Cataluña legislará para frenar los ataques animalistas

La Generalitat teme por la bioseguridad del ganado y anuncia nuevas multas

Más de 100 personas en la ocupación de una granja lechera Meat The Victims

Miquel Vera y Anna Cabeza

El sector ganadero catalán lleva semanas en alerta. ¿El motivo? El nuevo «modus operandi» utilizado por algunas organizaciones supuestamente «animalistas» en sus acciones de denuncia. Este consiste en convocar a grandes grupos de personas a través de las redes sociales para «ocupar» granjas y explotaciones cárnicas . Lo hacen ante la mirada atónita de dueños, empleados y animales, que se ven desbordados por la llegada en autocares cargados de activistas, algunos de ellos menores de edad.

«Meat the victims» –un juego de palabras que se podría traducir al castellano como «conozca a la víctima», aunque «meat» significa carne en inglés– es un movimiento nacido en Australia que escogió Cataluña para su desembarco en Europa . Para su primera acción, que tuvo lugar en diciembre, acudieron a una granja de gallinas de Mataró (Barcelona): decenas de personas lideradas por el joven activista Massin Akandouch, se colaron allí y grabaron a los animales para crear vídeos que luego difundieron por la red, principal campo de batalla del movimiento animalista.

Tras este llegaron otros dos casos. En Riudellots de la Selva (Gerona), el pasado abril más de un centenar de activistas tomaron un matadero durante horas y se llevaron a siete cerdos. Los Mossos d’Esquadra acabaron desalojándolos e identificando a unos 70 de ellos, de los que solo 13 eran de nacionalidad española. El proceso sancionador contra ellos se ha iniciado y podría acabar con multas de hasta 100.000 euros.

Un nuevo protocolo

La Generalitat ha condenado estas entradas ilegales y ha dejado claro que va a tener tolerancia cero frente a estas acciones, argumentando la bioseguridad que debe mantenerse en estas instalaciones. La consejería de Agricultura, Ganadería y Pesca lleva tiempo trabajando con los Mossos para tejer un protocolo conjunto. Además, se está estudiando una modificación legislativa que permita tipificar como delito este tipo de acciones y se ha elaborado un tríptico informativo, dirigido a los ganaderos catalanes, que en breve empezará a repartirse.

Porque estos asaltos «pueden poner en peligro la seguridad alimentaria y suponen un elevado riesgo de contagio», cuentan a ABC fuentes del departamento catalán de Agricultura, Ganadería y Pesca.

La transmisión de enfermedades, como la peste porcina africana, es uno de los peores peligros a los que, incide el Govern, pueden exponerse los animales víctimas de estos ataques. «Ellos creen que van a ayudar a los animales pero además les acaban creando un estrés que es muy perjudicial para los animales», comentaba recientemente un importante cargo de la Generalitat.

La última acción de «Meat the victims» tuvo lugar hace escasos días en una granja de vacas lecheras de Sant Antoni de Vilamajor (Barcelona)

La última acción de «Meat the victims» tuvo lugar hace escasos días en una granja de vacas lecheras de Sant Antoni de Vilamajor (Barcelona). Joan Basa, veterano ganadero responsable de esta planta con 400 reses, explica a ABC su cara a cara con quienes ocuparon su finca. «Decían que querían mucho a los animales pero no sabían nada de ellos . Me acusaron de estar matando de sed a los terneros porque no tenían agua, cuando eran crías que solo beben leche de sus madres. También dijeron que mis vacas estaban con las ubres llenas de sangre, pero era la solución con yodo que les ponemos después de ordeñarlas para evitar infecciones», explica indignado.

El granjero afirma sentirse muy triste por la imagen que estos activistas dan de un sector muy regulado y controlado y que se esfuerza para cumplir todas las normativas y directivas europeas de cuidado animal. «Soy el primer interesado en que mis animales estén bien» , resalta. Basa espera que este tipo de acciones no se repitan, aunque sospecha de que estos activistas actúan movidos por intereses que van más allá de la defensa de los animales o la denuncia del maltrato en granjas y mataderos.

Intereses ocultos

Desde Unió de Pagesos, el principal sindicato del campo catalán, avalan esta teoría que vincularía los «escraches» a los intereses del pujante sector de la «carne artificial» hecha de soja. «Creemos que podría ser una maniobra de algún lobby de presión que aprovecha el sentimiento animalista de la gente para sus intereses», explica a este diario el responsable de comunicación del sindicato, Josep Carles Vicente. También piden medidas para frenar este tipo de actos delictivos que ocupan la propiedad privada.

Sin embargo, desde «Meat the victims» niegan las acusaciones por completo. «Las acciones las organizo yo sin nadie detrás, recaudamos fondos y no recibimos publicidad de ningún partido, organización o lobby, somos gente normal», relata en conversación con ABC el joven organizador de los escraches, Massin Akandouch.

«Queremos forzar un poco de transparencia en la industria agroalimentaria y documentar la realidad de las granjas para que se vea qué hay detrás de los productos que compramos a diario . Conocer a las víctimas de nuestras decisiones como consumidores», remarca.

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