Inmunidad colectiva
Habrá más vacunas en no mucho tiempo, porque el virus del Covid además se revela capaz de evolucionar para superarlas
La humanidad afronta con la inmunización -cuyos resultados son ya alentadores- una batalla definitiva contra el agente infeccioso que emergía en China hace un año y un trimestre. Muchos se esfuerzan en interpretar cómo será el mundo que viene tras la pandemia, dando por seguro que será diferente. Mientras tanto no cabe olvidar que la batalla continúa y que las vacunas en uso distan de ser las definitivas, habrá otras nuevas en no mucho tiempo, porque el virus del Covid, además, se revela capaz de evolucionar para superarlas .
El esfuerzo para vacunar al 70% de la humanidad requiere fabricar y administrar 11.000 millones de dosis ; los países más desarrollados ya han formulado pedidos por más de 6.000 millones, mientras que las demandas comerciales por parte de la humanidad menos desarrollada no alcanzan ni la mitad de esa cifra. La meritoria iniciativa Covax, puesta en marcha por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para que la vacunación alcance a los más desfavorecidos, apenas ha hecho llegar 39 millones de dosis a 100 países en vías de desarrollo. Hace falta una administración adecuada de los programas de solidaridad, que puede requerir la limitación temporal de los derechos de patentes, como se hizo en otras situaciones de emergencia como las guerras.
Países, como Australia y Nueva Zelanda supieron contener bien la llegada del virus sin esperar a la inmunización; pero el mundo en conjunto precisa alcanzar esa inmunidad colectiva en grado suficiente para dominar la pandemia. Será un logro que debemos a los tres millones de seres humanos que perdieron la vida en este proceso infeccioso global. Se necesita una aplicación inteligente de los avances en vacunas, gestionada desde sistemas sanitarios eficaces. Los mensajes propagandísticos de muchas autoridades de países europeos, incluida España, crean confusión. La opinión pública debe recibir mensajes claros sobre la calidad de las vacunas, al tiempo que entender que un proceso sanitario de esta envergadura no está exento de riesgos. Lo importante es saberlos cuantificar y controlar, porque los beneficios son mucho mayores. Nada menos que controlar una pandemia devastadora para sociedad y su economía.