El rastro del virus
No hay datos suficientes para prever si llegará a ser predominantemente benigno
Coronavirus en directo
Un virus protagoniza la historia del mundo. Combatirlo requiere voluntad, inteligencia y acierto, cuando a los españoles nos asombra que tenga contra las cuerdas al propio gobierno. La Ciencia proporciona herramientas fundamentales, primero para la atención médica de los más afectados, heroica la tarea de los sanitarios. También nos ha de permitir conocer el rastro del SARS-CoV-2 , algo esencial para construir mejor el arsenal antivírico y la vacuna que necesitamos con urgencia.
El material genético de los coronavirus es una cadena de ARN de 30.000 nucleótidos; apenas codifica diez proteínas pero es el tamaño mayor que se da en los virus con ARN. Invaden las células del animal al que infectan y se multiplican, copiando su ARN para producir muchos miles de virus iguales. La copia (replicación) de ARN se lleva a cabo cometiendo errores con facilidad, las mutaciones por esta causa son mucho mayores que cuando se copia el ADN de las células. Cosas de la naturaleza. Es indudable que esos cambios debidos a mutación han provocado el salto que va, desde un virus que estaba seguramente en el murciélago al actual SARS-CoV-2, que afecta a los humanos y que se contagia con tanta facilidad entre ellos.
Continúa el virus infectando a humanos; una pregunta científica de consecuencias prácticas es cómo puede seguir evolucionando el virus infeccioso, y si variará su virulencia para la especie humana. Las teorías de evolución de patógenos proponen que serán seleccionadas las cepas mejor adaptadas, en las que el balance entre destruir al hospedador y convivir con él sea óptimo. Vemos que este virus afecta levemente a muchos, pero gravemente a personas con su salud comprometida. No hay datos suficientes para prever si el virus llegará a ser predominantemente benigno . En las bases de datos públicas cualquiera puede encontrar el genoma detallado de más de 600 cepas de este virus, aisladas en los cinco continentes. No es suficiente. Hace falta más información para establecer a qué debe cada estirpe del virus su virulencia y cómo evolucionará, en eso estamos.