China declara la guerra total al coronavirus

Alarmado por su «acelerada propagación», el presidente Xi Jinping asume el mando de la lucha contra la nueva neumonía, que ya lleva 56 muertos

Pablo M. Díez

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Tras cerrar por completo la región central de Hubei, que es algo menos de la mitad de España pero tiene 58 millones de habitantes, las autoridades chinas siguen luchando por contener la epidemia de la nueva neumonía mortal originada en su capital provincial, Wuhan. A pesar de la cuarentena declarada desde el jueves, el número de fallecidos pasó ayer de 26 a 56 y los contagiados llegaron a los 1.975 en todas las provincias menos el Tíbet , mientras que fuera de sus fronteras hay ya confirmados 28 casos en diez países. Con la psicosis extendiéndose más rápidamente que la enfermedad, el país ha quedado noqueado en plenas celebraciones del Año Nuevo Lunar, suspendidas en la mayoría de las ciudades por el cierre de templos, monumentos, parques y comercios. En muchos lugares hay tanto miedo a salir a la calle que los chinos hasta se han «olvidado» del deporte nacional en estas fechas festivas: tirar petardos y fuegos artificiales.

Tomando directamente cartas en el asunto, el presidente Xi Jinping convocó ayer de urgencia al Comité Permanente del Politburó del Partido Comunista, la plana mayor del régimen. Tras definir la situación como « muy grave » por la « acelerada propagación » de la epidemia, mandó crear un grupo dirigido por el propio Comité Permanente para combatirla con todos los medios a su alcance, que son ilimitados. «La provincia de Hubei tiene que considerar los trabajos de prevención del virus como la tarea más importante, e imponer medidas estrictas para detenerlo dentro de la región y en otras zonas. El tratamiento en aislamiento debería ser proporcionado a todos los pacientes infectados», ordenó Xi, según recoge el periódico «South China Morning Post».

500 médicos militares

Su intervención significa la guerra total contra el coronavirus 2019-nCov, por lo que se esperan más medidas draconianas a partir de ahora. Además de construir en diez días un hospital de pabellones prefabricados con mil camas, las autoridades tienen previsto levantar otro más con 1.300 en medio mes. Desde el jueves, el Ministerio de Industria y Tecnología de la Información ha enviado a Wuhan 14.000 trajes especiales de protección y 110.000 pares de guantes quirúrgicos . Además, y según informa la Prensa estatal, ha ayudado a comprar tres millones de máscaras, 100.000 trajes especiales y 2.180 pares de gafas protectoras.

Pasillos abarrotados

Para ayudar en los hospitales de Hubei, que están desbordados de pacientes y con el personal sanitario extenuado, el Ejército ha enviado más de un millar de médicos en los dos últimos días. Demostrando la virulencia del coronavirus, una de las últimas víctimas mortales ha sido el doctor Liang Wudong , que tenía 62 años y trabajaba en el Hospital de Xinhua atendiendo a los pacientes de Wuhan. Tal y como muestran los vídeos que circulan por las redes sociales chinas, los pasillos de los hospitales están abarrotados de pacientes por falta de camas y en algunos hasta se ven cuerpos totalmente cubiertos que serían de fallecidos. Para atender la avalancha de enfermos, el personal sanitario lleva días sin descansar y hay médicos y enfermeras que están sufriendo crisis de ansiedad. Si la situación es dantesca en Wuhan, que es la capital provincial y tiene once millones de habitantes , da miedo pensar lo que está ocurriendo en ciudades menores y pueblos pequeños con menos recursos.

Aunque el 75 por ciento de los fallecidos tienen más de 40 años y muchos presentaban problemas de salud, otros datos alarmantes son que se ha contagiado una niña de dos años, la paciente más joven de la epidemia, y el virus está ocultando sus síntomas en algunos enfermos, por lo que sería más difícil de detectar y podría extenderse aún más rápido.

En medio del pánico que ya está empezando a cundir, las autoridades han ampliado el bloqueo de transportes en Wuhan prohibiendo la circulación de los coches privados a partir de esta medianoche.

Además, se están levantando barreras en las carreteras de Hubei que lindan con las provincias vecinas y en, las estaciones de tren, ya hay operarios con trajes contra la contaminación química y biológica tomando la temperatura de los pasajeros. Lo mismo ocurre en el metro de Pekín, donde también se están cortando algunas autopistas de acceso para que no llegue el coronavirus.

Dos semanas decisivas

Pero todavía no se sabe si todos estos controles servirán para contener la epidemia porque estamos en plenas vacaciones del Año Nuevo Lunar, que empezó ayer, y 350 millones de personas viajan por todo el país. En algunas ciudades de la costa alejadas del foco, como Dalian, el ambiente sigue siendo festivo y, como mostraban fotos y vídeos enviados por un visitante español , la gente se bañaba ayer en su playa pese a las bajas temperaturas y llevaba a los niños al parque de atracciones. Pero en la otra punta, en la ciudad sureña de Dongguan, los neones de los rascacielos mostraban mensajes como «Pasemos este fin de año en casa» y «Eviten aglomeraciones» para contener la epidemia.

A tenor de un estudio conjunto de las universidades de Lancaster, Glasgow y Florida, se calcula que de momento solo se ha identificado al 5,1 por ciento de los infectados en Wuhan. En caso de que la cuarentena no funcione y siga el ritmo actual de contagios, en solo dos semanas podría haber más de 250.000 afectados en Wuhan y grandes brotes en Pekín, Shanghái, Cantón (Guangzhou), Chongqing y Chengdu. Conteniendo la respiración por el miedo a otro SARS, las dos próximas semanas serán decisivas para comprobar si la cuarentena en la provincia de Hubei sirve para frenar la epidemia.

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