China tendrá 600 millones de vacunas antes de final de año

Con cuatro candidatas en los ensayos finales, acelera la carrera contra el coronavirus y promete mil millones de dosis en 2021

Pablo M. Díez

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Con más de media docena de candidatas en su tercera y última fase de pruebas clínicas, la carrera global por la vacuna del coronavirus se acelera antes de que llegue el temido invierno y coincida con la gripe. Para proteger a su población, China prevé producir antes de final de año 610 millones de dosis de vacunas y mil millones en 2021 . Así lo prometió ayer el director del Centro de Desarrollo de Ciencia y Tecnología de la Comisión Nacional de Salud, Zheng Zhongwei, según informa EFE.

De las once vacunas que se están probando en China, cuatro han entrado en la última etapa de ensayos masivos gracias a un programa de emergencia para agilizar el proceso. Con cientos de miles de soldados, médicos y funcionarios vacunados desde julio a modo de prueba, las primeras inyecciones para el público podrían empezar a ponerse en China en noviembre o diciembre. Como, según Zheng, «los resultados han sido muy sólidos y no ha habido reacciones adversa» , el objetivo es comenzar las vacunaciones masivas «lo antes posible».

Para ello, la farmacéutica Sinovac ya está produciendo una de dichas vacunas en su fábrica a las afueras de Pekín, construida tras el estallido de la pandemia y con capacidad para 300 millones de dosis al año. Llamada Coronavac, utiliza el mismo método que algunas vacunas de la gripe y usa un virus «desactivado» para generar las defensas del sistema inmunológico. Con dos inyecciones administradas con entre dos y cuatro semanas de diferencia, el objetivo de Sinovac es producir cientos de millones de dosis entre febrero y marzo del próximo año.

Además de los 30.000 voluntarios que participan en los ensayos en Brasil, Turquía e Indonesia, han sido inoculados con la vacuna los casi 3.000 trabajadores de Sinovac y su consejero delegado, Yin Weidong. Aunque todavía no ha concluido la última fase de ensayos clínicos, tiene plena confianza y asegura, según EFE, que «la calidad de la vacuna es estable, lo que la hace muy eficaz». A su juicio, además, puede combatir «todas las cepas del SARS-CoV-2 existentes en el mundo» porque no se han observado grandes diferencias genéticas entre ellas.

Su plan no es solo vender la vacuna en China, sino en todo el mundo, por lo que pedirá los correspondientes permisos para otros mercados, como Estados Unidos y la Unión Europea, que cuentan con unos requisitos regulatorios muy estrictos. Con el apoyo de la ONU, el criterio de China para aprobar una vacuna contra el coronavirus es que genere inmunidad en al menos el 50 por ciento de los casos. Sin detallar los resultados, Yin Weidong insiste en que «realmente podemos ver que los niveles de anticuerpos y el efecto de la inmunización son muy buenos», pero también reconoce que «en el aspecto médico, todavía tenemos que finalizar los ensayos clínicos. No hemos ganado aún, pero estamos un paso más cerca».

A pesar de su optimismo, numerosos expertos ya han alertado del riesgo que supone empezar a administrar una vacuna sin terminar todos sus ensayos, un proceso que suele llevar más de un año. En este caso, la emergencia del coronavirus ha hecho que se acorten los plazos y se crucen los dedos confiando en que la vacuna detenga la pandemia. Pero también hay quien recuerda los frecuentes escándalos sanitarios de China, como el que provocó en 2016 la detención de más de 30 personas por la venta durante años de vacunas defectuosas.

Además de la vacuna de Sinovac, en China se están terminando de probar otras tres. En agosto fue patentada la elaborada por la farmacéutica Cansino Biologics en Cansino Biologics en colaboración con la Academia de Ciencias Militares, que lleva el nombre de Ad5-nCoV y utiliza un virus creado genéticamente (adenovirus) para generar la respuesta inmunitaria del organismo. Con la práctica más habitual del virus desactivado, el grupo estatal Sinopharm ha desarrollado otra vacuna con el Instituto de Productos Biológicos y Virología de Wuhan, la ciudad donde estalló la pandemia. Basándose en dos inyecciones que costarían unos mil yuanes (120 euros), esta última vacuna aspira a estar disponible en diciembre.

Con el coronavirus controlado y una normalidad asombrosa, China llevaba más de un mes sin contagios locales hasta que ayer se detectaron dos asintomáticos. Ambos son trabajadores del puerto de Qingdao que, al parecer, han manipulado cajas de pescado congelado importado con restos de coronavirus, lo que vuelve a disparar la alarma. Junto a la urgencia médica, la carrera por la vacuna está alentada por el orgullo nacional.

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