China lucha contra el rebrote en Xian, el más virulento en lo que va de año

Las autoridades aumentan las medidas de prevención y la población protesta ante la carestía y la inflación

EFE

Jaime Santirso

China sigue bregando para ahuyentar la pandemia más allá de sus fronteras, cuando falta cada vez menos para que se cumplan dos años de su aparición en Wuhan. El último foco se localiza en Xian, la mayor ciudad del gigante asiático en echar el cierre desde aquellos primeros días, donde los casos siguen creciendo pese a la intervención de las autoridades en lo que ya es el rebrote más virulento en el país en lo que va de año.

Los 13 millones de habitantes de Xian, famosa por sus soldados de terracota, permanecen en cuarentena desde hace una semana. Esta concentra casi todos los contagios –sintomáticos y de transmisión local, de acuerdo a los criterios contables nacionales– registrados en el país: 155 de 156 hoy, 151 de 152 ayer y 180 de 182 un día antes, la mayor cota desde que comenzaron los registros diarios en marzo de 2020. El cómputo total del rebrote se eleva a más de 1.100 positivos desde su comienzo tres semanas atrás.

«Xian ha alcanzado una etapa de vida o muerte en su lucha contra el virus» , declaraba ayer miércoles Zhang Fenghu, representante de la Administración local, durante una conferencia de prensa. El origen de este foco constituye un misterio por aclarar: las últimas teorías apuntan al sistema de aire acondicionado del aeropuerto.

Carestía e inflación

Mientras tanto, las autoridades redoblan las medidas de prevención dada su incapacidad de doblegar la curva. Hoy jueves ha comenzado la sexta ronda de testeos masivos entre la población, tan solo un día después de que concluyera la quinta. Asimismo, la previsión según la cual una persona por hogar podría salir al exterior una vez cada dos días para adquirir productos básicos ha sido cancelada. Los ciudadanos dependen ahora para abastecerse de servicios de entrega a domicilio que se ven saturados, lo que ha provocado airadas protestas ante la escasez de alimentos y las subidas de precios.

El impacto de las restricciones gubernamentales en Xian llega mucho más allá. Multinacionales como Samsung o Micron Technology, dos de los mayores suministradores de memorias de semiconductores a nivel mundial , ya han advertido que este nuevo confinamiento podría afectar a la capacidad de producción de sus plantas industriales en la región.

Este rebrote coincide, además, con el segundo aniversario de la fecha en que el doctor Li Wenliang, oftalmólogo en el Hospital Central de Wuhan, alertó por primera vez a un grupo de amigos sobre la aparición de una misteriosa neumonía. Cuando su aviso se volvió viral las autoridades locales le obligaron a retractarse. Li siguió trabajando hasta infectarse y fallecer a principios de febrero. Su muerte hizo de él un héroe y levantó una oleada de indignación popular. Hoy miles de internautas han dejado mensajes de homenaje al médico en su perfil oficial de Weibo –red social china similar a Twitter–, todavía disponible.

Un país cerrado

El repunte de positivos en Xian ha contribuido a que el total de casos registrados en el país hasta la fecha franquee la barrera de los 100.000, con 4.636 víctimas mortales. Cifras oficiales cuya veracidad es dudosa, pero las calles no mienten: China es un país donde el virus no está presente gracias a la política de covid cero ; mantenida por medio de un exhaustivo modelo de gestión que comprende control migratorio, rastreo por medio de big data, testeos masivos y confinamientos selectivos. Su coste político es el peligroso aislamiento de la segunda potencia mundial, de espaldas a aquellos otros países que de manera progresiva recuperan la normalidad y restablecen sus lazos.

A este retraimiento contribuyen las dudas sobre la efectividad de sus vacunas. China ha inoculado a sus ciudadanos con dos soluciones de producción nacional, desarrolladas por Sinopharm y Sinovac, y ha desechado la posibilidad de importar las occidentales pese a su probada superioridad; medida para la que los cálculos propagandísticos priman sobre los científicos.

El peligro aumenta ante la emergencia de la variante ómicron, ante la que las vacunas chinas no ofrecen protección. A esto se suma la proximidad de los Juegos Olímpicos de Inviernos de Pekín 2022, que darán comienzo en apenas un mes y supondrán un enorme riesgo ante el desembarco de cientos de personas procedentes del extranjero. Dos años después del estallido de la pandemia, China avanza en la senda marcada por sus decisiones, tanto políticas como sanitarias, cada vez más lejos del resto del mundo.

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