Covid-19: Centroeuropa establece controles fronterizos de fiebre y el resto de síntomas del coronavirus
«La frontera está abierta, pero hay orden de controlar el estado de salud de los ocupantes de todos los vehículos para evitar una posible vía de contagio»
Coronavirus: últimas noticias del Covid-19 en directo
Pedro Sánchez en directo | España en estado de alarma por el coronavirus
A primera hora de la mañana comenzaba a formarse la cola de vehículos en la frontera entre Alemania y Polonia. Los vehículos procedentes de la carretera alemana eran parados en el puesto de Hennersforf, a la altura de Görlitz, y sus pasajeros sometidos a un control de fiebre. La policía fronteriza pregunta también por la procedencia, motivo del viaje y síntomas que pudieran relacionarse con el contagio de coronavirus, como dolor de cabeza, hombros o piernas, si se han sufrido accesos de tos o algún tipo de malestar general. Una vez cumplidos estos trámites, el vehículo puede continuar.
«La frontera está abierta, pero hay orden de controlar el estado de salud de los ocupantes de todos los vehículos para evitar una posible vía de contagio», explica Jaroslaw Obremski, el responsable de la administración de Woiwodschaft, Baja Silesia, «hemos dispuesto además de una ambulancia para trasladar en modo de aislamiento a un hospital cualquier posible caso de coronavirus que aparezca en la frontera. Lo cierto es que a media mañana se efectuaban ya solamente controles aleatorios para evitar la larga cola de vehículos que colapsaba la frontera, pero la intención de las autoridades polacas es mantener los controles en la mayor medida posible».
Estos mismos controles sanitarios se están realizando en la frontera entre Alemania y República Checa, y también entre Austria e Italia. Además se realizan registros puntuales a camiones y furgonetas. La policía fronteriza ha detenido este fin de semana un camión cargado con 240.000 mascarillas procedentes de Alemania y que viajaban rumbo a suiza, incumpliendo así la prohibición del gobierno alemán de sacar del país todo tipo de material sanitario útil para la contención de la pandemia. En registros similares han sido detectados en menos de una semana 200 litros de desinfectante que habían sido robados en una clínica alemana y 21.000 mascarillas ocultas en el compartimento de equipajes de un autobús de transporte de pasajeros.
El canciller austriaco, Sebastian Kurz, ha justificado el establecimiento de los controles fronterizos afirmando que «nuestra meta es contener la propagación lo mejor posible, reducir la velocidad y así ganar tiempo». Estos controles sanitarios estarán en vigor en principio durante dos semanas, aunque el gobierno no descarta ampliarlos en el tiempo tanto como resulte necesario. Austria ha cerrado ya todos los vuelos no solamente con China y Corea del Sur, sino también con Milán y Bolonia. La protección de las fronteras terrestres internas del territorio Schengen se suma así a un conjunto de medidas más amplio.
Sometidas a controles sanitarios
Austria, al igual que Suiza y Eslovenia, mantiene abiertas las fronteras con Italia pero sometidas a controles sanitarios. El ministerio de Relaciones Exteriores ha confirmado que está estudiando «los detalles a fin de dar ulteriormente informaciones a los que viajan a Italia» y analizar medidas de protección. Unos 60.000 italianos cruzan diariamente la frontera para trabajar en Suiza y especialmente la región de Südtirol es considerada foco de contagio, tanto por parte de las autoridades sanitarias alemanas como por parte de las suizas. Los intercambios también son importantes con Austria y Eslovenia, que por el momento no han tomado ninguna medida extraordinaria ni de cierre de fronteras.
Las autoridades europeas observan con gran preocupación estos movimientos porque amenazan con socavar de hecho la aplicación del Tratado Schengen, que entró en vigor de 1995. «Estamos siguiendo la situación en Italia muy de cerca», apunta la comisaria de Salud, Stella Kyriakides , «nos tememos que en los próximos días algún país pueda plantear los cierres fronterizos». «En un mundo tan interconectado es difícil hacer eso, y más en Europa. No estoy a favor del cierre de fronteras porque no ayuda a combatir la epidemia. Sé que es difícil de explicar a la gente, pero no es tan útil y es inviable», advierte Marc Van Ranst, epidemiólogo del Hospital Universitario de Lovaina, uno de los centros de referencia contra el coronavirus en Bélgica. Hacía estas declaraciones después de conocer que Austria había denegado el paso a un tren procedente de Venecia, que se dirigía a Múnich. Después de pasar aproximadamente tres horas detenido, el tren pudo volver a arrancar.
Las normas de Schengen permiten que los gobiernos reintroduzcan los controles fronterizos de manera unilateral cuando perciban una amenaza inmediata. La decisión debe ser comunicada en el momento al resto de Estados miembros y a la Comisión Europea, pudiendo estar en vigor por un plazo inicial de 10 días, prorrogables hasta un máximo de dos meses. Pero a raíz de la crisis de los refugiados, en 2015, y aunque la Comisión Europea repite que son innecesarios, todavía se mantienen controles en fronteras de Austria con Hungría y Eslovenia; en las de Alemania con Austria; en las de Dinamarca con Alemania y Suecia; en todas las de Suecia; y en las conexiones por ferri de Noruega con Dinamarca, Noruega y Suecia. Sin contar con Francia, que mantiene por su parte los controles en todas las fronteras por la amenaza terrorista.
Noticias relacionadas
- Tres concejales del gobierno de Ada Colau, aislados por coronavirus
- Destinos turísticos de Asia, antes y después del coronavirus
- El Comité Olímpico Italiano suspende todas las competiciones deportivas hasta el 3 de abril
- El coronovirus destroza al Ibex 35, que se desploma casi un 8% en un lunes negro bursátil