El cierre de bares en Cataluña enriquece a las regiones vecinas
Locales de restauración de Castellón o Huesca acogen estos días comidas, cenas y hasta celebraciones de comuniones y banquetes de bodas
A las escenas de éxodo masivo de ciudadanos hacia sus segundas residencias para esquivar las medidas restrictivas de determinadas regiones para frenar los rebrotes, ahora se le suman las imágenes de vecinos que cogen el coche y cruzan las fronteras autonómicas para realizar unos pocos kilómetros y poder ir de bares, a cenar con los amigos o de celebración familiar. Por irreal que parezca esto es lo que ha provocado el reciente cierre de bares y restaurantes en Cataluña, cuyos ciudadanos se han escapado este fin de semana a zonas de Castellón o Huesca para disfrutar de la restauración que no tienen en sus municipios.
En la comunidad catalana, el alarmante repunte del Covid -que sigue al alza y cuyo riesgo de rebrote ya es este lunes de 438,48 casos por cada 100.000 habitantes- llevó a la Generalitat a fijar que desde el pasado viernes y, como mínimo, durante quince días los locales para consumir bebidas o alimentos solo pueden trabajar a costa del «take away». Esta medida drástica, así como el enésimo mensaje de las autoridades catalanas de «hacer un gran esfuerzo colectivo y reducir al máximo la movilidad», tuvo efectos entre parte de la población que atendió a las recomendaciones.
Así, por ejemplo, el Servicio Catalán del Tráfico registró el pasado viernes una salida de vehículos del área metropolitana un 8,6% inferior a la del primer fin de semana de octubre. Hubo quien hizo oídos sordos a las súplicas del gobierno autonómico. Es el caso de quienes hicieron reservas de última hora a establecimientos de restauración de zonas limítrofes como Vinaroz y Benicarló (Castellón) -muy cerca, por cierto, de las Tierras del Ebro, que en las últimas semanas han cosechado los peores repuntes de Covid en Cataluña a raíz de un brote en un matadero con casi 400 positivos en sus dos plantas- o Binéfar, Monzón y Fraga (Huesca).
En estos municipios, a pesar de tener también una preocupante incidencia del virus, los bares y restaurantes siguen abiertos, con casi total normalidad y únicamente con algunas limitaciones de aforo o comensales en cada mesa. Además de cenas de amigos, la situación ha llevado a ver carteles de «completo» y reservas para banquetes de bodas o comuniones.
Celebraciones sin grandes multitudes
El Hotel Ciudad de Binéfar da fe de ello. Esta localidad está a apenas media hora de Lérida y a un par de horas de la Barcelona por carretera. El sábado ya acogieron el banquete por la comunión de una niña de Alguaire (Lérida) cuya familia buscó esa alternativa tras cerrar el restaurante leridano que habían contratado en un principio. Fue una celebración poco multitudinaria, con 21 asistentes en total -12 adultos y 9 niños-.
No ha sido un hecho aislado. «El fin de semana hemos tenido una gran afluencia en el restaurante y también hemos notado un incremento de demanda en las habitaciones del hotel, entre un 10 y un 20% de aumento respecto a lo que hubiera sido habitual», explican desde el hotel. Y ya tienen más celebraciones a la vista contratadas por clientes catalanes: otra comunión con más de 20 asistentes previstos y el banquete de una boda de una pareja de Barcelona, que tienen previsto casarse en la Ciudad Condal el próximo sábado y que han contactado con ese hotel de Binéfar para la celebración posterior.
Aragón activó este lunes la alerta sanitaria por el fuerte aumento de contagios de coronavirus que se ha detectado en las últimas semanas, pero mantiene abierta la hostelería, aunque con aforos más restringidos: al 50% de su capacidad máxima y, como mucho, con 20 personas en locales cerrados y 35 en exteriores. Eso sí, en hoteles como el de Binéfar ese tope se cuenta por salón, y como tienen varios espacios diferenciados pueden distribuir banquetes en varias salas en grupos máximos de 20 cada uno. Además, desde este lunes, los bares y restaurantes aragoneses han de cerrar a las 23.00 horas.
En Castellón, por el momento, no hay nuevas restricciones especiales en estos establecimientos. Restauradores consultados por ABC confirman que el pasado fin de semana detectaron una mayor presencia de clientes catalanes . Vinaroz y Peñíscola , las zonas turísticas más próximas a las Tierras del Ebro se llevaron la palma y continuan con buenas reservas para los próximos días.