes, una protección que ya ha desaparecido en otros países . El Reino Unido es uno de ellos. La ley británica cambió en 2005 para que los bebés probeta pudieran solicitar al llegar a la mayoría de edad la identidad de su padre biológico. La consecuencia inmediata fue la caída en picado del número de donantes. En Portugal se tomó la misma decisión hace dos años y las mujeres portuguesas han cambiado las clínicas lusas por las españolas.
La actual normativa solo permite conocer la identidad de donantes por razones médicas . Los únicos datos que se proporcionan a los padres son la edad y el grupo sanguíneo del donante y solo el centro de reproducción conoce la identidad de quien ha donado sus óvulos o espermatozoides. Pero, desde una perspectiva bioética, este organismo considera que el «interés superior del menor exige conocer el origen biológico del hijo nacido por técnicas de reproducción asistida». El informe deja claro que «solo puede corresponderle al hijo de estas técnicas el decidir si quiere o no conocer y en qué medida».
Registro nacional de donantes
El Comité de Bioética también urge al Gobierno a crear definitivamente un registro nacional de donantes que no acaba de concretarse pese a estar previsto en la ley desde 1988. El registro se aceleró en la legislatura pasada aunque hasta finales de este año no está previsto que funcione al cien por cien y todos los centros españoles estén obligados a reportar los donantes utilizados.
Esta herramienta permitiría saber con certeza que se cumple la ley y que cada donante solo puede tener seis niños nacidos. «El conocimiento del número de donantes, donaciones y su trazabilidad es esencial para evitar una posible unión endogámica », recuerda el comité quien teme que la falta de control de las donaciones y el crecimiento exponencial de estos tratamientos en nuestro país esté generando un crecimiento de parejas endogámicas inadvertidas que dé lugar a problemas de consanguinidad y a enfermedades genéticas en la descendencia. Cada clínica lleva un control de sus donantes pero no se puede evitar que hagan donaciones remuneradas en centros de otras comunidades y se supere el límite legal de nacimientos de un mismo padre.
El número de tratamientos que se realizan con óvulos y esperma de donantes es significativo y va en aumento. Según los últimos datos de los centros y servicios de reproducción humana asistida, el 32,6% (un total de 57.379) de los tratamientos de reproducción asistida que se realizan en España precisan de la donación de gametos.
Más lista de espera en los tratamientos
La propuesta de este organismo asesor del Gobierno no ha caído bien en los centros de reproducción asistida y las sociedades científicas relacionadas con la fertilidad. La Asociación para el Estudio de la Biología de la Reproducción (ASEBIR), que representa a los embriólogos, pronostica una caída de las donaciones y listas de espera en los tratamientos .
«Este cambio en la ley provocaría una mayor dificultad en encontrar donantes que asumieran la pérdida de anonimato. La consecuencia sería que los pacientes infértiles, que necesitan de una donación de gametos para tener descendencia, tendrían largas listas de espera o no tendrían acceso a estos tratamientos», asegura Antonio Urries, presidente de Asebir. La ley actual protege de forma equilibrada los derechos de todas las partes implicadas: pacientes, donantes y descendientes, aseguran.
La Sociedad Española de Fertilidad (SEF) coincide con los embriólogos: « Las perjudicadas serán las pacientes . Nosotros podemos comprar esperma y óvulos en los bancos de Dinamarca, pero esto encarecerá el precio final de los tratamientos», advierte Luis Martínez, presidente de la SEF. Martínez lanza otra pregunta: «¿De qué sirve el fin del anonimato si la mayoría de los niños nacidos por reproducción asistida no saben que son fruto de estas técnicas?».
El informe ha tenido en cuenta la participación de todos los sectores, asegura Federico Montalvo, presidente del Comité de Bioética y ponente del informe. «Hemos buscado el interés de los hijos. Es una tendencia en Europa de la que España no puede permanecer ajena. Próximamente Unesco hará una declaración en el mismo sentido», señaló a ABC.
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