Carrera contra el tiempo para evitar que las renovables acaben en el vertedero

España afronta el reto de absorber la primera gran oleada de paneles solares y aerogeneradores retirados

En una Europa escasa en tierras raras y chips, la recuperación de materiales se ha convertido en prioridad estratégica

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Un trabajador, camina entre los paneles solares de un parque en Dunhuang, China REUTERS

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Están pensados para resistir condiciones extremas, pero no para ser reciclados. Si los aerogeneradores aguantan vientos huracanados, las placas solares no se recalientan ni cuando el sol cae a plomo . Pero decenas de miles de toneladas de estas infraestructuras van a ser 'jubiladas' en España en la próxima década, y el problema sobre su destino final empieza a ser acuciante. La idea es evitar que acaben en el vertedero , pero antes hay que encontrar una solución y hacer rentable el proceso.

Las energías verdes « supondrán nuevos desechos », reconoció hace unos días la vicepresidenta tercera y ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera. El Consejo de Ministros del pasado martes aprobó el Proyecto Estratégico para la Recuperación y Transformación Económica (Perte) de Economía Circular, con una línea de financiación específica para las energías renovables . Porque para sacarles partido una vez retiradas todavía «hay dificultades», dijo Ribera: se trata de un problema emergente, sin rentabilidad, con algunos componentes no reciclables y que se enfrentarán a «cuellos de botella en el futuro próximo». En España, la retirada –todavía limitada– de paneles y aerogeneradores se solventa con pequeños arreglos y su venta en mercados de segunda mano a países de Latinoamérica o África. Es decir, se reutilizan, pero en general no se despiezan. Y si crece mucho el volumen de estas infraestructuras puestas en el mercado, la estrategia podría no ser capaz de absorberlo todo.

El mayor escollo en el reciclaje lo presentan las palas de los aerogeneradores, reconoce Tomás Romagosa , director técnico de la Asociación Empresarial Eólica (AEE). Cada una mide unos 40 metros –aproximadamente como un edificio de doce plantas– y están hechas de fibra de vidrio o fibra de carbono, cuyo reciclado aún «no está resuelto» , dice. Las propiedades de la fibra de vidrio, como la resistencia, cae en el proceso de reciclado, por lo que pierde atractivo. «No sale rentable», dice Romagosa.

Europa y la industria quieren evitar la paradoja de que las energías renovables terminen enterradas en vertederos, como ya ha ocurrido en Estados Unidos

La previsión que maneja la asociación es que, a partir de 2025, se retirarán unas 20.000 toneladas de palas al año. Se podrían enviar al vertedero, «es legal» , apunta Romagosa, pero « no es la solución idónea ». Además, Europa y la industria quieren evitar la paradoja de que las energías renovables terminen enterradas en vertederos, como ya ha ocurrido en Estados Unidos, donde las imágenes de cientos de palas de aerogeneradores apiladas en Wyoming dieron la vuelta al mundo . Para ello se están poniendo en marcha proyectos piloto, como la pirólisis, que descompone la fibra casi a su estado inicial, o la trituración de las palas para utilizarlas en el aislamiento de viviendas o en los pavimentos de las carreteras, hoy la opción más factible, pero que todavía no funciona a gran escala.

Procesos

En el caso de la fotovoltaica, los paneles ahora «no se reciclan porque no se desmantelan», dice Alejandro Labanda, director de Regulación en la Unión Española Fotovoltaica (Unef). Su instalación en el país empezó en 2006 y su vida últil ronda los 25-30 años, por lo que el volumen empezará a crecer a finales de esta década . Un estudio del Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas (Ciemat) apuntaba a la posibilidad de que el primer gran pico llegara en 2028, con unas 22.000 toneladas de paneles.

La buena noticia es que se pueden reciclar. La mala, que hoy no existe la infraestructura necesaria para absorber esta primera oleada de residuos y que será muy complicado lograr que sea rentable. « Los materiales más valiosos son los más costosos de recuperar », reconoce Labanda. Los paneles solares son, en un 80% de su peso, vidrio. Es fácilmente reciclable, pero apenas tiene valor. También contienen aluminio (10%) o cobre, pero es el silicio de las células –que supone entre un 3-4% del peso total del panel– y la plata –menos del 1%– los materiales más valiosos que guarda en sus entrañas . «Ahora los procesos no aprovechan esos materiales», asegura. Acaban triturados junto al vidrio por la dificultad técnica y el alto coste de extraerlos.

Materiales críticos

La obtención de estos materiales, sin embargo, suscita especial interés. No solo porque ayudaría a elevar el interés económico del reciclado, sino por un componente estratégico que la crisis del coronavirus y la guerra de Ucrania están poniendo de manifiesto: la dependencia europea de recursos clave. Lo mencionó Ribera el martes, al anunciar la línea de ayudas aprobadas en el Consejo de Ministros: «Contribuirá a fortalecer la autonomía estratégica de España en cuanto a disponibilidad de materias primas y reduce nuestra vulnerabilidad ante las crisis globales».

El reciclaje o la reutilización de los paneles fotovoltaicos podían desbloquear un stock de 78 millones de toneladas de materias primas y otros componentes valiosos a nivel mundial para 2050

Un informe de la Agencia Internacional de las Energías Renovables (Irena) de 2016 ya recogía que el reciclaje o la reutilización de los paneles fotovoltaicos podían desbloquear un stock estimado de 78 millones de toneladas de materias primas y otros componentes valiosos a nivel mundial para 2050. El valor del material recuperado podría superar los 15.000 millones de dólares para 2050 .

Lo mismo ocurre con los aerogeneradores. « Dentro hay componentes electrónicos con alto valor y tierras raras, como el neodimio o el disprosio », explica Romagosa, todos provenientes de Asia. Dentro de un aerogenerador hay hasta dos toneladas de estos materiales de alto valor. También hay chips que podrían ser recuperables, en un contexto de escasez y la falta de una industria europea que los cree. Para intentar hacer accesibles todos estos materiales en el futuro se trabaja ya en el ecodiseño . Es decir, lograr que paneles, aerogeneradores o incluso las baterías faciliten, desde su concepción, no solo su reciclaje, sino la recuperación de unos materiales que van a ser cada vez más escasos en el futuro. «Es el camino por el que hay que ir», reconoce Labanda. Pero esta solución, si llega, será aplicable ya a las futuras generaciones de renovables.

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