Coronavirus
Castilla-La Mancha y Castilla y León quieren medidas más restrictivas para Madrid
Castilla-La Mancha ha propuesto reuniones semanales de las tres regiones y tanto Madrid como Castilla y León han aceptado
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La Comunidad de Madrid está en el punto de mira del Ministerio de Sanidad y de las regiones limítrofes: Castilla y León y Castilla-La Mancha. A todos les preocupa cómo se están disparando la infección en la región de la capital española y temen un efecto contagio. Ayer el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, elevó el tono y responsabilizó a Madrid de ser el origen de la casi totalidad de sus positivos por coronavirus. «El 80% de los casos» de todos los que tuvo Castilla-La Mancha «vinieron de la bomba radiactiva vírica que se plantó en Madrid», disparó ayer. Y afirmó que a la región le irá «bien o mal» en función de que «se controle o se descontrole» la comunidad vecina. A continuación, ofreció un dato significativo de la evolución de la pandemia y del supuesto «efecto frontera» : «Hay mucha gente de Madrid que se está empadronando ahora en Castilla-La Mancha y solo en pocas semanas ha habido 3.000 tarjetas sanitarias nuevas de ciudadanos que han decidido cambiarse a nuestra comunidad».
Fue este «efecto frontera» lo que le llevó a solicitar al Ejecutivo entre 400 y 600 rastreadores . Hasta el momento parecían suficientes los 427 rastreadores con los que cuenta la comunidad para combatir el Covid-19. Sin embargo, y ante el avance de la pandemia en las últimas semanas, García-Page, anunció ayer que ha solicitado al Ejecutivo central que «empiece a preparar un contingente de entre 400 y 600 rastreadores posibles, dependiendo del Ejército», para que la región esté prevenida ante «el efecto Madrid».
«O todos o ninguno»
En este marco, resaltó la «relación verdaderamente tremenda» entre ambas autonomías, por lo que apuntó que «vamos a hacer un esfuerzo por seguir en una línea de colaboración mutua », al tiempo que adelantó que «tendremos que tomar decisiones y tomar medidas. De aquí salimos todos, o se sale mal, por no decir que no se sale», sentenció. Dicho esto, Page abogó por la cooperación entre autonomías vecinas y destacó que Castilla-La Mancha y Madrid mantienen una «relación fluida y dialogante», por lo que pidió que « nadie intente utilizar la diferencia política entre gobiernos para crear problemas».
Las palabras de Page fueron el aperitivo del encuentro que los consejeros de las tres comunidades vecinas celebraron con el ministro de Sanidad, Salvador Illa, «para analizar la situación epidemiológica en estas regiones». Castilla-La Mancha ha propuesto reuniones semanales de las tres regiones y tanto Madrid como Castilla y León han aceptado. «Se trata de coordinar y de ver la evolución de los datos y qué incidencia tiene en esa evolución la movilidad y la conexión entre los territorios . Además, las dos Castillas han trasladado la necesidad de tomar medidas más restrictivas de las que fijan los decretos en algunas localidades o comarcas y Madrid ha coincido en que es necesario hacerlo», según ha podido saber ABC. El consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid, Jesús Ruiz Escudero reconoció que la interrelación entre las tres comunidades es «muy fluida en cuanto al flujo de personas entre una comunidad y otra» y puso, especialmente, el foco en el AVE que comunica las tres comunidades y en el aeropuerto de Adolfo Suárez Madrid-Barajas.
Quien no está de acuerdo con las restricciones es el alcalde de Valladolid, Óscar Puente, quien visiblemente enojado compareció ayer para denunciar que tras las «restrictivas» medidas impuestas por la Junta de Castilla y León a la ciudad -también a Salamanca- para frenar los contagios del Covid subyacen «arbitrariedad, incoherencias, abusos de poder e injusticias», por lo que desde el Consistorio optaron por acudir al Tribunal Superior de Justicia para pedir su retirada de manera cautelarísima. Sin embargo, el juzgado de lo Contencioso Administrativo número 3 de Valladolid optó por ratificar las medidas sanitarias preventivas impuestas por la Junta para los próximos siete días.
Puente afirmó que el recorte generalizado de aforos no atiende a «razones sanitarias» y que vulneran «el propio ordenamiento jurídico». Así, por ejemplo consideró «incomprensible» que se limite a 25 personas los eventos de un local prescindiendo de la superficie del mismo resaltando que no es lo mismo un polideportivo como el Pisuerga, con una aforo real de 7.000 personas, que la Catedral de Valladolid. Además, se cuestionó la efectividad de estas medidas cuando los vallisoletanos pueden acudir sin esos límites a centros comerciales y conciertos de localidades vecinas.
Principal fuente de contagios
También se refirió a la cantidad de viajeros que se mueven diariamente en trenes preguntándose si «tiene sentido que 1.700 vallisoletanos viajen todos los días a Madrid , que es la principal fuente de contagios en este momento en Europa, metidos en un tren sentados uno al lado del otro, y no puedan sentarse cien personas a tres metros de distancia al aire libre para ver un pianista tocar?».
Declaraciones que tuvieron contestación por parte del aludido, Francisco Igea, quien consideró «incomprensible» la actitud de Puente. El vicepresidente de la Junta dijo que estas medidas deben tomarse por la «incidencia acumulada» de casos en ambas ciudades, con 14 enfermos en las UVI de ambas capitales y que en las próximas semanas «se puede duplicar a pesar de estas medidas». Por otro lado, el alcalde de Salamanca, Carlos García Carbayo, sí respaldó las medidas de la Junta de Castilla y León.
