Científica hasta el final
Margarita Salas o el valor de la investigación fundamental
Margarita Salas se incorporaba en 1964 al laboratorio de Severo Ochoa vigente aún el eco de momentos estelares vividos en aquel lugar. En el Manhattan de la Primera Avenida y calle 31, las poyatas del laboratorio eran mudos testigos del desciframiento del código genético o de la síntesis de ácido ribonucleico (RNA) en el tubo de ensayo. El entusiasmo por la Biología experimental anticipaba avances que a día de hoy seguimos viviendo. Era la emergencia de la Biología Molecular para entender los fenómenos biológicos desde el conocimiento de las moléculas informacionales, los ácidos nucleicos.
Cuando finaliza su vida terrenal podemos considerar a la Dra. Salas como la científica española más relevante. En los años de estancia en Nueva York, Margarita colaboró en hallazgos tan básicos el que el RNA mensajero se lee –en todos los organismos- en dirección 3´-5´ y no al revés. O que los ribosomas que leen necesitan determinadas proteínas para comenzar la lectura del mensaje en las células. Con ese bagaje apenas tres años después, siempre compartiendo la aventura científica con Eladio Viñuela, su esposo y colaborador, se instalaba en Madrid con la determinación de proseguir una carrera investigadora.
La pregunta debió ser qué se puede hacer en España para desarrollar conocimiento de relevancia internacional. Las respuestas fueron llegando de la mano del CSIC, en donde encontraron su hábitat de trabajo, y de la mano de un organismo minúsculo, un virus que afecta a bacterias gram-positivas, el bacteriófago Phi29. Convencida de que elegir bien el sistema experimental, y mantenerse fiel a las hipótesis planteadas, el resto de la vida científica de Margarita Salas ha sido desgranar los secretos del funcionamiento de los 20 genes que definen a este virus. Establecer su organización, para deducir su regulación, es decir, su funcionamiento ordenado.
Del estudio de tantos fenómenos biológicos relevantes se derivan muchas cosas que engrandecen la vida de la investigadora que nos deja. Entre otros, (i) un conocimiento aplicable a la síntesis de DNA in vitro, con cientos de utilidades en laboratorios de diagnóstico e investigaciones diversas; (ii) unas patentes derivadas que son beneficio económico importante para el CSIC ; (III) una pléyade de discípulos, de varias generaciones, que hoy son élite en la Ciencia española; (iv) una extensa e inabarcable lista de reconocimientos para la gran científica, premios, distinciones académicas y de innovación, pertenencia a las academias más destacadas. Margarita Salas o el valor de la investigación fundamental.
Noticias relacionadas